Un incendio en el mar (Zuko; Avatar TLA)

Libro III - Parte 2

- Zuko me dio esto para ti - Le dijo Toph a Kai, entregándole un pergamino cerrado, las dos estaban solas y la maestro agua lo recibió y lo abrió de inmediato. Sentándose para leer.

"Querida Kai:

Me hubiese gustado comenzar esta carta con "Mi", pero la vergüenza no me lo permite y de seguro tú tampoco me lo permitirías. Recuerdo que creías que el honor era algo estúpido y yo me enojé contigo por eso, ahora me doy cuenta de que lo estúpido era yo y el lugar donde trataba de encontrar mi honor.

Te escribo para darte un informe de algo que sé que te interesa saber, no creo que lo que te hice tenga perdón, pero este es solo el principio de cómo te compensaré, esperando que un día puedas perdonarme.

Kai, tu madre se encuentra en el palacio, el señor del fuego Ozai la tiene ahí para su entretenimiento personal. Lo lamento. No pude traerla conmigo, pero te prometo que la sacaré pronto de ahí.

Con respecto al general Juuzo, han borrado todos los registros de su existencia, siento no tener más información al respecto.

Estaré donde acampamos la primera vez que vinimos a este templo, por si estás dispuesta a oírme, espero que recuerdes el lugar. Me hace falta conversar contigo. Lo siento por gritarte esa vez y lo siento mucho por todo lo demás.

Espero que nos veamos pronto.

Zuko."

Kai presionó el papel contra su pecho y le dio las gracias a Toph.

- ¿Qué decía?

- Oh, tiene información sobre mis padres y me pide perdón.

- ¿Secuestró a tus padres? - preguntó Toph

La muchacha rio al imaginarlo.

- No, mi padre sirvió a la nación del fuego como general, pero lo traicionaron al darse cuenta de que hacía todo lo posible por no matar más gente inocente... Luego de eso fue encarcelado sin un juicio por motivos políticos y militares. Mi madre, por otra parte, no quiso separarse de él y también la encarcelaron estando embarazada, si no lo hubiera estado de seguro la habrían ejecutado, ya que la nación del fuego no mantiene a maestros agua como prisioneros.

- No sabía que hacían ese tipo de consideraciones éticas - comentó la más joven.

- No lo hacen. Iroh intervino por las vidas de los tres. Como en ese momento era el primogénito, el príncipe coronado que sucedería al señor del fuego, su voz pesó más. Él había trabajado con mi padre y eran amigos, así que logró convencerlos de que no sería necesaria una ejecución.

- Así que le debes tu vida a Iroh.

Kai sonrió.

- Sí, consiguió una oportunidad por un buen precio, una banalidad - dejó escapar una risa - Cuando era pequeña me molestaba mucho, a estas alturas simplemente creo que Iroh es muy bueno negociando... El precio era mi nombre.

- ¿Cómo? - Toph estaba genuinamente confundida - ¿Entregaron tu nombre?

- El tipo que traicionó a mi padre había perdido recientemente a un hijo, no dejaba de quejarse, argumentando que si mi padre hubiese hecho las cosas correctamente, él podría haber estado presente para el nacimiento de su hijo y quizá podía haber salvado al niño. Iroh convenció al tipo de que el destino es sabio y más que vengarse, quizá yo venía a compensar esa vida que él había perdido... Entonces decidió darme el nombre que él y su esposa habían elegido para su hijo, cuando nací mi nombre ya estaba definido y la verdad fue irrelevante que naciera como una niña.