Un incendio en el mar (Zuko; Avatar TLA)

Libro II - Parte 8

- ¡Bienvenidos a casa! - Saludó Kai al oír a Iroh y a su sobrino abrir la puerta, Zuko se había ido durante la madrugada y ella se había quedado en el departamento esperando noticias, Iroh lo estaba buscando.

- Estamos de vuelta - Respondió el anciano, confirmando que se trataba de ellos.

Kai estaba preparando la cena en caso de que llegaran y se acercó contenta para ver que se encontraran bien.

- Hiciste lo que debías hacer, dejar en libertad al bisonte del avatar - Iroh hacía dos cosas a la vez, felicitaba a Zuko por sus acciones e informaba a Kai de los resultados. El príncipe arrastraba su espada y ella se preocupó, se paró frente a él y notó que estaba bastante pálido.

- No me siento bien - dijo antes de desplomarse sobre la chica.

- ¡Zuko! - se acercó Iroh para sostenerlo, ya que pesaba bastante más que Kai y ella lo retenía con mucha dificultad.

Con cuidado, lo llevaron al colchón en el piso que solía utilizar la muchacha para dormir, allí sería más fácil cuidar de él.

- Tiene la temperatura muy alta ¿Será alguna infección? ¿Se cortó con algo ahí afuera? - preguntó Kai cuando comenzó a revisarlo.

- No, ni siquiera lo hirieron, de seguro esto no es más que la contradicción que significó para su cuerpo haber liberado a esa criatura, no será fácil para él y puede que esta decisión haya desencadenado una metamorfosis.

La chica lo miraba incrédula, le costaba imaginarlo ayudando al avatar por razones genuinas y bondadosas, pero lo que era más improbable aún era que pudiera estar tan enfermo por haber tomado una decisión. Iroh comenzó a desvestirlo y Kai apartó la mirada, era un muy mal momento para pensar en lo atractivo que le parecía.

Lo importante era que se recuperaría y era necesario cuidarlo bien, en cuanto a Iroh, a la mañana siguiente debía acudir a su nueva tienda de té, había detalles que afinar antes de la apertura.

- La comida está lista y el agua sigue caliente, vaya a descansar, mañana deberá tomar muchas decisiones importantes - lo animó Kai, sonriendo mientras mezclaba métodos tradicionales y agua control para bajar la temperatura de Zuko.

- Podemos tomar turnos, pero mañana me quedaré con él, tú debes ir al hospital - Dijo Iroh, poniéndose de pie y buscando un cuenco para servirse la cena.

- No será necesario, la verdad no me imagino cuidando de otras personas mientras mi paciente favorito está mal y su tío no cumple su sueño por tener que quedarse en casa cuidando de él.

- Tienes un buen punto, pero es importante que vayas al hospital mañana.

- Ayer llegó más ayuda para Tohru, un hombre mayor con muchísimo conocimiento de medicina.

- Pero tu agua control - rebatió Iroh.

Kai rio.

- Vamos, no se preocupe, yo cuidaré de él.

No iba a ceder, era terca, así que Iroh se lo permitió.

- Sé que mi sobrino estará en buenas manos, muchas gracias Kai.

Iroh y la joven hablaron de lo que había pasado y del nuevo salón de té mientras él comía, luego, el anciano le sirvió una porción y una taza de té y se retiró para dormir, no sin antes desearle una buena noche.

La fiebre de Zuko había bajado, pero de todos modos parecía luchar contra algo en sus sueños, Kai se preguntó si podía ayudarlo con el agua control, así que se sentó cerca de su cabeza y procedió como pensó que podía funcionar. Una vez que el príncipe respiró profundo, ella sintió que había aligerado un poco esa carga. Como un gesto de cariño, Kai aprovechó la posición en la que estaba para acariciar su cabello, para mirarlo con atención; estaba débil, indefenso y había un brillo en su piel por el cambio de temperatura, lo limpió con cuidado y levantó lo que Iroh le había dejado para comer.