Un incendio en el mar (Zuko; Avatar TLA)

La Promesa - Parte 3

(Tercera parte dentro de la cronología del primer cómic y todavía no voy más allá de la sexta página. Pero prometo avanzar todo lo que la universidad y el trabajo me lo permitan).

- ¿Tuviste otra pesadilla? - Iroh se sentó al lado de la muchacha, que miraba a la puerta de salida del apartamento en la penumbra, antes del amanecer.

- ¿Qué hace despierto a esta hora? - preguntó ella, sin mirarlo, había oído sus pasos al acercarse.

- Escuché que te levantaste y corriste, pensé que había ocurrido algo - Eso tenía sentido, pensó Kai, mucho más que la razón real por la que se encontraba allí.

- No, todo está bien, solo parece que estuviera escuchando cosas estos últimos días.

- ¿Cosas? ¿Qué cosas? - inquirió el anciano.

- Mi nombre, como si me estuvieran llamando, a veces por otros nombres... Fei, Ina...

- ¿Y quién te llama?

- Zuko, mi madre... - Kai cerró los ojos, con la mente cansada.

- Veo que has pensado mucho, pero ¿Qué vas a hacer?

La chica sonrió, como viendo una salida, era una buena pregunta.

- No lo sé - respondió sin poder ver más allá.

- Estás esperando, mi niña - dijo él, acariciándole la cabeza - y no deberías esperar, estás en edad de vivir.

- No puedo ir a la Nación del Fuego ¡No estoy lista! - se quejó Kai, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.

- Entonces no vayas - la consoló, sin embargo, la chica se precipitó en discutir.

- Pero - y sintió que se ahogaba en angustia.

- Tú siempre has oído lo que tengo que decir Kai, no dejes de hacerlo ahora...

La muchacha lo miró y comenzó a respirar más lento para calmarse. Él continuó.

- No te vas a hacer más fuerte de espíritu por quedarte aquí, pero puedes encontrar cosas en esta ciudad que te hagan más resistente, que te inviten a vivir ¿Ese chico no te pidió que volvieras a ayudarle en el hospital?

Iroh se refería a Tohru, que había conseguido ubicarla hace poco, pero había vuelto rápidamente al hospital, no sin antes pedirle que fuera a verlo pronto.

- No lo sé, no quería comprometerme con nada más, por si me sentía preparada para volver - respondió al considerarlo.

- Ve a verlo cuando amanezca, te distraerá y estarás ocupada en algo que disfrutas mientras tu corazón se prepara para lo que realmente quiere.

Kai le sonrió, no era una mala idea, después de todo se la había dado Iroh.

Luego de una cálida taza de té, Iroh se aseguró de que la muchacha emprendiera su camino al hospital antes de dirigirse al Dragón de Jazmín.

- ¡Fei! - la saludó Tohru, envolviéndola en un abrazo apretado.

- ¡Hola! - respondió sin mover un músculo de su cuerpo - De hecho, llámame Kai, por favor, Fei era el nombre que usaba para esconderme.

- ¿Para esconderte? ¿Por eso te marchaste así? - La chica esperaba que esa conversación llegara pronto, pero esto era ridículo.

Fue una larga historia la que tuvo que contar, que de hecho les tomó todo el día, entre atender a los pacientes, Kai terminó agotada de repasar el último año de su vida como si se tratara de una novela dramática.