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-¡Que ya voy!- grité enfadada levantándome de la cama-¿Qué coño te pasa para levantarme a esta hora?- recriminé a punto de lanzarme al cuello de Cuatro para matarlo

-Max quiere hablar contigo- se burló con una estúpida sonrisa- vas a tener que trabajar esta vez- siguió con el mismo tono mientras entraba en mi piso con toda la confianza del mundo

-¿Te ha dicho para qué?- pregunté viendo como se dirigía a mi nevera para robarme algo de desayunar

-Venga eras de Erudición, seguro que lo descubres

Bufé quitándole el plato de tarta de chocolate que había cogido- recuérdame porqué somos amigos- me lamenté dándole un golpe con la mano libre cuando intentó recuperarlo

-Por que te gusta molestar a Eric- al final sonreí dándole la razón, los tres entramos a la vez en Osadía por lo que habíamos estado juntos en nuestra iniciación-deberías darte prisa, hoy no está muy amigable

-¿Te recuerdo quién soy?- bromeé agarrándole del brazo para sacarlo de mi piso- Max me adora- seguí diciendo orgullosa. Conseguí sacar a esa lapa y cerré con llave, ahora que había descubierto que tenía tarta no pararía hasta comérsela-estúpido Cuatro

Llegué al despacho de Max y no tardó en dejarme pasar-¡Artemis pasa!- bufé sentándome frente a él con los ojos en blanco

-Dejad de llamarme así- me quejé- no me puse ese nombre en mi iniciación no me digáis así- seguí con la discusión que teníamos desde hace algunos días-¿Tanto os cuesta llamarme Leena?

-Asume que en cuanto los osados lo digan un par de veces más, terminarás con ese apodo- no parecía estar de mal humor como había dicho Cuatro, habría sido para intentar seguir molestándome- vas a ser instructora

Lo soltó de sopetón y me quedé estática, fue gracias a la sangre fría que había desarrollado que no estaba con la boca abierta pero seguramente fue demasiado obvia mi reacción- No,no,no ¡Soy líder no instructora!- reproché al instante poniéndome en pie-¡No has puesto a ningún otro líder para los iniciados, no me hagas esto Max!

Sí que está de mal humor hoy- pensé cuando cambió completamente de expresión. Me dio una mirada de advertencia para que me sentase de nuevo y le escuchara, era lo suficientemente lista para no arriesgar mi pellejo en el puesto por una cosa así

-No te lo estoy pidiendo, es una orden- me mordí el labio para callar todo lo que quería seguir gritando- En dos semanas llegarán los iniciados, repartíos entre Eric, Cuatro y tú cómo lo haréis

Al menos es con ellos dos, podría haberme puesto con otros gilipollas que no conociese- Vale, está bien- cedí disimulando lo suficientemente bien mi enfado. Pareció complacido con mi respuesta así que salí lo más rápido posible de allí ¡Llevaba dos años siendo líder y no me había hecho eso nunca, él sabía que no aguantaba a los estirados ni los bocazas veraces!

-Los trasladados para Cuatro- decreté seriamente cuando Eric al fin me abrió la puerta de su piso. Estaba todavía medio dormido pero se calló el grito que seguramente iba a soltar a quién le había despertado cuando me vio a mí

-Buenos días y eso- se quejó dejándome la puerta abierta para que entrase. Su piso era más parecido al de Cuatro que al mío, grande y con menos paredes de las que yo consideraba necesarias- ¿Qué has dicho del estirado?

-Que para él los trasladados- repetí con la misma convicción- no pienso aguantar a los bocazas veraces ni a más estirados, uno y no más- seguí hablando con tono indignado

Se tiró de nuevo en la cama casi ocupándola entera, se volvería a dormir rápido de eso estaba segura- ¿te han puesto de instructora?- preguntó burlón y le empujé para hacerme sitio

-Nos han puesto de instructores, a ti también pedazo de estúpido- disfruté su cambio de humor como nunca. Era tan divertido enfadarle así, sin duda era mi pasatiempo favorito desde que éramos niños- ¡sorpresa!- grité con una sonrisa mientras tanteaba con la mano buscando una de sus almohadas, si a él no le habían despertado para avisarle es porque Cuatro me despertó a maldad- ¿Al estirado le tocaba en vigilancia por la noche verdad?- Eric asintió tenso- ¡Lo odio me ha despertado para joderme seguro!- me lamenté quitándome las botas con rapidez- si viene a fastidiar mátalo

Cogí su edredón para taparme y darle la espalda- Ni se te ocurra dormirte- amenazó quitándomelo- ¿Lo has hablado con Max?- asentí intentando recuperarlo y terminamos en un forcejeo

-No te lo estoy pidiendo, es una orden- repetí imitando la voz del líder supremo de Osadía- si yo no he podido librarme, tú tampoco lo conseguirás Eric- al final me dejó volver a echármelo por encima y sonreí complacida, dormir un poco más eran los privilegios de ser ya osados, y líderes. Oh sí dormir más era un buen privilegio de ser líder de osadía

-Trasladados para el estirado- acordó conmigo y mi sonrisa se amplió aun más totalmente complacida con esa mísera victoria que había logrado

The other side- Eric CoulterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora