3

1.9K 115 0
                                    

-¡Aquí estáis!- nos saludó alegre Max al entrar al comedor- venga coged vuestras bandejas y subid

Obedecimos. Normalmente nos sentábamos con Cuatro en las mesas normales, pero él estaba con los iniciados trasladados. Rodeado de antiguos veraces y estirados, no era nuestro estilo

Cuando subimos y dejamos nuestras cosas Max se asomó y todos los líderes nos pusimos a su lado. Osadía enmudeció, era una de las únicas ocasiones en las que el silencio reinaba en nuestra fracción-¡Iniciados, ponéos en pie!- obedecieron y desde nuestra posición se veía que este año había más aspirantes que en otros-Os habéis unido a la facción guerrera, la que se encarga de proteger nuestra ciudad y sus habitantes. En osadía creemos en el valor que impulsa a una persona a defender a otra. Hacednos sentir orgullosos de vosotros

-Por fin- murmuré sentándome en la mesa y siendo la primera en servirme

-¿Cómo ha ido con los iniciados?- nos preguntó Max sentándose enfrente de nosotros-¿Habéis tenido algún problema?

-Quitando que apenas se atrevían a saltar, y la primera saltadora fue una estirada- bufé poniendo los ojos en blanco- y una me pidió que la empujase porque le daban miedo las alturas

-Pero decidió enfrentarse a su miedo, ha sido valiente- asentí decidiendo darle la razón a todo lo que él dijese para ahorrarme discusiones

-¡Mi grupo de iniciados, en diez minutos en el gimnasio!- grité asomándome a la barandilla cuando terminé de comer

Eric se levantó perezosamente-¿le has preguntado a Cuatro cómo se ha organizado él?- negué obvia, estaba decidida a molestarle todo lo posible mientras pudiese

-Tampoco puede negármelo, yo soy líder

-Y una tirana- se burló a lo que terminé asistiendo, si para él ser una tirana es buscar una vida cómoda mandando a los demás pues sí, era una completa tirana

Cuando bajamos ya estaba Cuatro esperándome-El gimnasio era mío- se quejó

-Ahora no- refuté sonriendo- me voy. Los que lleguen después de mí al gimnasio les pondré a correr- dije lo último en un tono más elevado, los pocos que quedaban se fueron corriendo- ay, empiezo a adorar esto ¿Tú que vas a hacer? Yo empezaré con lucha creo, los nacidos no suelen tener tantos problemas

-Tendré que enseñarles a disparar- se resignó y decidí no presionar más por el momento, con lo que conseguí pegarle esa mañana y quitarle el gimnasio sería suficiente represalia

Cuando entré al gimnasio ya estaban todos allí- Ya sabéis que en la primera etapa estaréis separados de los trasladados. Estaréis en un ranking, los cinco con peor posición al final de esta etapa están fuera

-¿En serio vas a ser nuestra instructora Leena?- preguntó un chico emocionado- ¡Zeke me ha dicho que fuiste de las mejores!

-Uriah deja de parecer un cachorro emocionado y ponte a entrenar de una vez. Venga sabéis pelear, no os tengo que enseñar demasiado

-¡Entrena conmigo Leena!- suplicó intentando convencerme- voy a ser el mejor como Zeke

-Lo voy a hacer porque tu hermano me cae bien-cedí. Calentamos un poco dando un par de vueltas al gimnasio y empezamos, era gracioso ver sus intentos para asestarme algún golpe aunque fuese- tengo entendido que Zeke es menos torpe

-¿Te dedicas a incordiar a los iniciados ahora?- desvíe un puñetazo de Uriah con facilidad antes de darle una patada lo suficientemente fuerte en el pecho para hacerlo trastabillar pero no como para que se cáyese como lo hizo- busca a alguien de tu nivel iniciado

Me había terminado cayendo bien así que me acerqué a ayudarle a levantarse tendiéndole la mano-¿no estabas molestando a Cuatro?

Asintió con su sonrisilla de cabrón y me tendió una botella de agua. Ser amiga del despiadado y amenazador Eric tenía muchas ventajas desde luego- él si sabe ser un instructor, Max me ha mandado vigilarte

-¡No soy tan irresponsable!- me quejé quitándome el poco sudor que tenía en la frente- y he decidido usar a los iniciados para entrenarme

-Vas a matar a la mayoría si pretendes que te sigan el ritmo

- son veintidós iniciados nacidos en osadía, la mitad no pasará el corte. Además, los que sobrevivan seguramente queden en los primeros puestos- no parecía muy conforme con mi decisión pero tampoco volvió a cuestionarla

-¿Te ayudo con algo?- ofreció poniéndose a mi lado mientras vigilaba a mi grupo. Algunos estaban golpeando sacos, otros practicando técnicas, corriendo, haciendo pesas... Los nacidos llevaban media vida usando este gimnasio, sabían lo que tenían que hacer

-Sí, dos cosas- me animó a seguir hablando con un gesto-vamos a hacer una pelea, puede que aprendan algo si nos ven

Sonrió divertido- hace unos cuantos días que no practicamos- le miré decidida esperando que aceptase el reto. Empezó a caminar hacia el círculo rojo que usábamos de zona para pelear- ¿y lo otro?

-Necesito ayuda para organizar las parajes de peleas, son demasiados para comerme la cabeza yo sola

-¿Esta noche en mi piso?- propuso poniéndose en guardia

-En el mío mejor, sabes que me da cosa dormir en el tuyo- nos tanteabamos con un par de golpes sin fuerza

Me apartó la mano de delante y me agaché rápido, lo suficiente para que su brazo me pasase por encima-¿te sigue pareciendo molesto la falta de paredes?- se burló intentando de nuevo golpearme

-Claro que sí, la gente del pasillo no tiene porqué ver quién está en tu cama- respondí a la defensiva. Le di un toque en su mano adelantada y no reaccionó, lo repetí y luego la aparté con la otra para tener vía libre. Pegué una patada en su cuello con toda la potencia que podía tener, suficiente para tirarle al suelo- he mejorado un poco con las patadas

-Me he dado cuenta- se quejó cuando me tiré sobre él y empecé a golpearle en la cara. Se tapaba hábilmente de mis puñetazos, el estúpido sabía cubrirse

Giró llevándome ahora con él y arrinconándome contra la lona- ni se te ocurra dejarme marcas en la cara- le amenacé seria cubriéndome

-Tranquila un par de moratones no van a arruinarte la cara, princesa- se jactó con sorna. Parecía que Eric no recordaba que cuando un animal está acorralado es terriblemente peligroso, y si encima amenazas a una chica como yo con dejarle marcada la cara, ese es su final asegurado

Le agarré la cabeza y pegué un cabezazo, para mi mala suerte desvió a tiempo la cara para solo darle de refilón en la nariz, le di lo suficiente para hacerle sangre y desorientarle por un segundo. Lo esencial para sacármelo de encima- tranquilo, un poco de sangre no te arruina la cara, cariño- regresamos a nuestra costumbre de siempre. Eso de alagar insultando y de fastidiar usando motes, así era nuestra vida diaria desde los trece o catorce años muy posiblemente

The other side- Eric CoulterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora