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-Deja de dar vueltas-me quejé sin abrir  los ojos

-¿Cómo te encuentras?-preguntó acercándose a mi camilla- se supone que ya no debería quedar rastro del suero en tu organismo

-Me duele todo- gruñí intentando acomodarme- estúpidos sueros sin probar

Eric arrastró una silla hasta mi lado y se sentó pesadamente- Jeanine se pasó con la dosis, al parecer fue demasiada cantidad

-Creo que quería librarse de mí- dije simple, me habría encogido de hombros si hubiese podido

-¿Te ha amenazado?- preguntó completamente serio

Asentí molesta- no va a ir a por mí mientras sea partidaria de su plan básicamente

-Vamos a tener que cazar divergentes- bufó sin mirarme a los ojos- seguramente nos buscaría hasta por debajo de las piedras si nos hiciésemos abandonados para silenciarnos

-Sabemos demasiado-solté un suspiro cansada y me tapé los ojos con el antebrazo, estaba harta y no hacía más que empezar- al menos si pretende usar a Osadía cómo su ejército esperará a que los iniciados terminen las pruebas

-Sería lo más inteligente- parecíamos de acuerdo así que no le dimos más vueltas

-¿Y mis iniciados?

Se pasó una mano por el pelo intentando relajarse- se los he encargado a Zeke y que Cuatro les supervise. Uriah seguramente se motive con su hermano y sé que confías en él

-Quiero volver a nuestra facción- me lamenté rezando por que viniese rápido una enfermera a darme el alta- ve a buscar a alguien para que me deje irme

No duró demasiado nuestra discusión sobre si me debía quedar o no allí que entraron a la habitación-¡Leena, querida, qué alegría que ya hayas despertado!

Puse los ojos en blanco realmente fastidiada- no eres precisamente la persona que quería ver, Jeanine- dije sin emoción. La rubia ignoró mi comentario

-Un médico ya está de camino para comprobar tu estado-nos informó con una sonrisa- Me alegro de que estés aquí con ella Eric. Su padre se tranquilizó cuando le dije que estabas cuidándola

-¿Puedes ir al grano?- pedí arisca, mi tolerancia hacia Jeanine se había reducido a cero en muy poco tiempo

-Sigo sin saber que os llevó fuera de Erudición, o al menos a uno de vosotros, el otro le seguiría indudablemente no podéis estar separados- señaló con tono despectivo- pero que estéis en Osadía ahora es idóneo. No podría pedir mejores apoyos por si alguien se descarría, al fin y al cabo nadie pierde el cariño a su sitio de nacimiento no dudo de que me echéis una mano

Solté una carcajada amarga- nos vas a obligar, no tenemos opción- puntualicé casi con rabia- me pareces una persona despreciable

-Y tú eres todo un encanto- replicó con ironía- Vuestros resultados fueron de Erudición así que demostrad vuestra inteligencia

Se marchó cuando entró el médico a la habitación. Me dijeron al fin que me podía ir a casa y no tardé en pedirle a Eric que me cargara hasta el coche- Tienes que dejar de comer tanta tarta de chocolate- intentó molestarme y sonreí divertida

-Está riquísima y ni que estuviese gorda- me pasé una mano por la barriga- de hecho tengo que comer un poco más. Mi padre me regañaría si me viese así

El viaje hasta Osadía fue entretenido. Subimos al piso de Eric aunque le amenacé con que cambiase las sábanas de la cama, me negaba a estar en el mismo sitio en el que estuvo el culo de esa zorra

-Vamos a ducharnos- propuso abriendo su armario. Parte de mi ropa estaba allí de todas las veces que había pasado la noche con él

Sacó una de sus camisetas para mí y unos pantalones-¿Tienes ropa interior mía?- le pedí pegándome a su brazo para buscar con él. Al final encontramos todo lo necesario y nos metimos al baño

Eric cerró con seguro. Me apostaba una caja de cervezas que si Cuatro volvía a interrumpir lo lanzaría al Abismo-¿Te sigue doliendo algo?-cuestionó con preocupación empezando a ayudarme a desvertirme

-Estoy bien- Sonreí abriendo el agua para que empezase a calentarse-¿Y tú, gruñón? Estar tanto tiempo en esa incómoda silla de Erudición ha tenido que fastidiarte

Rodó los ojos con una pequeña mueca antes de agarrarme de la muñeca para que entrásemos en la ducha y nos encerró dentro-Estaba demasiado enfadado y preocupado como para sentarme- confesó poniendo las manos en mi cintura

Con los pulgares me acariciaba las costillas mientras sonreía con orgullo cuando se me erizó la piel por su culpa-¿No vas a volver a dejarme con las ganas verdad?

-No seré tan cruel esta vez-me pegué a él y tuve que ponerme de puntillas para llegarle al cuello. Con destreza me subió hasta que pude enredar las piernas en su cadera y llegar bien a sus labios

The other side- Eric CoulterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora