Dos almas heridas (Lukloe) [TERMINADA]

27.

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- ¿qué dices, Félix?

El rubio mantuvo la vista fija en la mano de la castaña para luego soltar un suspiro y negar con la cabeza.

- si ella tiene novio, no hay mucho que pueda hacer - dijo con frialdad para luego dar media vuelta con la intención de irse

La castaña lo miró sorprendida y en seguida aceleró el paso para alcanzarlo.

- ¿que no escuchaste lo que te dije? - dijo ella caminando a la par con él

- cada palabra - respondió él sin si quiera mirarla

- ¿y entonces? - insistió

- Lila, te conozco - dijo el Graham deteniendo su paso para mirarla - eres una de las personas más manipuladoras que conozco, no sé qué tipo de relación pueda tener, pero si son novios es por algo, ¿no?

La Rossi bufó.

- ¿desde cuándo eres tan honorable, Graham? - cuestionó de brazos cruzados

- desde que siento que no debería interferir en la vida de otras personas - fue la respuesta de él - mira, Lila. Tú puedes hacer lo que quieras, pero no formaré parte de tus "planes". Si Chloe decide estar conmigo, quiero que sea por cuenta propia

Luego de aquello, giró sobre sus talones y siguió su camino, bajo la mirada de la italiana.

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"-el número que ha discado no existe, por favor verifiq..."

La azabache bufó con molestia y dejó el móvil sobre el escritorio.

- ¿por qué ahora te haces el interesante? - preguntó mientras dirigía su vista hacia la ventana - ¿cómo es posible que me olvidaras así de rápido, después de todos esos años rogándome que fuera tu novia? - frunció el ceño

Un golpeteo en la puerta la sacó de sus pensamientos.

- amor, debo salir - anunció el rubio desde el umbral de la puerta

- de acuerdo, ¿tardarás mucho? - preguntó la de coletas

- todo depende, ¿por qué?

- creo que también debo salir

- de acuerdo, me avisas si necesitas que pase por tí - dijo él, y ella asintió

El Agreste despareció de la entrada de la habitación. La de coletas caminó hasta el ventanal y siguió con la mirada el auto de su novio. Una vez lo vió desaparecer, caminó hacia el armario y comenzó a hurgar en sus prendas de vestir, mientras marcaba un número en su móvil.

- hola, tanto tiempo. Sé que no nos hemos visto en un buen tiempo. ¿te gustaría que quedáramos hoy en alguna parte?...- preguntó - te veo en una hora

Colgó la llamada y se cambió rápidamente de ropa.

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Chloe recorría el centro de la ciudad con desánimo, maldecía su mala suerte mientras buscaba ofertas de trabajo, sabía que la renta del Couffaine no sería suficiente.