Dos almas heridas (Lukloe) [TERMINADA]

30.

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- gracias por lo de hoy - dijo el Couffaine apoyando fugazmente su mano sobre la mano de la rubia, mientras conducía - me hacía falta ver y hablar con Juls...

- y a ella también - agregó la Bourgeois

- si...¡fuí tan estúpido!, ella no tenía culpa de nada y aún así yo...- dijo mientras soltaba un bufido - ¡odio lo estúpido que fuí todo el tiempo que me desviví por Marinette, odio haber sido tan idiota, tan crédulo, tan...!

- basta - dijo la Bourgeois - cuando amas no mides esas cosas, a veces damos todo por alguien que no lo merece...pero...- dirigió su vista al teñido con una sonrisa - si no fuera por todo eso, nunca nos hubiéramos conocido

- y eso no lo cambiaría - dijo él dedicándole una sonrisa - en mi vida me arrepiento de muchas cosas, pero conocerte no es una de ellas. Eres por mucho, lo mejor de mi vida

- Luka...

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- te ves más animada - comentó la Lavillant

- lo estoy - respondió la Couffaine con una sonrisa en sus labios - Luka aún no sana por completo, pero se ve que está bien y feliz...aunque nunca creí que sería con alguien tan opuesta como Chloe

- bien dicen que los opuestos se atraen - dijo Rose soltando una pequeña risita - ¿volverán a verse?

- si, la semana entrante - respondió esbozando una sonrisa que se borró al instante - ¿recuerdas que te comenté que Marinette me contactó? - preguntó y la oji-azul asintió - no sé por qué, pero creo que lo hizo para llegar a Luka. Sacó el tema muchas veces y fue ella quien me dijo que Luka estaba con Chloe...que además ella había notado que Chloe se había enamorado de él y de alguna forma me dió a entender que quería usar eso en contra de Chloe

- ¿por qué querría hacer algo así?

- tal vez por venganza a Chloe o despecho porque Luka la superó - soltó un suspiro - de alguna forma ella siempre necesitó sentir que tenía un lugar seguro al que siempre volver...alguien que no importara lo que ella hiciera o dijera, que no importara el daño que le hiciera, alguien que estaría siempre para ella, ese alguien fue Luka durante muchos años, y creo se mal acostumbró a ello...

- entonces, crees que el que quiera volver a ser amiga es sólo por ese interés, ¿no? - preguntó Rose

- no estoy del todo segura y tampoco quiero pensarlo, pero viendo como son las cosas y cómo ella cambió demasiado...es algo que si me esperaría de ella. Y la verdad, en estos momentos siento que su falsa amistad ya no tiene cabida en mi vida - dijo esbozando una sonrisa, mientras tomaba la mano de la rubia - eres mi mejor amiga y siempre has estado para mí, en los mejores y peores momentos, tu amistad y cariño es completamente sincero...no necesito nada y a nadie más, Rose

La Lavillant le sonrió de vuelta y se puso de puntitas para besar la mejilla de la Couffaine.

- siempre contarás conmigo - dijo la rubia con una sonrisa

- lo sé, y es por eso que decidí que haré caso omiso a Marinette

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Un rubio de orbes color esmeralda paseaba de lado a lado en su habitación. Una de sus manos se encontraba sobre su mentón y la otra afirmando su codo opuesto. Su mirada era pensativa, debatiéndose entre qué debería o no hacer.

Le daba una y mil vueltas al asunto, recordando las palabras de Lila Rossi.

"-tienen una relación tóxica que está destinada al fracaso"

"-las relaciones entre amigos con derechos no funcionan, ambos ténemos la prueba..."

Y era cierto, Lila Rossi y Félix Graham habían tenido una relación de ese tipo varios años atrás.

Se habían conocido en Londres, la italiana había ido un semestre de intercambio a Inglaterra, y había terminado en la misma escuela que el Graham.

Félix era un chico de pocas palabras, mirada gélida y apática, cara de pocos amigos, pero de igual forma directo al hablar y sin rodeos. De presencia implecable, siempre bien vestido, bien peinado, elegante y sofisticado, sin perder su varonilidad.

Cualidades que llamaron por completo la atención de la Rossi.

Al principio, fue reacio y esquivo con la castaña. Sin embargo, poco a poco fueron conviviendo más, al punto de volverse amigos.

Y no pasó mucho tiempo, para que luego esa amistad se confundiera y tomaran el camino equivocado hacia el placer y falsa satisfacción.

El final fue nefasto, al punto que no volvieron a interactuar por bastante tiempo.

Y ahora, ahí estaba él, con la cabeza hecha un lío nuevamente a causa de aquella italiana, quien ahora le tenía una propuesta diferente a la de hace varios años atrás.

Ella le ofrecía y aseguraba que con su ayuda podría tener el amor de la mujer que él amaba.

Lo que era una oferta tentadora, sino fuera porque sabía que si se hacía partícipe de ello y si en algún momento la Bourgeois lo descubría, terminaría todo en un gran desastre para ambos.

Lo que menos quería era lastimarla, pero debía admitir que si existía una posibilidad de tenerla a su lado, quería aceptarla sin duda alguna.

Su mirada se dirigió nuevamente a aquel mensaje de texto envíado por la castaña de orbes color aceituna.

Félix,
Mi propuesta sigue en pie. Quizá  quieras sentirte honorable, pero sabes que aunque me ayudes en esto o no, lo haré de todos modos. Después de todo, me conoces.

Un suspiro salió de sus labios y se recostó con brusquedad sobre la cama, tapó su rostro con ambas manos y soltó otro suspiro con frustración.

¿qué era lo que debería hacer?

Después de todo, conocía a Lila Rossi y de lo que era capaz. Podía ser una manipuladora, una mentirosa, pero si había algo que él siempre había admirada y odiado a la vez de la italiana.

Lila Rossi, siempre cumplía su palabra, si se proponía algo lo hacía hasta lograrlo y, sabía que haría hasta lo imposible por lograr sus objetivos.

Al saber todo eso, ¿debía apoyarla? Después de todo, ella lo haría con o sin su ayuda.

- ¡aaahg! - espetó poniendo la almohada sobre su rostro

¿qué debo hacer, querida Chloe?

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