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- lo lamento...no quise...- se disculpó de rodillas ante ella mientras su rostro estaba bañado en lágrimas, al igual que el de ella - por favor, perdóname...- rogaba entre sollozos

La rubia no era capaz de articular palabra alguna, sus manos cubrían su boca, reprimiendo el llanto desgarrador que quería salir.

No era la primera vez que la engañaban, después de todo, Adrien lo había hecho por más de dos años. Pero ahora, sentía que todo su mundo se venía abajo.

A pesar de que el Couffaine se lo había confesado a la mañana siguiente y que además se disculpaba sinceramente por su actuar, sentía que no podía...

Si ese era realmente su karma, lo aceptaba. Pero le dolía.

- te perdono...- susurró la rubia con su voz quebrada

El Couffaine alzó la mirada sorprendido y rápidamente la envolvió entre sus brazos.

- prometo nunca volver a fallarte - dijo aferrándose a ella como si la vida se le fuera en ello

Pero el daño estaba hecho. La herida estaba latente y abierta.

Y así, una brecha entre ambos de formó, una brecha que acabó por terminar con todo.

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El Couffaine veía como aquel rubio lo miraba con molestia, mientras se llevaba las últimas pertenencias de la Bourgeois.

- yo nunca quise herirla...- dijo casi en un susurro el teñido

- pero lo hiciste - sentenció el rubio pasando por su lado sin mirarlo, para luego darle la espalda al teñido e irse rápidamente del apartamento del Couffaine - ahora será feliz, donde no la puedas lastimar

Cuando todo quedó en silencio, Luka cayó de rodillas al suelo y soltó en llanto.

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La Bourgeois se encontraba sentada en la cama, abrazando sus piernas y mirando hacia la ventana.

Un pequeño golpeteo se escuchó y luego la puerta se abrió. Félix apareció con una charola en sus manos, en la cual se encontraba un zumo de naranja y unas tostadas.

- no has comido nada - dijo él, dejando la pequeña charola sobre el tocador y sentándose al borde de la cama - al menos bebe el zumo

La rubia sólo escondió su rostro entre sus piernas mientras lloraba en silencio. Al Graham se le partía el corazón de verla en ese estado tan deplorable. Quería poder hacer algo más por ella que sólo ser un simple espectador.

Chloe llévaba unos meses viviendo con el británico y, en todo ese tiempo, se la había pasado encerrada en la habitación, llorando la mayor parte del tiempo y durmiendo la otra. Ya no sonreía, ya no era esa Chloe Bourgeois que tanto amaba el Graham.

- Chloe, quizá este no sea el mejor momento...pero te amo - confesó el Graham - y no es un sentimiento de amigos, quizá pueda estar aprovechándome de la situación porque debes estar aún devastada pero...pero quería decírtelo. Sabes que siempre contarás conmigo...

La rubia asintió imperceptiblemente y luego alzó su vista para mirarlo a la cara.

- gracias, Félix - dijo ella acercando su rostro al de él, depositando un beso en su mejilla

Dos almas heridas (Lukloe) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora