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Cloe

Estoy sentada en un banco de una pequeña ciudad cuyo nombre no he escuchado en mi vida. «I Predatori».
Cuando lo repito varias veces en voz baja me doy cuenta que mi acento español sigue conmigo. Me aclaro la garganta y me acaricio las sienes formando pequeños círculos, -¿Qué hago ahora?- me pregunto para mí misma.

Cuando entré a la ciudad me di cuenta que tanto Chiara como Apolo dejaron de perseguirme. Lo que significa que estoy a salvo, a salvo del peligro. A salvo de vivir una vida que no quiero. A salvo de que me vuelvan a hacer daño. Sola.

Hace unos años habría pagado miles y miles de euros para conocer a mi propio Jacob, porque sí, mi yo de 11 años era team Jacob. Pero ahora... Sólo quiero una vida normal, una vida aburrida; con una rutina que me haga replantearme si en verdad soy feliz con lo que hago, saliendo de fiesta cada vez que encuentre una razón absurda por el cual hacerlo, y liarme con chicos sin esperar que se transformen en perros o murciélagos.

Vuelvo a recordar todo lo que he pasado para llegar hasta aquí y sólo llego a una conclusión:
Estoy metida en un buen lío.

-Hasta que te das cuenta.
Ruedo los ojos, -Gracias por los ánimos en serio, ni siquiera mi propia loba está de mi parte.
-Tal vez lo estaría si cada vez que tienes una oportunidad de conocer de una vez a nuestro mate no la arruinas- protesta.
-Tal vez si nuestro mate no fuera un imbécil, demonio y toca narices no estaríamos en esta situación.
-Touché.

Me levanto del banco para darme una vuelta por el pequeño pueblo, el cual, tiene su encanto. Sus calles están repletas de flores rojizas y blancas, tiene esculturas algo exóticas en forma de personas que llevan armas y en sus caras lucen grandes arañazos, en el suelo están escritas frases en un idioma antiguo que apenas podía traducir.
Venga que para algo di latín en secundaria.

-¿La bestia...- murmuro intentando ponerle un sentido al resto de la frase. -¿Es la sombra de la muerte?
Pongo una mueca con la cara mostrando al aire la confusión de la frase, -Tal vez mi latín está desfasado- murmuro. Sigo andando y caigo en cuenta que este pueblo esta lleno de armerías, lo que tiene su lógica puesto que viven al lado de un bosque.
Escucho la suave melodía de una canción que juraría haber escuchado antes y como si estuviera en piloto automático voy directamente hacia el lugar de donde proviene.
Llego a una plaza donde hay mucha gente de mi edad bailando, bebiendo y celebrando, pero no sé el qué. Es 10 de agosto, tampoco es que sea una fecha requete-importante ¿no?

Algunos chicos realizan una danza que parece ser tradicional, alrededor de una gran fuente de mármol blanco, me fijo que en ella resalta una figura de una punta de flecha. Un matojo de sentimientos se acoplaron en mi pecho, pero como siempre, nunca sé como interpretarlos.

Decido envolverme entre los demás, al fin y al cabo, no voy a volver ni al bosque, ni con mis supuestos tíos, ni con mi supuesta madre y mucho menos con mi pesado, estúpido y demonio mate.
Tienes que volver a ser medianamente normal, Cloe.
Me acerco adonde un chico, él toca despreocupado la guitarra y cantando, mientras le rodean varias parejas a escucharlo. Sonrío al reconocer la canción, Shallow.
Él tiene un brazo tatuado y su pelo está desordenado, cayendo así por su frente en forma de pequeños rizos castaños.
Es mono...
Me siento a un lado, junto los demás, sintiendo la música. Olvidándome de los problemas por una vez en mi vida, sin preocupaciones. A mi lado una chica me dedica varias miradas fugaces y me doy cuenta que ella no es la única, otra pareja también me mira desde su sitio haciéndome sentir un poco rara.

Cuando el chico acaba de tocar la canción le aplaudimos y como un impulso me acerco a él, -Cantas genial- le sonrío.
El me devuelve la sonrisa, -Gracias...- deja la frase abierta e intuyo que quiere saber mi nombre.
-Cloe.
-Yo soy Diego- hace una breve pausa y noto como me analiza con la mirada. -No me suena haberte visto por aquí.
-Por la Diosa Luna, Cloe. Ni se te ocurra ponerte al descubierto, recuerda a tu ex, pensabas que era normal y acabó siendo un chupaalmas- salta Nola de golpe.
Le hago caso y con naturalidad prosigo la conversación.
-A mí tampoco me suena haberte visto por aquí- le respondo bromeando. -Vine hace unos días a la casa de mis tíos y bueno, al no conocer aquí a mucha gente pues tampoco tenía mucho que hacer fuera- miento.
-Pues me alegro de que te hayas animado a salir- sonríe.
Sonrío. -¿Eres cantante o algo por el estilo?
Él suelta una pequeña risa, -Que va, eso no es lo mío.
Alzo una ceja, -Pues no lo parece.
-Es tan sólo un pequeño hobby, nada del otro mundo, además hay gente que canta mejor que yo.
-¿No serás don optimista?- me burlo y me doy cuenta que su sonrisa se ensancha al momento.

Apolo

-¡Mierda Chiara!- grito frustrado. Aunque sé que ella no tiene la culpa, que aquí el único culpable soy yo y mi maldita impulsividad por querer que Cloe me quiera a la fuerza. -¡Todo iba bien hasta que has llegado tu!
Ella me mira ofendida, -Pues no lo parecía, ¿qué pretendías? ¿Encerrarla y obligarla a que sintiera cosas por ti a la fuerza?- hace un ademán con las manos cabreada. -Pues no, hermanito. Así no son las cosas.
-Ella es mi mate- protesto.
-¿Y eso qué cambia?- brama ella.
-Lo cambia todo, ¿o es que no lo ves? Ella lo cambia absolutamente todo- le grito de los nervios.
-¡¿Pero estás ciego o qué?!- me grita aún más fuerte. -¡Si sigues en ese modo de Alfa mierdas te va a odiar por toda su vida y ahí no podrás hacer nada para remediarlo! ¡¿Tanto te cuesta verlo, Apolo?!
Siento un nudo en la garganta y no vuelvo a dirigirle la palabra en todo el camino hacia los demás. Podría pedir que la encerraran hasta cuando me apeteciera, pero al fin de cuentas seguía siendo mi hermana.

Todos me miran esperando una respuesta de lo que ha pasado, menos Ludo, que se limita a deslizar la pantalla de su móvil.
-¿Y bien?- la primera en hablar es mi madre, mi padre a su lado se muestra serio mirándome con su típica superioridad.
Chiara va a responder por mi, cuando la callo con una mirada. Esto lo he causado yo, así que yo lo resolveré.
-No está muy lejos, la traeré esta noche- me limito a contestar.
-¿Dónde está, Apolo?- la voz de mi madre adoptó el tono de su loba, como si eso ya tuviera algún efecto en mí. Ahora el Alfa soy yo.
Por vía mental hablo con Nico y Jasón para que aparten a toda la gente de los alrededores.
-Apolo, como me enteré que le ha pasado algo a mi hija por tu culpa, no dudaré en acabar contigo- salta Zoe llena de furia.
Mi madre al ver la evidente y notable agresividad de Zoe se interpone, asumiendo su rol de madre sobre protectores que había tenido toda la vida, -Zoe no voy a dejar que le hagas daño a mi hijo, que te quede claro.
Los ojos de Zoe adquirieron un brillo de odio, -¿Es qué acaso tengo que recordaros todo lo que hemos hecho Ezio y yo por vosotros? Sin nosotros, vuestra manada hubiera sido carne de presa desde hace ya muchos años, así que, ni se te ocurra irme de moralista-. En el momento que Zoe me mira trago en seco, sin duda su hija era clavadita a ella, -Más te vale que aparezca sin ningún rasguño Apolo, porque sino tomaré cartas en el asunto.
-Cloe está bien- remarco.
-¿¡Y se puede saber donde narices está!?
-Te recuerdo que estás en mi manada, y por muy alterada que estés no voy a soportar que te dirijas así a mi. Al alfa- hablo lo más frío posible. Recuperaré a Cloe cueste lo que me cueste, pero no toleraré más faltas de respeto. -Cloe está en un pueblo que está aquí al lado, esta noche iré a por ella, no puedo hacer nada a plena luz del sol.
-¿Cómo que está en un pueblo que está aquí al lado, Apolo?- mi padre se preocupa al instante, algo que me llama la atención.
Asiento fríamente.
-Más te vale traerla de una pieza- advierte mi padre. -Y lo más rápido posible...
Jasón que sorprendentemente había vuelto a mi lado, interviene -¿Cómo que al pueblo de al lado, acaso no sabes quiénes son los que viven ahí?
Sí, lo sabía, ¿pero que puedo hacer en plena luz del día? Me conocían todos los del pueblo y nada más verme me matarían y eso no ayudaría a Cloe.

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⏰ Última actualización: Oct 25, 2023 ⏰

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Más que un campamento © [en proceso] @NatHolstromDonde viven las historias. Descúbrelo ahora