2.1.| Fiore

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Cloe

Nos encontramos alrededor de una fogata, algunas chicas están haciendo sus nubes derritiéndolas con el calor que desprende el fuego, otras charlan animadamente sobre lo guay que sería ir un día a la playa y pillarse un bronceado, y luego estamos Chiara y yo, aguantándonos la risa.
-¡Cloe!- chilla una voz irritante, y es en ese preciso instante cuando Chiara y yo nos miramos y explotamos a carcajadas delante de todo el campamento.
Ludo viene corriendo hacia nosotras, provocando que los demás se sumaran a nuestras carcajadas. Y victoriosa me levanto del tronco en el que estoy sentada y le miro a su cara verde, -¿Qué pasa, Mike Wazowki?- me burlo.
-Me las vas a pagar- brama abalanzándose contra mí, todas nos miran, unas riéndose, otras impactada y bueno... luego estaban las indignadas.
De un movimiento me quito a Ludo de encima, tirándola sobre la tierra delante, ganándome una mirada de odio por su parte, sonsacándome una sonrisa.

FLASHBACK.
Llevamos una hora en el bosque. Una hora en la que no he mirado ni una sola vez el móvil para ver si hay noticia de alguno de los chicos y peor aún, una hora desde que Leslie nos ha hecho salir a todas de nuestras cabañas y traernos aquí para integrarnos todas por nuestra cuenta.
-Con suerte podemos escaparnos- pienso mientras miro el frondoso bosque.
Noto como Chiara cruza los brazos a mi lado y de manera obvia suelta -: Nos encontrarán antes de lo que piensas, son más.
Me volteo para mirarla con una ceja alzada, -¿Más? El único problema aquí es Leslie.
-Como se nota que eres nueva- dice con un toque de humor, mientras baja el tono de voz. -Leslie no es la única persona de la que te debes preocupar, créeme que en el momento que decidas escaparte ella será la menor de tus preocupaciones.
«¿Qué es esto una secta?»
-Estás exagerando un poco, ¿no crees?- mi comentario se queda en el aire, cuando una estruendosa y chillona voz habla a mi lado.
-No sabía que dejaran entrar al campamento a una débil humana- Ludo arrastra cada palabra con burla.
De pronto, noto como soy el foco de todas las miradas. Como si al decir eso todo el campamento se hubiera enterado en ese mismo instante.
«No si te parece soy E.T.»
Sus amigas que no dejan de rodearla y tratarla como una supuesta reina, no dejan de analizarme con la mirada y mirarme con asco.
-Ten cuidado con lo que dices- me acerco a ella amenazante, pero no se mueve sólo sonríe con recelo.
-¿O qué?
-Créeme que no lo quieres averiguar- responde Chiara por mi, a mi lado y yo sonrío por su respuesta sin quitarle la mirada de encima a Ludo, que luce un poco más calmada. Incluso puedo decir que noté como palidecía. El corro formado por las amigas de Ludovica, el cual nos rodeaba, se disolvió como la pólvora y algo en mí se removió. ¿Curiosidad, tal vez?
-Aún estás a tiempo de estar con los que son tus iguales, Chiara. Si sigues con Cloe, mancharás tu imagen- responde.
Cierro mis manos en puños, mientras contengo todos mis impulsos de querer abalanzarme contra ella y borrarle esa actitud altanera con la que se dirige hacia los demás.
-¿Tu igual?- se burla. -Tu nunca serás igual que yo, que te quede claro tu sitio de una vez.
-No me subestimes, D'Angelo. No sabes de lo que soy capaz- suelta con sorna y sin más se va.

Me giro para ver a Chiara, la cual está roja de la ira que está conteniendo en estos momentos. Su mirada es cínica y sus respiraciones son irregulares, -La odio.- esa es la única maldición que logró diferenciar entre toda las demás que está diciendo en voz baja.
-No eres la única- pienso, mientras me apoyo en el ancho tronco de un árbol con los ojos cerrados. Siento como la brisa me acaricia, envolviéndome de un aire veraniego que tan sólo me hace pensar en darme un baño en la playa, lejos de todo esto. Pienso en mi vida. En cómo hubiera sido si me hubiera quedado en España, tal vez ahora mismo estaría en la playa con un par de guiris que hubiera conocido en un bar. Intentando evadir cualquier pensamiento intrusivo para enfadarme o quizás lo más probable es que hubiera acabado haciéndome un tatuaje de que no tardaría en arrepentirme o un piercing. Sin más abro los ojos y miro a Chiara, -Sígueme.
Vamos hacia las cabañas. En mi cabeza tracé un plan lo suficientemente bueno para borrarle esa sonrisa a Ludo por un tiempo.
-Ve a la cabaña de Ludo y tráeme su gel, yo me encargo del resto.
-¿De qué estás hablando?
Me acerco a ella más segura que nunca, -Ludo ha cometido un gran error conmigo, subestimarme y lo va a pagar-. Y estoy muy segura de ello...
La rubia frente a mí sonríe y asiente. Continuando con mi plan.
Me dirijo hacia la cabaña de Leslie aprovechando que está en el bosque con las demás y rebusco entre el almacén que tiene en la puerta contigua a su cuarto. -Bingo- sonrío al ver los botes de pintura fluorescente.
Me paro unos segundos y pienso bien que color llevarme. ¿Azul? ¿Amarillo? ¿Naranja? ¿O verde?... Al azar cojo el que tengo más cerca y con una velocidad impresionante llego al cuarto de Ludo, que es el único que tiene la puerta abierta, con el bote de pintura verde.
-¿Ahora qué?- me pregunta Chiara.
Le arrebato el gel de su mano, -Ahora que comience el espectáculo-. Y sin previo aviso comienzo a sustituir el gel por pintura verde fluorescente.
-¿Estás segura de esto?- por su voz me percato de que no le hace mucha gracia meterse en líos. De reojo veo como está jugando nerviosa con los dedos y no deja de moverse hacia los lados.
-Cálmate, con suerte saldremos hoy de aquí.
Vierto la pintura dentro del gel y el champú y rápidamente lo dejo a los pies de la ducha. Al ver que tienen más botes los agarro y los meto dentro de un armario debajo del lavabo, para que no les quede la opción de poder usar otro bote y sonriente me miro al espejo por un breve instante y sin evitarlo tomo una corta inspiración, -Pronto todo mejorará.
Salgo del cuarto de baño y veo como Chiara no deja de mirar un corcho lleno de fotos. Me pongo a su lado y veo en concreto la foto que está mirando con un rostro triste. Es Ludo con dos amigas más y tres chicos. Todos se ven felices, aunque los chicos parecen algo incómodos, por los rasgos de la odiosa dueña del cuarto me doy cuenta de que puede hacer uno o dos años desde que se tomó la foto. En ella Ludo posa en el centro, abrazando a un chico de ojos azules y pelo castaño, el cual sólo le corresponde el abrazo con un solo brazo, sus ojos marrones no se despegan de él como si estuviera locamente enamorada, pero él solo se limita a mirar a la cámara. En el extremo derecho de la foto está una chica de pelo rizado que sonríe al lado de un chico de pelo rubio, el cual imita su gesto no muy cómodo. Y en el extremo contrario, está otra chica de pelo cobrizo agarrándole la mano a un chico de ojos marrones y pelo negro, el cual ni se molesta en sonreír.
-¿Pasa algo?- pregunto sin quitar la vista de la foto.
-No- responde rápidamente tomándome por sorpresa. -Todo está bien, vámonos ya- y sin dejarme un segundo para responder me agarra de la muñeca y me saca de ahí.
«Oculta algo y algo me dice que tiene que ver con esa foto...»

Más que un campamento © [en proceso] @NatHolstromDonde viven las historias. Descúbrelo ahora