4| Criaturas

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Cloe

Mis pasos son decididos, no voy a dejar que esto se quede así.
Entro al bosque y hago el mismo recorrido. Oigo cada vez más voces, hasta puedo oír frases pero lo raro es que no veo a nadie.
-¿Qué hace una de vosotros en el campamento Moon?- pregunta un chico que no había escuchado hablar antes.
-Ella no es como nosotros, así que olvidaros de ponerle un dedo encima.- amenaza Enzo. Me dirijo cada vez más rápido a donde se escuchan las voces. Paso como veinte árboles y al fin veo unas sombras de personas, agarro la carta con fuerza.

Corro hacia allá con una ira acumulada que nunca había llegado a tener y cuando me ven se callan, -Tenéis cinco segundos para decirme, quién es el gracioso que ha escrito esta carta.-la muestro al aire, -Y que Dios se apiade del culpable.
Gian coge la carta y la lee junto con Enzo y Marco, -Héctor.
Les miro confusa, -¿Ese quién es? ¿Otro rarito?- me cruzo de brazos.
Apolo con el ceño fruncido se acerca a mí, -Mira, pulguita.- se burla de mi apodo, -Te hemos soportado ya lo suficiente como para que te calles la boca.- dice cabreado y sus amigos asienten con la cabeza, hasta otros gruñen.

Mi ira comienza a crecer más y le empujo pero no consigo moverle de su sitio. Entramos en un desafío de miradas y le digo, -Escúchame chucho,- me burlo ahora yo, -No tienes ni la más remota idea de con quien te estás metiendo, así que abre la boca cuando tengas algo inteligente que decir.- espeto.
Sus compañeros de campamento me miran como si estuvieran a un paso de partirme la cabeza, pero no me intimidan, nadie lo hace. Soy Cloe Fiore y necesitas más que una mala mirada para intimidarme.

Mis tres amigos me miran preocupados, -¿Quién es Héctor? No lo volveré a repetir.
Marco suspira, -Es el rey vampiro. Tiene 200 años, aunque aparenta 20.
«¿Es qué no ven que no estoy para bromas?»

Intento calmarme, -¡Ya vale! ¡Entended que esas cosas no existen! ¡Así que dejad esta broma de mal gusto!- grito.
Apolo y yo intercambiamos miradas, una sonrisa burlona se posa en su cara, -Vas a ver como no es ninguna broma.
Sus amigos se alejan de él y Apolo comienza a desvestirse, -¡Eres un cerdo! ¡¿No ves que hay gente aquí?!- me pongo una mano tapándome los ojos y lo siguiente que escucho son huesos rompiéndose, pequeños gruñidos y siento la necesidad de apartarme la mano de los ojos.
«Voy a morir.»

Trago en seco al ver a un gran lobo negro frente a mí. Y cuando digo gran, me refiero a que es casi de mi altura y no es que sea baja, mido 1,70.
El lobo muestra sus dientes y yo retrocedo un paso, choco con alguien, pero le reconozco al segundo, -No te va a hacer nada.- me susurra Gian.
Le devuelvo el susurro, -¿En serio? Tenemos a un lobo de mi altura y ¿lo único que se te ocurre es eso?
El negro lobo se acerca a mí y me obligo a tomar una bocanada de aire para tranquilizarme.
«Es como un perro. Sólo que más grande y violento.»

Unos recuerdos vienen a mi mente.
FLASHBACK.
Estoy con Ezio y Zoe, ellos están contándome una de las aventuras de mi tío Ezio.
-¿Entonces cómo te libraste de aquel lobo?- pregunto curiosa, él me dedica una sonrisa sincera y me responde.
-Mí querida pulguita, lo único que hice fue clavar mis ojos en los suyos hasta que entendiese que no le tenía miedo.- me pasa su mano en mi pelo despeinándome.
FIN DEL FLASHBACK.
«Espero que esto funcione.»

Doy un paso hacia él y clavo mi mirada en la suya. El gran lobo vuelve a mostrarme los dientes pero no me inmuto, aunque en mi interior siento algo diferente.
«Quizás lo único que necesitaba era afrontar mí miedo a los lobos.»

El lobo me gruñe y no sé por qué pero yo le gruño de vuelta. Nuestras miradas no se separan en ningún momento y de repente, sus ojos se transforman a unos rojos.
«Creo que me han drogado.»

Acto siguiente me quedo impresionada por lo que ocurre. El lobo empieza a retorcerse en el suelo y al pestañear Apolo le sustituía.
-Pero qué mierda.- susurro, me paso la mano haciéndome hacia atrás el pelo y me giro rápidamente para mirar a mis amigos. Ellos me miran, sin decir nada, doy un paso hacia atrás involuntariamente, -¿Sois vampiros?- mi voz suena casi inaudible.
Enzo da un paso hacia delante y hace un ademan con las manos para que me tranquilice, -Relájate Cloe.
«Eso no ha sido ni un sí, ni un no.»

-Lo somos.- dice Marco, da un paso hacia mí pero yo retrocedo.
-No vamos a hacerte ningún daño.- asegura Gian, pero yo le miro con miedo y confusión.
Agarro rápidamente la carta de la mano de Gian y huyo. Pero en un abrir y cerrar de ojos me encuentro a Gian delante de mí.
«Pero si he huido hace cinco minutos y no he escuchado a nadie seguirme, ¿cómo lo ha hecho?» me doy un tortazo mental al recordad que es un vampiro.

Me mira triste, -Por favor Cloe, no te pongas así, nunca te hemos hecho daño. Eres mí única mejor amiga.- no sé que decir, estoy muy confusa. Acabo de ver a Apolo transformándose en un gran lobo negro.
Abro la boca y en susurro digo, -Gian, necesito procesarlo todo. Todo ha pasado muy rápido, ni siquiera sé que hago en este maldito campamento y por no hablar de Héctor...
Da un paso hacia mí y yo me quedo quieta, -Cloe, no vamos a dejar que te pase nada.
Asiento con la cabeza sin saber que hacer o decir, -Necesito estar sola.- lo último que veo es a él con una mirada triste y en un pestañeo desaparece.

Ya he llegado al campamento. Las chicas están todas fuera olfateando. Sí, habéis leído bien, olfateando. Chiara se gira y me mira. -¡Estás aquí!- grita alegre y viene a darme un fuerte abrazo, -Me tenías muy preocupada.
Me quedo rígida, no respondo al abrazo. Si el campamento Wolf es de hombres lobo, el campamento Moon sería de mujeres lobo.
Todo tenía sentido: los lobos aúllan a la luna.
Me separo de Chiara y voy corriendo hacia mi cabaña, abro mi maleta y meto todas las cosas que voy pillando, Chiara entra a la cabaña, -¿Se puede saber, qué te pasa?- da un paso hacia mí, a lo que yo retrocedo instantáneamente.
«No la cabrees, Cloe.»

Sonrío lo mejor que puedo y al ver su cara deduzco que la mía parece una mueca, -Nada.
Mira mi maleta y la señala, -Te hemos buscado durante una hora y ahora de la nada empiezas a hacer tu maleta.- me mira seria, -Dime qué ha pasado cuando me he ido.
Niego con la cabeza.
Chiara bufa, -Ni que hubieras visto a un fantasma.
«Lo que me faltaba ahora.»

Leslie entra por la puerta sin siquiera tocar. -Señorita Fiore, he revisado las cámaras y he visto como se ha escapado del campamento llevándose un cuaq y una pistola de agua, ¿qué tiene que decir al respecto?
Chiara me mira impresionada pero no dice nada, me cruzo de brazos, -Que me voy.
Mi amiga mira la carta, la cual, estoy agarrando con fuerza. Leslie frunce su ceño, -No se irá hasta que pasen dos meses, así la inscribieron sus padres.
«Supuestos padres, porque ahora ya no sé que pensar.»

-¿A caso he preguntado?- digo irónicamente.
La jefa del campamento me mira cabreada, -Está castigada. Como veo que le ha agradado quedarse en el campamento sola, el siguiente castigo será ir con sus compañeras a ayudar al campamento Wolf para conocer a nuestros adversarios en las pruebas de la semana que viene.
Trago en seco.
«Me tiene que estar vacilando.»

-¡Y una mierda!- grito. No quiero ir a ese campamento, la he liado demasiado como para presentarme de nuevo. -¡No voy a ir al campamento para chuchos! ¡Ahora lárguese de esta cabaña!- espeto cabreada, la jefa me mira sorprendida pero me hace caso y se larga, dando un portazo.

Nota de la autora: ¿Qué opina Cloe con todo esto? Yo creo que ha sido el miedo del momento, ¿será capaz de quedarse en el campamento o se irá?

Besos y ¡hasta el próximo capítulo!

Más que un campamento © [en proceso] @NatHolstromDonde viven las historias. Descúbrelo ahora