14.2.| Azul cían

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    -Soy Cloe Fiore y quiero mi parte loba

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-Soy Cloe Fiore y quiero mi parte loba.- consigo decirlo sin titubear.
En un alarido de voz pregunta, -¿La pequeña Fiore? - asiento, -Estás en problemas, tienes que salir de aquí cuanto antes.
Asiento, -Sí, pero tienes que entender que necesito mi mitad loba.
Su mirada se fija en la mía, -Atiende, tienes que...
Su voz es interrumpida por la llegada de Héctor, -¿Poniéndoos al día?- pregunta, -Cielo, ven con nosotros.
«Iugh.»

Voy tras de él y Tabita igual.
Entramos en el rústico despacho en el que sólo tengo malos recuerdos y me hace sentarme en uno de los sillones que hay frente al escritorio, al igual que Tabita. Él, con su alta necesidad de controlarlo todo desde que lo conozco se pone en la gran silla al otro lado y con sus manos entrelazadas se apoya en la mesa haciendo que la silla chirríe un poco.
-¿Tan tonto creéis que soy?- su pregunta al momento me desconcierta pero decido disimular.
-¿De qué hablas?- pregunto.
Bufa y pasa a cruzarse los brazos, -"Necesito mi mitad loba"- hace un mal intento por imitar mi voz. -¿En serio, pensabas que te iba a dejar tan libre por mí casa? ¿O es qué no te acuerdas que soy vampiro?
Trago en seco y olvidando el hecho de que me pueda matar en un abrir y un cerrar de ojos me yergo sobre la silla, -Eres de lo que no hay. ¡Estoy cansada de tus juegos! ¡Cansada de ti! ¡¿Por qué no me dejas tranquila y ya?! ¡Y no me sueltes que es una venganza! ¡Ezio está muerto y todo por tu culpa!- al decir lo último armada de cólera no pude evitar sentir un pinchazo dentro de mí. Como si me doliese decirlo en voz alta. Como si una parte de mí, aún no lo haya asimilado.
Una sonrisa burlona se postra en su cara, -¡Guau! ¡De verdad, que me entretienes! Pero déjame complicarte las cosas.
Le miro confusa y antes de que pase algo Tabita dice, -La maldición de la Luna Roja, recuerda.- inmediatamente su corazón abandona su cuerpo y me quedo estática en el lugar.
-Será zorra.- maldice entre dientes.
«¿Maldición de la Luna Roja?»

    «¿Maldición de la Luna Roja?»

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-Ha surgido un cambio de planes.- me informa Lilia.
Me tenso al instante, -¿Cómo que un cambio de planes?
Asiente, -Cloe está empeñada en quedarse hasta que recupere su mitad loba.
-¿Cómo?- no me puedo creer lo que estoy escuchando. Está encerrada con el mayor asesino que haya pisado el país y sólo piensa en recuperar su loba interior.
-Me cae bien.- dice Kia interrumpiendo mis pensamientos.
-¿También te caería bien si la llegan a matar antes de que se hagan las doce de la noche?- le pregunto sarcástica.
-Sólo digo que no cualquiera tendría el valor de hacer eso.

Valor. A mí que más me da el valor si acabo perdiendo a mí mejor amiga. Sin duda, no voy a dejar que eso pase, ya perdí a una y no haré lo mismo con Cloe, aunque son diferentes circunstancias.

Lilia me cuenta que acaba de concertarle una cita a Héctor con la misma mujer que le quitó a Cloe su parte licántropa.

El tiempo pasa, la bruja ya ha entrado en casa, pero de repente, un chillido de Cloe me alerta, me acerco cautelosamente a la pared. -¡Porque has hecho eso! ¡Estás enfermo!
-Eso es lo que te pasa por subestimarme.- su tono burlón no me pasa inadvertido. Entro sigilosamente por la puerta trasera y con mucho cuidado me acerco a la puerta, Lilia al ver lo que quiero hacer sube arriba rápidamente y baja con la misma velocidad con un trozo de madera, -Toma.
Lo cojo y abro fuertemente la puerta de donde escucho las voces.
Kia rápidamente sale a la luz y me abalanzo a Héctor alejándolo de Cloe, al transformarme suelto la estaca y veo a Cloe agarrarla instintivamente.
La fuerza de Héctor es descomunal comparada a muchas otras, nunca me había enfrentado a alguien con tanta ferocidad a la hora de defenderse, ¿pero qué puedo esperar? Es uno de los vampiros más viejos que conozco.
Le muerdo y hay veces en los que él me intenta esquivar pero no en todas lo consigue. Al verlo contra el suelo me relajo, pero error.
Me tira contra una estantería y se acerca rápidamente para cogerme del cuello, pero de pronto, -Hijo de puta.- la estaca de madera atraviesa su corazón.
Se arrodilla en el suelo y Cloe le dice, -Saluda a Dracula de mí parte.
Sus ojos desprenden odio y rabia y la tengo que obligar a salir de la casa después comprobar el cuerpo inerte del vampiro.
Lilia me agradece con la mirada lo que acabábamos de hacer Cloe y yo pero solo le sonrío con la boca cerrada forzosamente.

-¿Estás bien?- esa es su primera pregunta al salir de la casa

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-¿Estás bien?- esa es su primera pregunta al salir de la casa.
Mi cuerpo me duele más de lo normal pero decido ignorar el dolor. -Sí. Tenemos que hablar.
-¿Sobre qué?
-Antes de que Tabita muriese, ella me dijo, La maldición de la Luna Roja, recuerda.
Sus ojos se abren y grita, -¡Dime que no es cierto!- hace que todos mis vellos se ericen ante su reacción.
-¿Qué pasa?- le pregunto asustada.
-¡Corre! ¡Al bosque!- y eso es lo que hacemos. Cuando llegamos me cuenta la historia de «La maldición de la Luna Roja» -La maldición de la luna roja es muy conocida. Aunque, yo la considero más un cuento para dormir. Hace miles de años, la bruja de una aldea se enamoró de un hombre lobo. Ambos se amaban con locura, pero un día todo cambió. La joven bruja fue a ver a su amado hombre lobo, se sorprendió cuando él acunaba en sus manos el rostro de su amiga y al ver eso pensó que le estaba siendo infiel, la cólera se apoderó de ella y sin pensarlo dos veces los maldijo a ambos. A pesar de que su amado fuese un hombre lobo no se había transformado antes y eso hizo a la bruja crear una maldición para él y otra para ella. Cuando la joven chica se encontró a la bruja, esta no se lo pensó dos veces para lanzarle su maldición en un polvo que le había impregnado disimuladamente en el pelo y esto hizo que la bruja pudiese manipularla fácilmente. Le dijo que tenía que atacar al joven hombre lobo esa misma noche, y antes de que llegase la hora, la hechicera fue hacia la pequeña choza del chico y le maldijo, sólo que a él le puso el polvo en su bebida. Él ya estaba maldecido cuando se la bebió y esa misma noche, después de que la bruja maldijese a su amado, iría la chica a atacarle y según la maldición de la hechicera después de matar a alguien tú mitad loba saldrá a la luz.
Proceso todo lo que ha dicho, -¡¿Todo eso por celos?!- me mira seria y decido dejar la bromas de lado, -Es decir, que él al matar a la chica obtuvo su mitad loba.- pienso y al acordarme de lo que acababa de hacer, abro los ojos como platos, -Acabo de liberarme.
Asiente, -Sí, una pregunta,- la atiendo- ¿Cómo se siente haber matado al vampiro más viejo de toda Italia y más sanguinario?
La empujo de broma mientras que andamos hacia nuestra cabaña, -No seas tonta, lo hemos hecho entre las dos.- una sonrisa se cuela en su cara y yo la imito para después decir, -No por nada dicen que los D'Angelo y los Fiore somos los más peligrosos.

Chiara me va contando que no tengo nada de que preocuparme o al menos hoy, que no hay luna llena. Luego hace un inciso para retractarse y contarme que a lo mejor mis emociones son más inestables y que puedo tener pequeñas transformaciones, pero no especifica nada.

Cuando llegamos a las cabañas me sabe mal y le digo, -¿Sabes qué?- me mira con curiosidad, -Vamos a ir a la fiesta del chucho, tengo que explicarle un par de cosas.- y eso es lo que hacemos.

Nota de autora; ¿Qué os parece?

¡Besos y hasta el próximo capítulo!

Más que un campamento © [en proceso] @NatHolstromDonde viven las historias. Descúbrelo ahora