Capítulo 15

1.4K 177 60
                                    

Yelena durmio conmigo la madrugada en que llegue a casa, y tambien la siguiente hasta que sintio que ya no me extrañaba demasiado. 

Realmente no quiero que sea adolescente nunca.

Esos 5 días antes de regresar a la escuela fueron los peores, mi madre se la había pasado sobria y en casa debido a sus medicamentos, estar dentro de esas paredes sin mi padre era todo un infierno, entonces lo había estado evitando a toda costa.

Estaba saturada de trabajo pero cada momento libre que tenía lo aprovechaba para textear con Wanda... ella insistía en vernos pero realmente estaba ocupada entre el trabajo y mis propios líos familiares.

Odio todo esto, en serio lo odio, a veces me gustaría poder saturar mi cabeza de problemas adolescentes estúpidos pero la realida es que estar en casa era una batalla constante que solo era aliviada por Yelena.

//

El día previo al regreso a clases finalmente se hizo presente por lo que decidí irme a dormir temprano, estaba realmente entusiasmada de volver a ver a Wanda, sin embargo, eran al rededor de las 12:40 de la madrugada cuando comence a escuchar golpeteos en mi ventana.

Fui directo a la puerta principal pues sabía que era Steve, el seguramente estaba llegando del campamento y quería atormentar mi paz como siempre. 

Es su marca personal desde que somos niños, lanzar piedras por mi ventana.

No estaba equivocada, al abrir la puerta salude con la mirada entrecerrada debido al sueño, el tenía el rostro lleno de preocupacion, casi como si hubiese cometido un asesinato y quisiera ayuda para deshacerse del cuerpo.

Si necesitaba eso entonces teníamos que conseguir palas para comenzar a cavar, pero en el fondo deseaba que no fuese eso, soy demasiado jovén para ir a prision.

Entro a mi casa y comenzo a caminar hacia mi cuarto directamente sin decir nada, simplemente lo sigo, sin entender nada, el se acuesta en la cama envolviendose en mis sabanas y yo me acuesto a su lado.

-Esta vez jodí todo en serio, Natasha, en serio, enserio - su voz sale  en un pequeño sollozo que rompe mi corazon - mis padres me van a matar.

-¿Qué hiciste ahora?

El se remueve en la cama y acomoda su cabeza en mi regazo.

-Aún no puedo decírtelo, necesito tiempo. 

Unicamente atino a asentir con la cabeza mientras acaricio su cabello.

El había estado siempre para mí durante toda mi vida, solía escondereme en su casa durante muchas madrugadas en las que no soportaba estar en la mía y el hacía lo mismo. No sé qué clase de cosa le haya sucedido a Steve Rogers para llegar a mi casa con ese rostro pero sea lo que fuera estaría ahí siempre.

-Te extrañe. - Digo.

El se aferra más fuerte a mi regazo y ahí obtengo mi respuesta, el también me ha extrañado.

Aquella noche no dormirmos muy bien, estuvimos despiertos gran parte de la madrugada escuchando música y cuando el se calmo decidió hablar conmigo acerca del torneo, no me dio demasiados detalles al respecto pues parecía muy afectado.

El estruendoso sonido de mi alarma nos despertó y entonces comenzamos a vestirnos lo más rápido que pudimos pues si no nos apurabamos llegaríamos tarde al primer día.

Al bajar por las escaleras encontramos a mi madresentada en el sillón con la pierna aun envuelta en vendaje, su mirada se dirigió hacia Steve y le soltó una sonrisa.

La verdad es que en todos esos días ella y no habíamos cruzado una sola palabra, no me interesaba.

-Tomen el desayuno, los llevaré - Mi padre asienta dos platos en la mesa junto con dos tasascafé, Steve y yo las tomamos contentos.

Hungry EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora