Capítulo 13

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(Natasha's Pov)

El lunes había llegado y yo había pasado los días previos a vernos mensajeando con Wanda casi todo el tiempo, excepto cuando debía ir al trabajo... Últimamente nos llevamos mejor que nunca, descubrimos que tenemos miles de cosas y gustos en común, yo solo acabe confirmando que es tan genial como imaginaba que era e incluso un poco más que eso.

Me encuentro terminando de empacar la casa de campaña, sábanas, almohadas, todo lo necesario para estar cómodas y pasar un buen rato.

-Creo que se la pasarán muy bien - Mi padre comienza a subir a la camioneta las maletas que ya tenía listas - eres muy linda, Natalia, haces que mi corazón duela.

Asiendo con la cabeza bastante apenada y el comienza a mirarme con ojitos de perro.

-¿Ella de verdad te gusta?

Niego mientras sigo en lo mío.

-Solo es una amiga, papá - el sonríe - y se me hace tarde para ir por ella, así que debo irme ya.

Tome la última mochila de mano con mis cosas esenciales para vivir y me acerque a despedirme de mi padre, justo en ese momento llegó Yelena.

-Nooo, no te vayas aún - mi pequeña hermanita súplica desesperada  - te extrañaré mucho, Nat - me envuelve de la  cintura en un fuerte abrazo que rápidamente correspondo tomándola en brazos.

-Solo me iré dos días, bicho, no debes preocuparte. - Le digo en el oído mientras depósito un beso en su cabeza..

-Debes llevar este muñequito - me ofrece un lego explorador y siento a mi corazón hacerse pequeño - te dará suerte y te cuidara por mi - tomo al muñequito y abrazo aún más fuerte a mi hermanita.

Finalmente me despedí de ambos y me encamine a la casa de Wanda.

Apenas a la mitad de la calle escuché a Yelena silbar, sin dudar, le devolví el silbido esperando que lo hubiese escuchado.
____
Es algo muy nuestro... Cuando Yelena era más pequeña tuvimos que ir con mi madre a casa de nuestros abuelos, la cuestión es que el coche se averió y nos quedamos muchas horas varadas en la carretera, ese tiempo fue suficiente para que Yelena comenzará a jugar por el bosque hasta el punto en el que mi madre se puso histérica porque no podía encontrarla. Como una demente me adentre corriendo para intentar encontrarla, y me tomó mucho tiempo, no fue hasta que me senté en una roca del cansancio esperando a verla salir de cualquier lugar que la escuche silbar y después soltarse en carcajadas... Justo ese día había aprendido a silbar porque le enseñe.

Después de regañarla un gran rato ambas acabamos riendo como siempre, a partir de ese día, cada que debíamos despedirnos o no vernos por un largo tiempo hacíamos la cosa del silbido, quizá es que tenía más valor emocional y lógica para ella que para mí, pero de cualquier manera era algo nuestro.

____

Pensé en enviarle un texto para que saliera pero luego de considerarlo unos segundos lo más prudente y correcto era ir a tocar la puerta para que sus padres sepan que no soy una desconsiderada.

Solo dos golpes bastaron para que su padre me abriera la puerta con una sonrisa, a los pocos segundos su madre se acercó a saludarme también, entonces se escucho el grito de Wanda desde las escaleras.

-Ya vooooy - ella venía corriendo con una mochila bastante gigante a sus espaldas y una bolsa llena de chuches delante de ella.

-Te ayudó - Me acerco para cargar su bolsa y tomándome por sorpresa ella deposita un beso en mi mejilla en forma de saludo.

-Hey, ya casi no se ve el corte - dice, mientras me mira  fijo al lugar donde tenía la cortada que mi madre me causó, tiene razón, ya casi no se ve, pero vaya que es intimidante tenerla tan cerca.

Hungry EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora