Hungry Eyes

65

(2 años después del ejército)

— Creo que se sentía como vivir día a día, segundo a segundo preguntándome a mí misma hacia donde iba todo, si iba hacia alguna parte... o si terminaría al día siguiente — encendí aquel robot de juguete mientras pensaba en mis siguientes palabras — creo que nunca pude sentir como si estuviera parada en tierra firme, ¿sabes? y todo eso te llena de emoción, de adrenalina... pero también te convierte en una bola inmensa de ansiedad, ansiedad extrema... y toda esta clase de sentimientos frenéticos que te generan preguntas interminables sobre todo.

— ¿Te sientes de esa manera hoy en día?

Negué.

— Incluso si una relación es frágil, o complicada, incluso si está llena de ansiedad y toda esa clase de sentimientos no significa que sea mala, que no valga la pena... no significa que no puedas sentir todo lo bueno del amor a partir de ello.

— ¿Qué hacemos hablando de Wanda después de todo este tiempo?, ¿Volvieron a tener contacto?, ¿Todo en orden con Carina?

— No... nada de contacto, Steve se casa mañana... por eso es que cambié la cita.

Mónica me dio una sonrisa.

— ¿Estás preocupada de encontrarla en la boda?

— Me siento genial con Carina, de manera genuina... Ella es, lo que jamás esperé encontrar en mi vida, es simplemente maravillosa.

— ¿Pero?

— Probablemente es estúpido porqué ahora somos mayores, cada quien ha hecho su vida y dudo que si quiera me recuerde, pero no sé qué pasará por mi cabeza si la tengo de frente... y eso me aterra.

— No es algo estúpido, por mucho tiempo tuvimos sesiones solo acerca de Wanda, fue alguien grande para ti... Creo firmemente en que has dejado atrás esa conexión que ambas tienen, y para bien, eres feliz con Carina, pero aún tienes derecho a recordarla de vez en cuando, aún es válido ponerte triste pensando en lo que tuvieron... no puedes limitarte a ti misma a sentir.

— Me siento horrible por sentirme horrible en caso de verla, más que nada por Carina....

— Natasha, todo saldrá bien, puedes elegir contarle o no... recuerda lo que siempre decimos, tus recuerdos y sentimientos son tuyos, tú eliges qué hacer con ellos.

De manera nerviosa continué jugando con los juguetes de niños que había en el consultorio de Mónica.

Aquella sesión sería larga.

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— ¿Puedo usar tu motocicleta? — preguntó Kate.

Finalizaba los últimos detalles en mi peinado, y ella se ajustaba su traje tras mío.

— La última vez que te la presté acabaste en la cama con mi hermanita.

— Nat, llevamos 2 años juntas... debes comenzar a superarlo.

— Solo tenía 17

— Ahora tiene 19

— Igual

— ¿Por favor?

Kate hizo los ojitos de perrito y finalmente le lancé las llaves.

Sonreí recordando el día en que las descubrí juntas.

(fb)

Iba regresando camino a casa después de pasar una increíble noche en el departamento de Carina.

Entonces observé mi motocicleta estacionada en casa.

— Es puntual — Murmuré colocando la llave para abrir la puerta — prueba de que Barton no la educó.