Hungry Eyes

Capítulo 34 [+18]

Natasha's Pov

Wanda me pidió que pasara la noche con ella en su casa, estaba sola y supongo que solo necesitaba a alguien.

Recibí varios regaños por parte de mi padre al teléfono, pero finamente accedió.

Así que, aquí me encuentro, de vuelta a donde empezó todo, tratando de consolar y hacer sentir mejor a la persona que me ha hecho sentir como la mierda más miserable del mundo los últimos dos meses.

Se que suena horrible porque precisamente también sé que no es un mal ser humano, Wanda es... simplemente es mucho mejor que los demás, pero no puedo evitar mirarla sin sentir que mi corazón comienza a llenarse de grietas.

He decidido no reclamarle, he decidido no pelear ni contar lo que sucedió entre nosotras, solo lo saben Steve y Peggy de manera clara... La verdad es que es demasiado doloroso intentar comenzar a contar como sucedieron las cosas.

Me la he pasado llorando como una niña a la que le han destrozado su peluche favorito, pero Wanda no sabe eso, y tampoco sería capaz de hacérselo saber.

Compré nachos de camino a su casa porque son la única cosa comestible que ayudan si Wanda esta triste, cuando está feliz come lasaña, pero solo la de Bostons, la de su madre no le gusta tanto.

Me gustaría poder olvidar esos detalles. O no conocerlos.

- Y, entonces... ¿Me contaras? O solo quieres que permanezca sentada a tu lado admirándote mientras vemos la noche pasar... – digo en un tono de broma, obtengo una ligera risa de parte de Wanda en respuesta.

- Empezó con las pastillas cuando tenía 13.

- ¿De dónde carajos un niño de esa edad obtiene drogas y decide probarlas? Sobre todo en un entorno como el de ustedes... - respondí

- Las mejores escuelas, la mejor ropa, juguetes, videojuegos y una tarjeta para gastar en lo que deseemos... Desde que tengo memoria así ha sido, nunca me he tomado muy personal la falta de cariño por parte de mis padres, pero el sí... - Wanda dejo a un lado su plato de nachos vacío y se acurrucó a mi lado provocando que la rodeara con uno de mis brazos... - sucede que, tenemos o teníamos una tía que probablemente aun es adicta... No sé con seguridad, Addison la odia por lo que sucedió con Pietro así que no me dejó verla más... Ella era agradable, cantaba en el karaoke conmigo y en la noche de navidad me dejaba tomar todo el helado que quisiera... - Sonreía contando aquello y no pude evitar dejar caricias en su cabello, eso la hace sentir mejor.

Automáticamente se relajó cerrando los ojos con mi toque, adoraba que hiciera eso.

- ¿Por qué la culpan? ¿Piensan que trato de imitar su comportamiento o algo por el estilo?

Wanda negó.

- Fuimos un verano de vacaciones con ella, y todo estuvo relativamente bien, teóricamente estaba limpia y eso, cuando regresamos... En realidad no recuerdo mucho solo que Pietro dejo de jugar conmigo, se encerraba en su cuarto, me gritaba y horas después parecía un zombie por los pasillos de la casa... - su voz comenzó a quebrarse así que apreté aún más mi agarre - él tomó las pastillas del novio de mi tía que era un jodido drogadicto y, hasta el día de hoy no sé qué pensaba cuando lo hizo, ni cuál era su idea... Solo se que después de ese verano al regresar a casa lo hice sola, porque mi hermano no regresó conmigo, no lo ha hecho hasta ahora.

De la nada se giró subiéndose a horcajadas en mi cuerpo y solo se soltó a llorar, sin dudar un segundo la abrace, acariciaba su espalda y dejaba caricias en su espalda.

Después de unos minutos tranquilizándola, logró calmarse... Evidentemente esto es algo de lo que no ha hablado con alguien en mucho tiempo, o tal vez nunca.