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De pie en aquella habitación terminando de firmar los últimos papeles observaba a Natasha.

Observe su tatuaje en brazo, su cabello rubio tasajeado que dejaba sus raíces castañas a la vista, observe sus ojos verdes que se mostraban llorosos y su rostro que aunque no era el mejor no evitaba que se viera hermosa.

La observaba, y deseaba poder sentir odio por ella.

Deseaba poder odiarla porque Pietro planeó su muerte y pensó en ella antes que en nadie.

Lo descubrí cuando leí sus documentos, no quería a nadie de la familia cerca, no en ese momento, la quería a ella y solo a ella.

Y probablemente la peor parte de que mi propio hermano no me deseará cerca en un momento así es que tenía motivos para hacerlo, tenía motivos para no quererme cerca porque nunca fui realmente una buena hermana con él, nunca preguntaba cómo estaba, nunca me interesaba lo suficiente en su vida cuando muy en el fondo siempre supe que no la estaba pasando bien.

No puedo odiar a Nat por ser su persona, ya que en realidad y sin poder decirle, le agradezco cada segundo que estuvo ahí para Pietro.

Le agradezco haber sido su persona, y mientras la observó mirar con furia a aquellos abogados pienso que nunca realmente podré odiarla, y quizá tampoco olvidarla.

Se marchó del lugar a paso rápido sin despedirse de mí, no pude evitar pensar que, aunque ya no habláramos, ni follaramos ni nada, ella siempre sería parte de mi familia porque Pietro la había elegido, porque yo la había elegido... Y esas cosas no se rompen incluso cuando lo hacen.

Estoy condenada a quererla por siempre.

— ¿Cómo te fue en la reunión, cariño? — preguntó Robbie dejando un casto beso en mi mejilla.

Con sus manos rodeó mi cintura y yo me abracé más a él mientras sentía su rostro junto al mío. Y entonces me solté a llorar, porque era lo único que sabía hacer últimamente.

Me solté a llorar y dejé que me doliera todo lo que se suponía que debía doler.

— Arnett... Regresaré a Sokovia, me quedaré con mis abuelos un tiempo y, lamento si digo esto de la nada, pero probablemente no es buena idea seguir juntos... No es mi mejor momento.

Su rostro no cambió a uno de sorpresa, más bien parecía que esperaba aquellas palabras.

— Desde hace mucho que no estamos juntos, Wanda... Lo único que hacemos es follar, tocar en conciertos y beber, soy tu premio de consolación — mencionó acariciando mi cabello

— Yo no... N-no pretendo que te sientas así, Rob... Has sido un gran amigo para mí en estos meses

— Lo sé, pero tú no me quieres de vuelta

Di un suspiro sintiendo como el estómago se me revolvía y sin más, lo dije.

— No tanto como esperas que lo haga

— Esta bien

— Bien

— Pero no te puedes marchar lejos

Mostré una cara de confusión y el rodó los ojos, cansado.

— Puedo hacerlo, lo haré... Necesito tiempo para pensar, ¿no entiendes eso? Quiero recostarme en el césped y llorar por años

El comenzó a reír como si aquello fuese un chiste.

— ¿No conoces ese dicho?... "Puedes caerte, pero no permanezcas mucho tiempo en el césped, la madre Tierra terminará por absorberte"

Hungry EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora