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— Aprendí a hornear esas papas que tanto te gustan, y Jessica ahora sabe muchísima gastronomía rusa, Doctor Webber... ¿Cuándo regresará a casa? — preguntó mi hermana emocionada — tengo miles de cosas sobre las que ponerlo al dia.

— Definitivamente quiero probar tu intento de cocina, cariño — Menciono Ivan quien observaba con ilusión a Yelena.

Richard le dio una pequeña sonrisa, y luego unió su mirada con la mía.

No parecía tan ilusionado como la Doctora Bailey, o la Doctora Grey.

Tenía la mirada seria, y apenas la podía disimular.

— Unos días más bajo observación serían suficientes para firmar su salida — Respondió.

Pero no parecía estar creyendo en sus propias palabras.

Salí de la habitación tras él, y mientras Jessica y mi hermana continuaban disfrutando a mi ser humano favorito, entonces solté aquellas palabras que deseaba poder dejar de pensar.

— Cree que es el pico, ¿no es así? — Richard bajó la mirada apenado — cree que es su última chispa antes de apagarse por completo, solo... solo dígalo en voz alta.

El jefe de cirugías del hospital colocó una de sus manos sobre mis hombros.

— Es raro, pero sucede... No me siento cómoda diciendo esto, es tu padre, Natalia,yo...

— Sus signos están en orden, es como si su cuerpo estuviera recién hecho, y le diré... Con mis pocos o muchos conocimientos de medicina, nadie se recupera de algo como lo que le sucedió a él, la semana pasada tenía los pulmones colapsados y hoy mágicamente no necesita respirador.

Di un fuerte golpe al mostrador llamando la atención de algunas personas y Richard dejo ir un suspiro .

— Probablemente no tenemos razón... solo ve y abrazalo, lo necesita.

Asentí aún conmocionada mientras Richard se marchaba de ahí.

Definitivamente había una cosa que deseaba en ese momento.

Y esa era Wanda, quería verla... quería escucharla, que me escuche... simplemente la quería ahí conmigo porque la necesitaba pero no tenía ningún derecho a pensar aquello.

Corrí hasta el cuarto en donde Clint descansaba y encendí las luces de golpe.

— ¿Acaso no tienes a un padre que observar o algo por el estilo? — preguntó irritado, cubriéndose el rostro.

— Quiero llamarla, Clint, de verdad quiero llamarla — conté desesperada a mi amigo.

— ¿Ahora?, ¿quieres llamarle a Maximoff justo ahora?

— Solo siento que la necesito, Clint... algo no se siente bien en todo esto.

El ahora castaño se puso de pie colocando las manos en su cintura.

— Si, quizá ahora la necesitas... creo que es justo — aceptó.

Asentí asustada y me senté en aquella litera intentando buscar su número con nerviosismo.

— Dame eso, lo haré por ti — Me arrebató el teléfono de las manos y comenzó a buscar entre la lista de contactos.

Bufo enojado después de unos segundos.

— Ya intente de todo, "Wanda", "Wanda Maximoff." ,"Ex novia super actriz millonaria", "el cacas", "quien no debe ser nombrada.","amor de mi vida." pero no... no la encuentro.

— Que gracioso... — respondí a sus palabras — está bien, marca el número, debí borrarlo en algún momento mientras estaba ebria...

— ¿Te sabes su número de memoria? — pregunto incrédulo — ni siquiera me se el de mi hija.

Hungry EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora