22.- Sin más restricciones

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La sensación de el agua cálida contra su piel fue una de las cosas que más extraño durante su viaje, aunque en realidad no se había dado cuenta de cuanto necesitaba un baño cálido hasta que se lo dio. Durante su estadía en el campamento solo podía darse duchas frías. Se relajo bajo el agua soltando un suspiro placentero, hundiéndose hasta cubrir su nariz.

Aún no podía salir de la bruma causada por los besos y las caricias, causada solamente por Lan Wangji. Su rostro, de por sí ya rojo por la temperatura del agua, enrojeció aún más al recordar la escena de momentos atrás, haber tomado la mano de Lan Wangji por el resto del camino se sintió casi como un sueño. Había tomado su mano antes, pero nunca se detuvo a pensar en la sensación, en ese entonces no era consiente de sus emociones.

Lan Wangji siempre había sido considerado con el, demostrando con detalles su preocupación y cariño, como conseguir algo de comida con condimentos para el, saltar ciertas reglas con tal de evitarle castigos, en ocasiones esos detalles eran un tanto más románticos, aunque no podía recordar claramente cuando esos detalles se volvieron más constantes, más tiernos, más importantes, como aquellas ocasiones en que acomodaba sus prendas discretamente, cuando limpiaba con su pañuelo alguna que otra mancha que Wei Wuxian conseguía en su rostro. Ahora que lo analizaba se daba cuenta ¿Cómo fue que no lo notó antes? ¿Fue por su temor a ser rechazado?

Lan Wangji nunca dijo algo al respecto, ni puso en palabras sus sentimientos, pero de cierta forma siempre demostró cuánto lo estimaba, cuánto lo quería, con esos detalles, siendo Lan Wangji siempre tan estricto y frío con otros, con Wei Wuxian fue más flexible, ahora parecía tan obvio, pero ¿Cuando se transformó en amor?

Entonces vago de nuevo a aquellos besos que se dieron en los momentos más inoportunos, desde el último hacia momentos atrás, el que se dieron en la cueva cuando Wei Wuxian prácticamente le pidió que lo besara y hasta el primero que fue en aquel mismo cuarto.

–Ya lo recuerdo... – se dijo a si mismo hundiéndose más en la bañera –Fue aquí cuando nos besamos por primera vez... – sonrió y cerro los ojos recordando aquel momento. Sintió una calidez en su corazón.

En aquel mismo cuarto donde se besaron la primera vez, el primero que Wei Wuxian podía recordar. Hacia ya un tiempo cuando lo creía imposible, como Lan Wangji por encima de él juntó sus labios y le permitió arrebatar su primer beso. E inconscientemente regreso más atrás, a otra escena en la que Lan Wangji estuvo por encima de el, en la biblioteca. Se ruborizó tratando de reprimir esas emociones, pero Wei Wuxian era hombre y como todo hombre, sentía.

Llevo una de sus manos a su boca, cubriéndola y la otra la deslizó lentamente hasta llegas a esa parte, reprimiendo suspiros y sus vergonzosos sonidos de placer, tratando de recordar la sensación de las manos de Lan Wangji apresando las suya como aquella vez, cuando le mostró el arte erótico, la emoción de como dos hombres, como el y Lan Wangji, podían usar más que sus manos y bocas. Con la emoción del momento, quitó la mano de su boca y la llevo entre sus piernas, aún acariciando su erección se preguntó ¿Cómo era tener algo ahí? ¿Cómo sería tener a Lan Wangji ahí? Aún no sabía del todo el porque asumió que Lan Wangji estaría ahí, entre sus piernas, pero la idea no le desagradaba y ahora solo podía pensar en ello.

Con delicadeza presiono un dedo sobre su supuesta entrada, lentamente hasta ingresar completo, era incómodo, no era placentero, era extraño, pero no quiso rendirse, así que lo saco y lo introdujo de nuevo, soltando suspiros cuando la fricción comenzó a hacer efecto, aún era extraño, pero se enfoco en pensar en Lan Wangji, e imaginar que era el quien lo tocaba y estaba funcionando de maravilla.

Salió de su ensoñación cuando se escucharon unos toques en la puerta del Jingshi, no tenía que pensar mucho en quien sería. No sabía porque, pero la idea de tener a Lan Wangji en la misma habitación, escuchar su voz mientras hacia eso, le resultó atractiva y estimulante, así que se aclaró la garganta antes de hablar.

Las flores en Gusu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora