Asegúrense de haber leído la parte anterior en caso de que mami Wattpad no les haya avisado o que no haya cargado el capítulo ;w;
Ya anulé la publicación y volvía a publicarlo, incluso le edite un poquito, pero la verdad no sé si haya funcionado.
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—¡¿Cómo que no puedo tener una cita con Meliodas Demon?! — se quejó aquella terca mujer de ojos morados y cabellos cobrizos, casi rogando entre falsos lloriqueos, llevando a Deldrey, la secretaria, a impacientarse y perder los estribos con esa mujer de actitud dramática. —Solo un ratito chiquito. — la intensidad de la mujer era la misma o más por más que le negara por doceava vez en esos largos treinta minutos.
—Se lo vuelvo a decir, señorita. — si es que así podría llamársele. —El joven Demon tine muchos asuntos más en su agenda, tendrá que esperar al menos un mes para que la reciba y eso si es que confirma su cita. —, pero la terquedad de Vivian era imparable cuando se trataba de insistirle a los hombres en su desespero por conseguir una pareja.
—¿Si entiendes que yo fui una de las aspirantes para "La Señora De Demon"? — esperaba que eso le convenciera y le diera una prioridad, pero inclusive la de cabellos verdes, prefería por mil veces más a la platinada que a la loca desquiciada que tenía en frente.
—Pero usted no es la señora de Demon, con ella necesitaría una cita muy especial ya que está aún más ocupada que Demon, pero el joven Zeldris la puede atender. — por fin se dio por vencida y para colmar, ella resultó ofendida.
—Esto es ridículo, ¡hum! — no le quedó de otra que salir de aquel edificio al que se le hizo difícil entrar como para ser corrida por una simple secretaria. —¡¿Que se creé esa tipa?! ¡¡Yo debí ser la señora de Demon!! — refunfuño en el estacionamiento buscando las llaves de su auto sin notar cómo una camioneta se estacionaba cerca de ella.
—¿Señorita Vivian? — volteo a ver al dueño de esa voz áspera para encontrarse con singulares ojos turquesas.
—Ah, ¿sí? — arqueo la ceja con poca emoción. —¿Para qué me buscan? — el hombre sonrió levemente, parecía de confiar o al menos eso pensó la torpe mujer.
—¿Tiene un tiempo libre? — al parecer no lo pensó antes de acompañar al sujeto sin saber que saldría más que beneficiada por el plan detrás de la persona que la buscaba.
[...]
—¿Tu mujer? — se soltó a las risas, burlándose de tan patética afirmación. —No me hagas reír, solo aparece otro hombre ya le pones interés en ella. Hasta te volviste posesivo. — si tan solo supiera este pobre hombre que de pies a cabeza la conocía y más. Cada gesto, cada sonrisa, cada sonido proveniente de sus labios provocados por él; era más que suya, pero no se rebajaría a restregarle algo que claramente nunca tendría, ni avergonzar a su mujer.
—¿Solo porque es alguien mejor que tú la quieres?, ¿solo porque usa un prestigioso apellido te interesa?, ¡¿solo porque sabes que no volverá a caer en tus juegos te pones a implorar su atención?! ¡¡¿Hasta ahora te das cuenta de lo valiosa que es por sí misma y no por un estúpido apellido?!! — Mael se quedó callado soltando un gruñido al ver su ego más roto que su nariz. —No voy a tolerar que estés cerca de ella siquiera, mucho menos que vuelvas a tocarla. — como si fuese parte de su instinto, cubrió el cuerpo de la albina detrás de él a modo de defensa, pero poco le importó al albino que a duras penas se levantó.
—Entonces, deberás ser muy cuidadoso, Demon — advirtió antes de irse agradeciendo que el sangrado se haya terminado. Si eso era un reto, claramente tomaría cartas en el asunto, lo que fuera necesario para protegerla.
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La Señora de Demon || Melizabeth
FanfictionFirmaste un contrato; no hay marcha atrás. Meliodas Demon, un hombre cotizado cultipicaño, monótono y desinteresado por el romance, se ve obligado a casarse para heredar parte de la fortuna Demon. Elizabeth, una chica indiferente y hostil, pero amab...