—¿Elizabeth? — la albina pestañeo un par de veces con su corazón temblando en la garganta impidiendo el paso de palabras.
¿Realmente él le pedía matrimonio?
Estaba mareada de tantos sentimientos, las emociones juntas saturaron su cerebro dejándola en un temporal shock sorpresivo; ¿ahora qué? Se supone que debía aceptar, pero pensarlo solo le causaba náuseas y ganas de perderse en el bosque para no volver jamás.
—Eh yo... — relamió sus labios. —Es... es sorpresivo y eh... precipitado ¿no crees? No es rechazo, digo ¿Quién te rechazaría?, pero tampoco digo que me quiera casar, no es que no quiera eso y eh... — dio un paso hacia atrás en un intento por buscar las palabras, pero solo salieron huyendo sin coherencia y trenzadas entre sí.
Un brillo en aquella pequeña piedra celeste parecía ser el repelente contra sus ojos, no lo soportaba, no deseaba... ¡No quería casarse!, ¡definitivamente no!
—Estás balbuceando mucho. — comenzaba a arrepentirse, ¿no fue el momento indicado?, ¿debió esperar más tiempo?
Elizabeth bufo en seguida.
—¿Yo balbuceando?, ¡pff! claro que no, no, no. Solo creo que... que... — volteo a su alrededor con desesperación, aun estando al aire libre se sentía atrapada y sin escapatoria. —¡Quiero ir al baño!, me siento mal, si eso y...
¿Qué tan nerviosa debía estar? Solo retrocedía cada vez que él se intentaba acercarse; sin embargo, entre sus malos pasos y vacilación de palabras solo logró tropezar cayendo sobre su trasero asustando a su pareja por su actitud tan agitada.
—¿Estás bien Eli...? — se colocó tan rápido como pudo de pie ignorando sus piernas temblorosas y el sudor en su frente riendo nerviosamente.
—¡Estoy bien!, no me esperes, yo vuelvo. — Meliodas se mantuvo quieto con las palabras en la boca, solo tratando de preguntarse ¿tan mal lo hizo? Ver a la chica casi corriendo para ocultarse se le hizo tan curioso que no dudo en ir detrás de ella después de soltar un suspiro.
Por otro lado, Elizabeth huía como si su vida dependiera de eso; ¿Por qué tuvo que recordarle que era una niña caprichosa con fobia al compromiso sentimental? ¿Tan difícil era decir "si"? No era como si tuviera más opciones, pero...
—¡Ugh!, p-p-perdón señor Demon — se disculpó enseguida. Su torpeza nerviosa no le dejó en claro a donde iba que terminó chocando contra el cuerpo del mayor que recién llegaba al lugar con su madre. —¿me presta su baño? ¡Gracias! — no le dio tiempo de responder ya que corrió en seguida a la planta alta dejando a los adultos confundidos.
—Eeh... Claro. — su mirada se encontró con el de su hijo mayor caminando con su misma mirada trivial; debió suponer que ese pequeño tuvo algo que ver con la actitud asustada de la peli plata. —¿Ahora que le hiciste tu hijo de ...? Ooh. — tanto la mujer como su padre quedaron callados después de que Meliodas solo les mostrara el anillo de compromiso.
—Salió huyendo por esto. — se alzó de hombros sin percatarse de otro par de ojos curiosos.
—¡Pft! ¿te rechazó? — Zeldris lucho por no soltarse a las carcajadas por la desgracia de su hermano mayor. Este suspiró por segunda vez.
—Sabía que pasaría esto. — soltó el aire. —Elizabeth odia el compromiso.
—Creí que exagerabas. — el mayor se mantuvo de brazos cruzados tratando de asimilar la situación. Inés le advirtió en algún punto que Meliodas no siempre era él del problema, Elizabeth solía complicar las cosas, aunque no fueran graves.
—Será mejor que vaya a verla y hablar con ella al respecto. — se ofreció Goddess. Bien conocía a su hija y obligarla era algo difícil de lograr; solo esperaba que su defensiva no fuera mucho más agresiva. — Quizás pueda...
ESTÁS LEYENDO
La Señora de Demon || Melizabeth
FanficFirmaste un contrato; no hay marcha atrás. Meliodas Demon, un hombre cotizado cultipicaño, monótono y desinteresado por el romance, se ve obligado a casarse para heredar parte de la fortuna Demon. Elizabeth, una chica indiferente y hostil, pero amab...