Confessione 2

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XVI

Su nudillos rojos golpearon temblorosos sobre la madera café. ¿Quizá solo debía entrar? Sabía que podía hacerlo, porque aún era su hogar; su madre y padre viven ahí, pero no se encontraba tan fuerte como las otras veces. Los nervios y la preocupación lo tenían sofocado, con el frío calando en sus huesos, quemando todo su pecho.

Es urgente.

Solo eso tuvo que escuchar para correr y dejar su trabajo abandonado. Su madre no se había explicado, pero estaba seguro de que Agust tenía algo que ver en aquello. Su hermano había sido insistente durante casi una semana, frecuentaba su trabajo cada día y lo llamaba sin cesar.

¿Le habría pasado algo malo? ¿Le contó a sus padres lo que había hecho? Sabía que lo hizo, Agust nunca mentía, menos a sus padres. Sus ojos se nublaron al pensar lo molestos y decepcionados que estarían.

Antes de que las lágrimas recorrieran sus mejillas, su madre abrió la puerta. Su cabello rojo y rizado estaba despeinado y su maquillaje estaba corrido, Yoongi tembló de preocupación antes de seguirla a la sala.

Su padre tenía la mirada gacha cuando Yoongi llegó junto a él, la chaqueta de Agust estaba junto a él en el sofá, pero su hermano no estaba a la vista.

—¿Ha pasado algo con Agust?— su madre miró a su padre con un deje de nerviosismo y tristeza antes de mirarlo a él.

Sus padres estaban bien físicamente, así que no se preocupó demasiado por ellos, entonces, llegó a la conclusión de que si había sucedido algo con su gemelo como llevaba temiendo desde que salió corriendo del trabajo.

—Siéntate Yoongi— la voz de su padre sonó fuerte y preocupada. Un suspiro abandonó sus labios y el mayor le dio una mirada tan rara que lo hizo preocuparse.

—Agust está durmiendo en su antigua habitación, llegó desvelado y con olor a alcohol— los ojos ámbar de su madre brillaron en lágrimas antes de tensar los hombros y apartar la vista.

El nudo en su garganta lo estaba asfixiando, la preocupación quemando su pecho. Esto era una situación más que grave y sus padres estaban tan tensos y sin hablar que no ayudaban a que su preocupación menguara.

— ¿Agust les contó?— la pregunta salió estrangulada, sus manos temblaron y la vergüenza tiñó de rojo sus mejillas.

Su padre asintió y jalo la mano de YeJin hasta acurrucarla a su lado. Se sintió mareado cuando el sollozo de su madre chocó en el cuello de su padre, este la arrullo tratando de reconfortarla.

—Papá, me están asustando— sus dedos apretaron la tela que cubría sus rodillas, tratando de relajarse y no maldecir a sus padres al ponerlo tan nervioso.

—Agust no recuerda haber estado con esa mujer, Yoongi— el enojo se atascó en su garganta al escuchar a su padre.

Así que al final de cuentas su hermano si sabía mentirle a sus padres.

—¿Así que ha venido a convencerte de que no fue su intención y estaba ebrio?— sus ojos se llenaron de lágrimas al ver como su padre estaba siendo capaz de pasar por alto aquella bajeza por parte de su hermano.

Agust había sido egoísta y tan cruel al engañarlo de aquella forma. Se sentía burlado y humillado. Habían pasado por tantos momentos difíciles para poder estar juntos y a él no le había importado.

Se abraza a sí mismo y cierra los ojos, apoyándose en el respaldo del sofá.

—Lo esperé toda la noche, papá...— murmura, observando a la nada. Sus padres lo escuchan en silencio— No podía dormir de lo preocupado que estaba, pensé que le había pasado algo y mis nervios estaban de punta esperando alguna llamada de emergencia.

RIVINCITA | YOONMIN/AGUSTMIN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora