RIUNIONE

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V

Su corazón dio un vuelco, sus pies dieron saltitos antes de correr a los brazos del mayor y envolverlo con sus delgados brazos.

-Yoongi, Yoongi, Yoonie...- el contrario rió bajito y lo apretó un poquito más, escuchándolo repetir su nombre como un pequeño mantra.

En el momento en que Jimin lo vio, allí de pie con su cabello negro y lacio, la mejillas coloradas; con esa mirada tierna y brillosa, su garganta se atasco, los nervios lo envolvieron haciéndolo sentir como una masa temblorosa y débil. Se separó del mayor sintiendo sus ojos nublarse y su corazón latir desenfrenado.

-¿Qué? Hyung...-dio un par de saltitos más, sintiendo sus mejillas ser tomadas por el pálido.

El suave toque calentó su corazón, haciéndolo soltar mas lagrimas.

-¡Muestras de afecto al terminar, recluso!- el grito del guardia lo hizo saltar asustado, haciendo reír aun mas al mayor.

-¿Cómo supiste que estaba aquí?-preguntó, limpio sus mejillas antes de tomar asiento en la silla.

-Me encontré con Jungkook en el aeropuerto y me contó -Jimin asintió mirando a Yoongi y sonrió.

Tenían cinco años sin verse y su corazón nunca lo olvidó, lo sabía porque este no dejaba de saltar emocionado, incluso saltándose latidos al mirar las sonrisitas discretas que le dedicaba el mayor.

-Yoongi...-frunció el ceño, mirando a sus espaldas. Había pasado un detalle por alto, o mejor dicho; alguien.

-¿Si?- el mayor sonrió al notar lo ansioso que estaba mirando hacia todos lados.

-Dónde...¿Dónde está Agust?-Jimin siguió buscando hasta que dio con lo que sus ojos querían ver.

Su corazón se apretó al mirar más allá del vidrio en recepción. Cabello rubio, piel blanca y ojos claros llamaron su atención. Idéntico a Yoongi. Los gemelos Min eran demasiado idénticos, pero aquellos que llegaban a conocerlos bien, sabían quien era quien.

Físicamente la única diferencia que ellos tenían era que los ojos de Yoongi eran grises y los de Agust de un hermoso azul, además el pequeño lunar en la punta de la nariz de Yoongi y faltante en la de Agust hacía notar aún más la diferencia.

Yoongi tenía los ojos grises como su padre y Agust había heredado el azul de su abuela materna.

Ambos mantenían cuerpos delgados y en forma, cabellos lacios y suaves; Jimin aún recordaba cómo se sentían sus dedos al pasar entre los mechones. En su forma de ser si había diferencia; Yoongi era más relajado y despreocupado, mientras que Agust era calculador y serio, mantenían un carácter protector y posesivo, además de ser exigentes de mimos. Jimin sabía que si no los obtenían estarían todo el día de mal humor.

-¿Por qué no entra?- preguntó mirando de Agust a Yoongi, una y otra vez.

- Hay un problema con el pasaporte de Agust, así que por esta vez solo dejaran que uno de nosotros se registre y venga a visitarte-Yoongi tomó su mano y le dio un apretón tratando de darle calma.

Yoongi sabía lo nervioso que se ponía si no lo veía junto a su gemelo. Era así antes de que se fueran por trabajo y al parecer aún era igual. Jimin no había cambiado, más que físicamente.

-Pero... La próxima semana vendrán los dos juntos ¿cierto?-mordió su labio nervioso al notar como Agust se alejaba de la ventana con su teléfono pegado a la oreja.

- Lo haremos, cielo. Vendremos cada semana, el Director de la prisión nos a otorgado un día, así como a Jungkook...- Jimin asintió alejando su mirada de la ventana y dándole toda su atención.

RIVINCITA | YOONMIN/AGUSTMIN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora