Rotto

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XVIII

Yoongi siempre creyó que Agust era el más fuerte entre los dos. Su hermano era rudo, firme y justo, pero ahora, al tenerlo entre sus brazos, temeroso del exterior y de la gente cruel que podía dañarlo, entendió que esa fortaleza venía en partes iguales de cada uno de los dos.

— Estoy aquí para escucharte y apoyarte, no estás solo— los brazos de su gemelo apretaron su cintura, tratando de sentirlo junto a él.

Ignorando el vacío que se creaba en su pecho con cada tormentoso pensamiento que cruzaba su mente.

Se sentía sucio.

Estaba sucio. Era su culpa que aquello le ocurriera, si tan solo no le hubiera dado falsas esperanzas a Jihye. Si tan solo no le hubiera hablado... si tan solo...

—Es mi culpa... Estaba borracho y me sobrepase, Jihye no la paso bien— acepto, sus ojos llenándose de lágrimas.

Yoongi apretó los dientes. La furia quemando su pecho le hacía apretar los puños y pensar de manera incoherente. Agust no tenía la culpa de nada y sabía que en casos como esos la víctima se culpaba de todo, se hería así misma y se deprimía.

Yoongi no quería que su hermano pasara por eso. Quería a su Agust fuerte, ese que sabía que hacer en todo momento.

—Claro que no la pasó bien, se aprovechó de ti. — su rostro enrojeció y miró al menor con los ojos llorosos — ¡Estabas indefenso!

Agust negó con la cabeza, apretando la camisa de Yoongi entre sus manos.

—No, no, Yoongi... No importa— su voz desesperada asustó al mayor. Agust estaba tan fuera de si, sus ojos rojos llenos de lágrimas lo miraban sin parpadear, su cuerpo temblaba al igual que sus manos y el negar con su cabeza no se detenía.

—Claro que importa, Agust— el rubio apretó sus labios antes de tomar las manos temblorosas entre las suyas— te esperare todo el tiempo que sea necesario, hasta que estés listo y quieras denunciarla.

—No, Yoongi— mordió sus labios y negó con mayor vehemencia. Su corazón agitándose al igual que su respiración.

¿Yoongi no podía solo ignorarlo? Agust solo quería olvidarlo, quería esconderse de todas esas miradas burlonas. Era sencillo, buscaría otro trabajo, huiría de ello, porque ¿Quién creería que una mujer había abusado de él? Era imposible.

Miró con ojos atormentados a su hermano ¿Podía entenderlo? Solo necesitaba estar solo y olvidarlo. Necesitaba bañarse y limpiar todo el recuerdo, aun si solo son imágenes borrosas y en partes. Necesitaba borrar a Jihye.

—Está bien, bebé. Tranquilo— Agust continuó negando, el ambiente sombrío le daba frío y esperaba que Yoongi entendiera por que no quería aquello. Acurrucandose junto a él, el mayor ni siquiera dudó en ocultarlo en su pecho, tratando de consolarlo, esperando que sus adoloridos corazones se consolaran mutuamente.

Yoongi suspiró suavemente y dejó un beso en su frente, mirando con atención el rostro dormido y sereno. El tiempo pasaba lento y el no sabia que hacer para ayudar a Agust, solo podía esperar a que el contrario estuviera un poco listo.

Separó sus brazos del cuerpo cálido y dormido. Caminó en puntillas hasta llegar a la cocina y suspiró; la tristeza pesaba en sus hombros hasta hacerlo encorvarse.

Su mente viajaba de un lado a otro sin mantener un solo pensamiento, sus manos siguieron los pasos mecánicamente hasta prepararse una taza de café. Mira el líquido oscuro humear y calentar su frías manos, hace una mueca cuando siente dolor en la punta de sus dedos; hay sangre seca a causa de los pedazos de piel que él se arrancó sin darse cuenta. Sus uñas duelen igual, al haber sido mordisqueadas sin cesar.

RIVINCITA | YOONMIN/AGUSTMIN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora