Desolazione

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XIII

Hoseok está distante.

Jimin suspira al notar como se queda quieto y mira la pared sin parpadear. Hay lágrimas secas en sus mejillas y Jimin se pregunta cuánto debió haber llorado mientras él estaba junto a Yoongi y Agust.

-Hola...

Su voz es un susurro y desea que haya sido escuchado por el mayor. Un suspiro tembloroso salió de los labios de Hoseok, antes de girarse y sonreirle. La sonrisa no llegaba a sus ojos, su piel estaba más pálida y tenía los labios resecos.

-¿Cómo te fue?- giro sentado en la litera hasta verlo de frente. Jimin estaba aún parado en la entrada de su celda sin saber cómo acercarse. Dio un paso más cerca de él, sintiendo su corazón doler en preocupación y tristeza.

Jimin sabía lo que se sentía perder a la persona que amas, él estaba cegado con la idea de que había perdido a Yoongi y Agust; era horrible el simple hecho de recordarlo.

-Bien...

Jimin suspiró y vio de reojo como uno de los guardias recorría el pasillo entre las celdas. Por un momento había olvidado en donde estaban, no había forma de salir y encarar a Taehyung, de buscar respuestas y proteger a su hermano de la desilusión y lo roto que se pondría su corazón.

-¿Cuánto has llorado?- directo. Hoseok se mordió el labio a punto de volver a llorar.

Terminar con Taehyung era difícil, porque lo amaba tan malditamente tanto. Estaban a punto de casarse, Hoseok incluso se imaginaba la casa y el montón de mascotas que tendrían.

Pero ser un recluso te arruinaba completamente.

Al salir sabía que nada sería fácil. Encontrar empleo, comprar una casa, cualquier minúscula cosa; sería un jodido dolor en el culo. Jimin lo miró con esos ojos lindos y brillosos, se notaba que quería llorar, Hoseok sentía que no merecía una persona que lo quisiera como Jimin lo hacía.

No se merecía nada.

-Desde que desperté ...- murmuró y sus brazos se abrazaron a sí mismo por el ligero escalofrío que golpeó en su corazón.

Jimin caminó hasta la pequeña ventana en una de las paredes, estaba cubierta con periódico y el vidrio era grueso, aun así ni un brazo cabía por ese reducido lugar, era solo un pequeño cuadro, reforzado con varillas. El menor quitó cada pedazo de papel, hasta que un poco de luz entró por el pequeño espacio, se giró hasta mirar el rostro pálido del mayor, no había brillo en sus ojos; estos estaban hinchados y manchas oscuras adornaban cada uno de sus ellos.

-Necesitas hablar con Taehyung- Jimin suspiró y tomó asiento junto a él. Hoseok negó una y otra vez, sus ojos nublándose de nueva cuenta y su pecho apretando fuerte contra su corazón.

Sus ojos ardieron y ni el parpadeo múltiple logró alejar las lágrimas que bajaron de sus irritados orbes. ¿Tenía que ser así de difícil?

Hoseok no estaba listo para dejarlo ir. Quizá solo debería hacer como que nada paso, quizás si lo ignoraba no dolería tanto...

-No

Hoseok solo quería llorar por horas, hasta sentir que todo era un mal sueño, que Taehyung y él estaban bien.

-Hyung...

Jimin susurró entristecido, mirándolo negar de nuevo y esconderse en su cuello, como un pequeño niño perdido. Sus brazos tibios envolvieron el cuerpo del mayor, hasta tenerlo sobre sus piernas, el cuerpo vibró en sollozos incontrolables chocando contra su cuello. Los gritos de los otros reclusos fueron opacados, su celda estaba cerrada y su cuerpo buscó proteger el que tenía entre sus brazos.

RIVINCITA | YOONMIN/AGUSTMIN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora