Capítulo 52 Jamie

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1 mes y 3 semanas

Sentí un fuerte dolor en la cabeza. Quise levantar mi mano para sostenérmela, pero al intentar abrir los ojos una luz muy fuerte me cegó. Empecé a escuchar ruidos y voces a mí alrededor. Por un momento pensé que todo se volvía a repetir, no entendía nada. La luz despareció, cerré los ojos con fuerza y de pronto lo escuché claro.

– ¿Jamie, me escuchas? ¿Jamie? – no sabía quién era, pero por fin aquellas voces tenían un significado. Tenía miedo. No sabía dónde estabam pero las ganas de que ese vacío acabara me hicieron abrir los ojos poco a poco.

¿Dónde estaba? Varias personas estaban delante de mí observándome con atención. Intenté mover mi brazo, pero sentí un leve pinchazo que me hizo desviar la mirada hacia allí. Tenía varios tubos conectados a mi brazo. ¿Estaba en un hospital? Mi vista recorrió mí alrededor. Era un hospital.

–Hola – escuché, y me asusté mirando de nuevo a las personas que tenía enfrente. Eran tres. Un hombre y dos mujeres, una más joven y otra más mayor – Tranquila. Estás bien. Estás en un hospital – me explicó él con una voz muy calmada – ¿Te duele algo? – negué con la cabeza – Perfecto. ¿Cómo te llamas? – me preguntó sorprendiéndome. ¿A qué venía aquello?

–Jamie – pronuncié con dificultad. No había notado hasta ahora que tenía la garganta tan seca – Jamie Davies.

–Genial – me dijo – Acércale un poco de agua, por favor – le pidió a la mujer más mayor. Era una enfermera al igual que la otra. Y él era el doctor, detecté por la ropa.

–Gracias – dije después de beber a través de una pajita. Me dolía bastante al hablar.

– ¿Cuántos años tienes, Jamie?

–Veinte.

– ¿Dónde vives?

–En Boston.

– ¿Cómo se llaman tus padres?

–Elisabeth Baker y George Davies.

No entendía nada, solo podía repetirme eso una y otra vez. EL doctor se giró a comentar algo con las enfermeras, y anotó algo en la carpeta que llevaba en la mano.

–Quiero que estés muy tranquila, Jamie – me habló de nuevo – Soy el doctor Rogers. Vamos a explicarte todo poco a poco, ¿vale? – asentí – Pero antes necesito saber que es lo último que recuerdas.

Aquella pregunta me descolocó, y sin saber por qué comencé a ponerme nerviosa. Intenté pensar, y los recuerdos empezaron a llegar como pequeños relámpagos. En el coche con Connor, alguien siguiéndonos, una furgoneta blanca y de repente empezamos a girar por el aire. Escuché mis gritos y los de Connor de nuevo dentro de mi cabeza, el golpe, sangre, miedo y de pronto todo negro.

–Jamie, tranquila. Te acuerdas, ¿verdad? – cuestionó. ¿Cómo lo sabía?, pensé, pero al segundos sentí mi cara mojada y me di cuenta de que estaba llorando – No pasa nada. Todo está bien.

–Connor. ¿Cómo está Connor? – pregunté nerviosa. Recordaba querer llamarlo dentro del coche antes de cerrar los ojos, pero me costaba hablar.

–Está bien. Hace una par de semanas que dejó el hospital. Está recuperándose en casa de algunas lesiones, pero nada importante – me explicó mientras miraba algo en el monitor al que estaba conectada.

– ¿Hace un par de semanas? – repetí. Para mí era como si acabara de ingresar en el hospital. El accidente tenía que haber sido hacía un par de horas – ¿Cuánto llevo aquí? Solo han pasado unas horas – comenté empezando a ponerme nerviosa.

Duele Amarte#2 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora