Me quedé mirándola sin saber que puta mierda se le estaría pasando por la cabeza. Desde el primer momento supe que aceptar ir al campeonato me iba a traer problemas con Jamie, estaba siendo un cabrón al dejarla tirada después de prometerle que íbamos a pasar la semana juntos. Y estaba preparado para enfrentarme a su cabreo durante los días que fueran necesarios, porque yo me dedicaría cada uno de esos putos días a intentar que perdonara otra vez una de mis cagadas. Pero todo lo que nos estábamos diciendo me estaba haciendo ser consciente de que nuestros problemas iban más allá de que yo me fuera a Colombia. Sus últimas palabras me acojonaban como pocas cosas lo habían hecho en mi vida, perder a Jamie no era una opción.
–Ahora vete, Jay – habló dándose la vuelta mientras yo seguía como una puta estatua sin reaccionar – Ya no hay nada más que decir. Quiero estar sola esta noche.
–No me voy a ir así, Jamie. ¡Joder! ¿Que nos está pasando? – pregunté levantando los brazos al aire – ¿Qué cojones nos está apando? – repetí desesperado.
–Creo... creo que no estamos enfocando bien nuestra relación – comentó dándome la espalda mientras colocaba papeles en su escritorio de forma nerviosa – El año pasado basamos nuestras vidas el uno en el otro pero todo está cambiando y....
–No acabes esa puta frase, Jamie – avisé apretando los dientes – No quiero que nos demos ningún tiempo, no lo necesitamos. ¡Mierda, joder, estamos bien! – exclamé intentando convencernos a ambos – Esto ha sido una de mis cagadas, puede que la peor porque todo iba de puta madre y la he jodido, pero no dudes ni un puto segundo que te quiero, enana – hablé sincero acercándome hasta quedar mi pecho pegado a su espalda.
–Yo también te quiero, Jayson. Y no te iba a pedir ningún tiempo – suspiró – Pero no solo estoy enfadada, estoy decepcionada – dijo girándose para quedar atrapada entre mi cuerpo y la mesa – No es justo lo que has hecho, no puedes poner todo por encima de nosotros y esperar que esté feliz – soltó casi sin respirar tan desesperada como yo – Vete, Jay, no quiero verte. Quizás estos días separados nos vengan bien – habló de nuevo tras unos segundos en silencio con la voz rota.
– ¡Mierda, Jamie no estoy poniendo nada por encima de nosotros! – exclamé viendo que se me escapaba de las manos, no solo la situación sino también Jamie – Reconozco que no estoy sabiendo mantener el orden en mi vida, pero eres lo más importante. ¡Joder, ¿de verdad piensas que estar separados puede ser bueno?! – inquirí alterado buscando su mirada. Sus palabras podían ocultarme algo, pero sus ojos nunca lo hacían.
–Ahora lo único que sé es que tú tienes demasiadas cosas en las que centrarte y yo no quiero ser un impedimento para que hagas cualquier cosa o cumplas tu sueño. Vete a Colombia si es lo que quieres – dijo con la mirada perdida.
– ¿Eso significa que al decantarme por ir a jugar el campeonato te he perdido a ti? – cuestioné con rabia apretando la mandíbula tan fuerte que me crujió.
–Significa que vayas sin pensar en nada más que en ti, y cuando vuelvas hablaremos. Los dos tenemos que plantearnos muchas cosas y ver si estamos actuando bien, no sé... igual no es bueno que dependemos tanto el uno del otro – intentó explicarse moviendo las manos nerviosa.
–Jamie dependo de ti porque eres mi felicidad, si te tengo a ti todo está bien. Por mi parte no tengo nada que plantearme, te quiero toda la vida a mi lado – confesé sujetando su rostro entre mis manos examinando cada milímetro de su piel.
–Es muy fácil decir eso y luego cambiarme por un viaje a Colombia con tu equipo – soltó de nuevo enfadada negando con la cabeza. Esta vez no iba a conseguir su perdón solo con palabras – ¿En algún momento se te pasó por la cabeza decir que no? ¿Pensaste en mí? – preguntó subiendo el tono de voz mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
ESTÁS LEYENDO
Duele Amarte#2 Trilogía EDL
Storie d'amoreJayson y Jamie por fin han conseguido estar juntos. Ha pasado ya un año desde su reconciliación; los dos han superado momentos difíciles, han madurado, y sobre, todo han sabido permanecer unidos. Sin embargo, la relativa calma a la que se han acost...