Me desperté con el sonido del puto despertador y de un manotazo con la mano que tenía libre lo apagué haciendo que se cayera de la mesa de noche de Jamie. Mi primer impulsó fue bajar la mirada para comprobar si la había despertado, pero al verla profundamente dormida con su mejilla apoyada en mi pecho recordé que cuando Jamie dormía podría pasar un puñetero huracán a su lado que ella no se enteraría. Subí la mano con la que la rodeaba a lo largo de su espalda acariciándola con cuidado hasta retirar su pelo de la cara. Mi vista se fijó en sus carnosos labios entre abiertos, un solo leve contacto con ellos me hacían perder todo mi puto control. Eran las siete de la mañana y tenía que estar a los ocho en el aeropuerto; contando que tenía que ducharme, hacer la maleta porque ayer no me había dado tiempo y conducir hasta allí, sabía que no me podía quedar mucho más tiempo admirando a la pedazo mujer que tenía en la cama. Me levanté moviendo a Jamie con todo el cuidado del mundo, se giró murmurando algo y acurrucándose de nuevo abrazada a la almohada. Conociéndola me reprendería por no despertarla para despedirme, pero también sabía lo que odiaba madrugar. No iba a ser tan cabrón de hacerla despertarse para vernos cinco minutos y dejarla aquí sin nada que hacer el resto del día, era mejor que durmiera lo que quisiera.
–Nos vemos en una semana, enana – me incliné sobre su cuerpo para susurrar en su oído – Te amo con todo mi puto corazón, Jamie – confesé antes de besar su mejilla.
Necesitaba decírselo y necesitaba que lo supiera sin tener dudas ni una puta vez más, así que cogí el pequeño bloc de notas que había en su mesilla y escribí las mismas palabras que le acababa de susurrar. Recogí todas mis cosas y salí de su habitación cerrando con sigilo la puerta para cruzar el pequeño trozo de pasillo que me separaba de la mía. Entré dejando todo tirado metiéndome directamente en el baño, en quince minutos estaba duchado vistiéndome con el chándal oficial del equipo e intentando hacer una lista mental de todo lo que tenía que meter en la maleta. La saqué del armario y empecé a meter todo con prisa, la verdad es que no era la persona más ordenada del mundo y menos en circunstancias como esta donde como llegara tarde Maxwell patearía mu culo. Acabé de guardar la cartera, el cargador mi iPhone y mi portátil para ver alguna película durante el vuelo o en los ratos de descanso en el hotel en la mochila que también llevaba y salí dejando mi cuarto como una puñetera pocilga. Esperaba que a Jamie no le diera por entrar durante estos días porque con lo meticulosa no dudaba en que tendría que aguantar una de sus llamadas para quejarse de lo guarro que era, como siempre me decía.
Había pocos coches en el parking de la residencia por lo que a diferencia de lo que tenía que hacer normalmente, pude sacar mi coche de esta mierda de aparcamiento en menos de un minuto poniéndome dirección al aeropuerto. No estaba demasiado lejos, pero con los días que eran me imaginaba que la entrada estaría un poco atascada por toda la gente que cogía vuelos durante las vacaciones de Navidad.
– ¡Joder! Me cago en la puta – me quejé golpeando el volante al ver como un taxista se me metía delante al salir de una rotonda sin encender el retrovisor – Hay que ser gilipollas, ¡¿dónde cojones te habrán dando el carnet a ti?! – vociferé pitándole mientras bajaba la ventanilla y le sacaba el dedo del medio al acelerar para adelantarle y verle la cara de imbécil.
Me metí al parking subterráneo a toda ostia, tenía cinco minutos para aparcar y llegar a la terminal. Por lo que no me lo pensé dos veces y fui directo a la zona donde tantas veces había estado con mi padre desde niño. No tenía tiempo de aparcar el coche, pero sabía que pagando una buena cantidad la propia seguridad del aeropuerto se encargaría de dejar mi preciado Audi a buen recaudo esta semana.
– ¡Ey tío! Ya pensaba que no venias – saludó Evan en cuanto me vio llegar acercándose a darme un abrazo – Feliz año colega, quien diría que hace un año que no nos vemos – bromeo carcajeándose mientras to negaba con la cabeza sonriendo por su estúpido humor – Deja la maleta por ahí, las van a facturar con todo el material – explicó refiriéndose a todas las botas y equipamiento del equipo.
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Duele Amarte#2 Trilogía EDL
RomanceJayson y Jamie por fin han conseguido estar juntos. Ha pasado ya un año desde su reconciliación; los dos han superado momentos difíciles, han madurado, y sobre, todo han sabido permanecer unidos. Sin embargo, la relativa calma a la que se han acost...