Epílogo

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Jamie

– ¿Estás preparada, Jamie? – me preguntó Emily. Estaba tumbada en una camilla de nuevo en el hospital. Parecía que la vida por unas cosas u otras no quería dejarme salir de aquí.

–Sí – respondí casi en un susurro. Estaba muy nerviosa, no lo iba a negar. Pero, ¿qué otra cosa podía hacer? De que valía ahora cambiar de opinión. Lo había pensado mucho o por lo menos todo lo que había podido, y esto era lo que me pedía mi corazón que hiciera.

No les había contado a muchas personas lo de mi embarazo, solo Allison y mi madre lo sabían. A mi hermana se lo solté nada más verla en aquel baño del aeropuerto. Al preguntarme que había pasado no fui capaz de organizar mentalmente la información antes de hablar, y por mi boca salió todo sin que pudiera controlarlo. Si hubiera estado en otra situación juro que hubiera hecho una foto de su cara, pero bastante tenía en ese momento para intentar parar de llorar. A mi madre no pensaba decírselo, la verdad, pero al verla y escuhar como me decía que me esperaba en casa, que el verano me serviría para empezar de cero, no pude controlarme y empecé a llorar confesándoselo. La sorpresa no fue poca, pero creo que sintió tanta lástima por mí que solo fue capaz de abrazarme.

Nadie más lo sabía. Mis amigas y la gente que había formado parte de mi vida estos últimos años también lo habían sido de la de Jay. Y él no se merecía saberlo. No volvería a saber nada de mí. ¿Para qué decírselo? Ya no había marcha atrás. Había tomado una decisión.

–Cuenta hasta tres. Venga, eso te servirá para relájate. Será rápido, Jamie – me sonrió.

–Una, dos y tres...

La sensación más extraña de mi vida me recorrió entera. Y supe que desde ese mismo momento que la Jamie que era había dejado de existir. Desde hoy había una nueva persona.

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Jayson

Hoy era el día de mi presentación con el Chelsea. Todo había salido bien, y después de los exámenes médicos y hablar con el que sería mi entrenador y el presidente del club las dos partes aceptamos continuar con el fichaje. Yo no tenía nada que pensar, y ellos después de que mostrara mis ganas por empezar y dejara claro que no volvería a meterme en peleas ni mierdas de ningún otro tipo que perjudicaran mi figura o la del equipo parecía que tampoco.

Después de esa tarde todo parecía ir a cámara rápida: se anunció mi jodido fichaje, busqué una casa, empecé a entrenar en las instalaciones del club... Y hoy por fin me presentaban ante los medios y la afición. La rueda de prensa no fue nada mal, claro que hubo preguntas incómodas, pero siempre había sabido bien cómo evitarlas. Lo que me costó bastante más esquivar fue el puto dolor que tenía dentro de mí y parecía acompañarme en cada jodido paso que daba. Las fotos con el presidente, los trofeos todo era increíble, la afición coreando mi nombre, pero todo eso no conseguía hacerme sentir mejor. Estaba contento, joder, claro, pero me faltaba algo. Siempre había visto las prestaciones de los futbolistas, estaban rodeados de su familia, y no, no estaba solo, mi madre había venido, me alegraba de tenerla a mi lado, pero cuando miraba entre la multitud, de nuevo y como si fuera una puta obsesión solo buscaba unos ojos azules que no estaban.

Estaba jodidamente cabreado con Jamie, pero también lo seguía estando conmigo. Había sido un jodido iluso al pensar que vendría conmigo. Pero ya no me importaba, iba a aprender a vivir sin Jamie, y esperaba no volver a verla nunca.


Y aquí está el esperado final, os confieso que llevo unos minutos mirando a la pantalla sin darle al botón de publicar. Tengo una mezcla de sentimientos ahora mismo, pero sobre todo muchas ganas de que lo leáis y saber que os parece. 

Si habéis ido a mi instagram ya sabréis que hay tercera parte ;) estoy muy feliz y con muchas ganas porque sé que os va a encantar.

Gracias por todo. Sois las mejores.

Besosss

Duele Amarte#2 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora