Oneshots eroticos Armando & Betty

Juegos de seducción.

[Advertencia: ⚠️🔞 contenido explicito, BDSM y juego de roles. Recuerden que todo lo que leerán aquí es ficción, pero también es importante recalcar que al escribir esto lo hice desde la lógica de que ambos son esposos y tienen un consentimiento mutuo. ♥️]

Juego 1. (Esclava y amo.)

Betty yacía colgada de una cuerda, sus pies se encontraban a unos centímetros del piso por lo cual estaba perfectamente a la altura de su amo. Sus muñecas estaban amarradas y sus pies también, se encontraba completamente inmovilizada. Las cuerdas que la sujetaban rodeaban sus pechos desnudos y sus muslos provocándole un placer indescriptible. Al sentir la cuerda balanceándola de un lado hacia otro, su piel rozaba contra está tocando exquisitamente partes sensibles de su armonioso cuerpo. Tenía también una mordaza dentro de su boca, por lo cual no podía emitir ningún sonido.

Las cuerdas que sostenían sus muslos de vez en cuando los separaban provocando que su vagina afeitada y suave sintiera la frescura del viento recorriéndola. Estar así para su esposo la excitaba de sobremanera, podía sentir su piel caliente y su vagina mojada y palpitante.

Llevar años de casados no quería decir que ya no disfrutaran como antes, al contrario, siempre se habían mantenido activos sexualmente y sus imaginaciones no tenían límites. A veces jugaban juegos de roles y ambos se beneficiaban del placer de sentirse el uno al otro de esa manera.

Dio un par de suspiros y sólo espero que él llegara y la tocara, su cuerpo entero lo ansiaba. Comenzó a cerrar los ojos recordando como en una ocasión Armando la castigaba y penetraba contra la pared con extremada frialdad, como su cuerpo chocaba contra el de ella y su miembro tocaba maravillosamente su feminidad, sus movimientos eran rudos y la miraba con absoluta seriedad mientras sus sexos chocaban con violencia, era un castigo divino que jamás se le iba a olvidar y era uno de los muchos que había tenido el placer de disfrutar.

Oleadas de placer recorrieron su clítoris provocándole un delicioso cosquilleo en su centro. Estaba impaciente por sentirlo, comenzó a balancearse para que sus muslos chocaran y así darse un poco de placer, pero casi no podía obtenerlo, así que lloriqueo dándose por vencida.

De pronto un ruido la invadió, era el sonido de la puerta abriéndose, ella se encontraba de espaldas así que no podía verlo, pero sabía que era el, su cuerpo entero se tensó de nerviosismo. Solo se escuchaba su respiración y el sonido de la cuerda balanceando un poco su cuerpo.

Betty trato de mirar hacia atrás, pero le era imposible girarse. El martirio no duro mucho tiempo ya que se escuchó el sonido de sus zancadas lentas y constantes acercándose cada vez más cerca, también el ruido de sus manos removiendo cosas en el baúl de juegos. Finalmente sintió su respiración pesada atrás de su nuca, trato de moverse hacia atrás y poder sentir su masculino cuerpo, pero Armando le dio una fuerte palmada en el trasero haciendo que se detuviera.

—Quieta Beatriz.

Ella asintió ya que no podía hablar. Un picor recorrió su trasero. Su mano se le había quedado marcada en su piel, miro hacia el cielo tratando de contenerse, ya que podría acabar solo con una fuerte palmada más, su cuerpo estaba tan sensible y ansiosa de recibirlo. Pudo observar como sus manos expertas desabrochaban las cuerdas de sus pies dándole completa libertad para abrir sus piernas.

Armando se paseó delante de ella. Betty pudo ver que vestía una camisa blanca y unos pantalones de tela negros que se ajustaban muy bien a sus muslos, se veía extremadamente sensual y dominante y ni hablar de su mirada.

— Recuerde las reglas. —soltó mientras golpeaba de sus muslos con una fusta para que estos se abrieran. —

Ella trato de mantener sus piernas abiertas para él, lo cual era difícil porque estaba colgada, pero podía sentir el peso de su mirada en su centro de placer, como los ojos de Armando la recorría con descaro disfrutando de la vista que ella le proporcionaba.