Sexting III

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Las horas de trabajo eran largas, pero a su lado era como si el tiempo corriera más rápido, disfrutaba mucho de su compañía tanto en el trabajo como en pareja, eran tan confidentes en todo ámbito. Betty era muy afortunada, Armando era increíble con ella, y siempre se encargaba de hacerla feliz y de que pasara momentos inolvidables junto a él, era sumamente cariñoso y la trataba como a una reina.

Al no estar casados a veces les costaba pasar tiempo a solas debido a lo estricto que era Don Hermes, pero cuando podían tener intimidad siempre era increíble, él se aseguraba muy bien de complacerla. Sus piernas podrían temblar de solo recordar esos momentos increíbles.

Ya era hora de salir, todos los trabajadores estaban saliendo. Betty trato de ordenar todo rápido para poder irse temprano.

Una vez dejo todo en orden espero a Armando en el pasillo.

—Mi amor —susurro Armando sobre su cuello. —

Betty se giró asustada y al verlo se lanzó entre sus brazos para abrazarlo y besarlo.

—Mi vida, me asustaste —rio—

El puso su mano en su hombro abrazándola junto a él y juntos caminaron hacia el ascensor para dirigirse a sus casas. Odiaban esta parte, el tener que despedirse. Don Hermes era muy estricto con Betty y no dejaba que se fueran juntos a dormir, así que cada uno debía dormir en su casa, hasta que se casaran.

Al llegar al estacionamiento de Ecomoda Armando jalo a Betty del brazo.

—Doctora Pinzón, ¿será que me da un último beso? —hizo puchero haciendo que Betty riera y se acercara más a su cuerpo. —

—Pero sin provocaciones. —le advirtió apuntándolo y fulminándolo con la mirada —

Armando asintió esperando el beso, Betty se acercó a su cuerpo capturando suavemente sus labios, el correspondió a sus movimientos con más intensidad y sus manos acarician su espalda baja hasta casi llegar a su trasero.

—amor...—dijo sobre sus labios—

La estaba provocando y su cuerpo estaba reaccionando a ello. Armando hizo caso omiso y siguió besándola con intensidad, esta vez adentrando su lengua en su boca. Sus manos tomaron ahora de sus caderas y la pegaron más a su cuerpo haciendo que notara su erección contra sus pantalones.

El cuerpo de Betty de inmediato reacciono al sentir su lengua acariciando de la suya mientras su erección golpeaba en su centro de placer, gruñidos de placer salían de su garganta incitándola a continuar, podía sentir su aliento caliente pasando por su oído.

—Armando... ya. —se zafo rápidamente asustada de que Wilson podría estar viéndolos. —

—Perdóname mi vida, es que te deseo demasiado... no sabes cuanto...—su voz sonaba ronca y sumamente sensual. —

Armando suspiro derrotado y beso sus manos con cariño mientras daba un paso atrás. Betty lo miro furiosa, la había provocado y ella también sentía muchos deseos de estar con él.

Ella también lo deseaba con locura, no podía negarlo, pero si ella no lo paraba ahí mismo quizás todo habría terminado de otra forma.

—Me tengo que ir amor, avísame cuando llegues al apartamento. —dijo Betty metiéndose en su carro. —

Ella prendió el auto y se fue rápidamente despidiéndose con la mano. Armando se quedó ahí parado conteniéndose las ganas de estar con ella, resoplo frustrado y se metió a su carro desganado.

Betty después de varios minutos ambos conduciendo pudo llegar a la casa. Como siempre tuvo que aguantar el regaño de su padre porque se había pasado un poco el tiempo, pero todo fue debido al gran tráfico que había en las calles. Fue directamente a su habitación un poco frustrada por el beso que le había dado Armando, la había prendido mucho y estaba un poco molesta, por no poder hacer nada.

Oneshots eroticos Armando & BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora