Atrapados.

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(Este corto se remonta a la escena donde Betty y Armando se besan apasionadamente por última vez, antes de la junta directiva, donde Betty lo entrega.)

Los besos de Armando y Betty se tornaron cada vez más apasionados, sus brazos la envolvían en un abrazo con fuerza, casi con desesperación. Sus lenguas se buscaban y sus labios se unían vorazmente, sin siquiera poder respirar bien, sus respiraciones estaban agitadas y sin pensarlo el cuerpo de Armando estaba encima de Betty.

Betty ni siquiera era consciente, esta vez su deseo carnal mandaba. Su espalda choco contra el escritorio y sintió el peso del cuerpo de su jefe encima de ella, su erección clavaba en su entrepierna excitándola. Las caderas de Armando comenzaron a moverse contra ella, montándola. Un gruñido salió de su garganta al tener tan cerca el cuerpo de Betty después de tanto tiempo.

—Beatriz... la deseo, la deseo mucho. —jadeo sobre el oído de Betty haciéndola sentir más débil contra el— ¿usted acaso no me desea?

—Demasiado doctor...—suspiro— me muero por sentirlo...

Las manos de Armando tomaron con descaro sus pechos, apretándolos a su antojo mientras seguía montando a Betty por encima de la ropa. Su boca volvió a buscar la suya haciéndola estremecer. Ella podía sentir sus pliegues mojados debajo de su ropa y sus besos seguían subiendo de temperatura.

Armando estaba casi descontrolado, debido al deseo que sentía. Sus labios húmedos bajaron hacia su cuello y se dedicó a besarlo, lamerlo, incluso darle mordidas provocando que Betty soltara jadeos.

—¿Quiere que la tome encima de su escritorio?, dígame, Beatriz....

— Si doctor...

Las palabras apenas salieron de su boca. Casi de forma automática movió sus caderas contra el. De forma nerviosa se subió su vestido dándole acceso a Armando. El aprovecho y se deshizo de sus zapatos, pantis y su ropa interior. Al tener acceso a su vagina abrió de sus piernas para contemplarla bien haciendo gemir a Betty, podía visualizar su feminidad mojada tentándolo a enterrarse dentro de ella.

Sus dedos jugaron con su clítoris, pero no fue suficiente para él, necesitaba probarla. Betty quería protestar, pero su cabeza ya se encontraba entre sus piernas. Armando comenzó a besarla apasionadamente, haciéndola lloriquear de placer, luego comenzó a lamerla de abajo hacia arriba, deteniéndose unas cuantas veces en su botón de placer y torturándola con sus labios y lengua. Ella apretaba las piernas debido a la excitación que estaba sintiendo. Podía sentir su lengua cálida y mojada recorriéndola y su respiración agitada haciéndole cosquillas, estaba en el paraíso.

Su lengua se adentro a su profundidad penetrándola, probándola por completo. El levanto la vista admirando como Betty se removía de placer y sintió que iba a estallar, necesitaba sentirla. Su miembro palpitaba dentro de su pantalón casi doliendo de las ganas.

— No puedo esperar Betty...mi vida.

Se paro rápidamente frente a ella y comenzó a deshacerse de su pantalón y bóxer, liberando por fin su largo y grueso miembro. Betty sorprendida lo miro apenada, jamás lo había visto tan detalladamente. Armando escupió en su propia mano sin dejar de mirarla a los ojos y luego acaricio su miembro con esta, tocándose con movimientos pausados y lentos. La imagen de el masturbándose frente a ella, era algo que jamás iba a olvidar. Un jadeo salió de su boca, no podía creer que estuviera deseándola con esa intensidad.

Tomo su carne endurecida y la apoyo contra la entrada de su vagina. Ella asintió deseosa de tenerlo dentro por completo. Esa respuesta hizo que Armando deslizara su miembro dentro de su vagina, ahora estaba dándole embestidas suaves que cada vez se tornaban más fuertes. Su mandíbula estaba apretada y varios gemidos salieron de su boca mientras la miraba con los ojos oscurecidos de deseo.

Oneshots eroticos Armando & BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora