La segunda noche.

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(Este corto se remonta a la segunda noche de Armando y Betty, ya que todos nos quedamos con las ganas de saber que paso en ese momento tan especial ✨)


Armando y Betty se estaban besando apasionadamente mientras caminaban torpemente hacia la cama. Las manos masculinas de él recorrían su cintura y cadera lentamente, tratando de tocar desesperadamente su piel, Betty por su parte se encontraba muy excitada, sentía al caminar como los pliegues de sus muslos resbalaban con la humedad de su feminidad. Tenerlo así, besándola y tocándola de esa manera hacía que todas sus hormonas se revolucionaran, parecía una adolescente, pero ese hombre hacía que todo su cuerpo ardiera de deseo apenas lo tenía en frente.

Los labios de Armando se dirigieron a su cuello, ahora estaba recorriéndolo, deleitándose con su aroma y bronceada piel, provocando que toda su piel se erizara ante aquel contacto. Las manos de ella trataron de quitarle la camisa, pero Armando se la desabrochó de forma experta dejando a la vista su torso desnudo. Su piel se veía brillante y muy tentadora, Betty se acercó peligrosamente a su torso y comenzó a besarlo, de su piel desprendía el olor a él, que tanto le encantaba.

Sus labios se volvieron a encontrar hambrientos, al momento de unirse Armando tomo el control y sus labios hicieron movimientos sobre los suyos que la dejaron sin aliento.

—Doctor lo amo tanto... —susurro sobre sus labios. —

Armando al escucharla, sintió como su corazón daba un vuelco, por más que quisiera ocultarlo, su cuerpo no mentía, la amaba y deseaba con locura, podía sentir como todo su cuerpo se estremecía completamente ante su contacto y también con sus palabras. Le sonrió marcando sus hoyuelos y siguió besándola y tocándola con desesperación.

Sus labios tocaron cada centímetro de su tersa piel, beso cada mal recuerdo, cada cicatriz de su alma, cada lágrima. Betty lo recibió completamente plena y feliz. Sus miradas nuevamente se encontraron y sus labios sé unieron saboreando cada segundo de sus cuerpos unidos.

Yo la deseo como no se imagina...yo la amo demasiado Beatriz... —jadeaba contra sus labios, la respuesta de Betty fue la correspondencia de su beso tentándolo a continuar.—

Las manos de él acariciaron sus hombros y su espalda con delicadeza como pidiéndole permiso, Betty se relajó completamente y asintió dedicándole con una dulce sonrisa, él continuó tocándola ahora en sus caderas como memorizando cada parte de su cuerpo.

—Es usted preciosa mi Betty....completamente perfecta para mí, quiero que lo sepa.

Sus palabras se escuchaban tan sinceras para ella. El hombre que amaba le dedicaba palabras tan maravillosas. Era tan irreal, se sentía como un sueño, un hermoso sueño del que no quería despertar nunca más. Ya se había entregado en cuerpo y en alma que le daba un horrible temor salir lastimada. No iba a tolerar otra tragedia en su vida, su corazón no lo resistiría.

—Doctor yo también lo amo, como no se imagina...

Ya no tenia miedo de decirle cuanto lo amaba, confiaba plenamente en él. Sintió pequeñas lágrimas en sus ojos, pero eran de felicidad, de tenerlo junto a ella y que sus sentimientos fueran mutuos.

Ahora sus manos recorrían su cuerpo masculino, acariciando desde su torso hacia su nuca. Armando sentía como se estremecía ante su toque, era como si su cuerpo fuera sumamente débil frente a ella, a pesar de haber estado con muchas mujeres, sintió que esta vez era distinto. Estaba experimentado un sentimiento que jamás había sentido y eso le asustaba, pero a su vez lo disfrutaba demasiado.

De pronto ya se encontraban encima de la cama, Betty sentía como el cuerpo de Armando la aplastaba deliciosamente mientras le quitaba la ropa ansioso. Las manos hábiles de el bajaron su vestido y sus pantis dejándola solamente en suéter y calzones, luego la posicionaron contra la cama, quedando su cuerpo encima de ella, y completamente a su disposición.

Oneshots eroticos Armando & BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora