Algo que siempre le gustaba hacer era sentarse en el parque una hora a leer y escuchar tocar a un desconocido suaves melodías que causaban paz en su interior.
Cuando ella se asomó un día por su ventana no esperaba encontrar luz en la casa de al lado.
No esperaba encontrarse con aquella mirada color miel.
No esperaba que aquel desconocido que le causaba paz estuviera del otro lado.
Que su nuevo vecino fuera ahora el dueño de la ventana amarilla.
A veces en la vida no se esperan muchas cosas, pero esa es la gracia de estar vivos ¿No?
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El chico de la ventana amarilla
Teen FictionAlgo que siempre le gustaba hacer era sentarse en el parque una hora a leer y escuchar tocar a un desconocido suaves melodías que causaban paz en su interior. Cuando ella se asomó un día por su ventana no esperaba encontrar luz en la casa de al la...
