Eli
De regreso a casa puedo notar que está nerviosa, se ha mordisqueado la boca lo suficiente para que empiece a sangrarle dentro de poco.
Quiero que me cuente lo que pasó esta tarde, entender las lágrimas secas en sus mejillas al salir después de hablar con Andrés.
- Las malas experiencias me han enseñado a tener miedo de decir lo que siento - Me mira de manera intensa y siento mi corazón latir un poco más rápido. Espero que continúe.
- Cuando conocí a Andrés, lo tome como un lugar seguro, para ese entonces mi padre apenas tenía un mes de haber muerto y en vez de sanar esa herida, me concentre en él. Puedo decir que me enamore de él, tanto así que siempre acepte que nunca le pusiera un título a lo de nosotros; hoy en día no me sorprende el desenlace de esa historia. Eli, lo que quiero que sepas es que te quiero en mi vida - Me quedo un poco pasmado por su declaración y decido abrirme con ella con respecto a lo que siento.
- Para ser honesto, nunca he sido una persona que deje entrar a las personas, pero de alguna manera entraste en mi sin que yo pudiera hacer algo al respecto. ¿Qué me hiciste con esos ojos color chocolate? - La miro y la acerco un poco a mi, se sonroja y acaricio su mejilla con mis nudillos.
- ¿Entonces fueron los ojos?
- Sí, pero tú faceta de reno cerró el trato.
- ¿Cual trato? No hemos pactado nada.
- Claro que sí, yo te entrego mi corazón y tú me entregas el tuyo. Así funciona.
- Ósea... ¿Me estás pidiendo que seamos novios?
- Lo que quieras. Podemos ser extraterrestres juntos.
Bernice me mira detallando mi rostro y sin previo aviso se lanza a mis brazos presionando su boca contra la mía. La tomo de la cintura acercándola más a mi y acomodo su rostro en mis manos tomando control del beso.
Aquí estoy en medio de la calle con mi guitarra colgando de un hombro y a la chica que quiero entre mis brazos. No puedo pedir más.
...
Al llegar a casa me siento entre las nubes. Veo a mi madre preparando la cena y me le acerco sin poder contener mi felicidad.
La abrazo.- Te amo mami - Le beso la mejilla y ella queda quieta por la sorpresa.
- Yo también te quiero bebé ¿Qué te tiene tan feliz?
- Aveces la vida es bella - Voy escaleras arriba hacia mi cuarto. Dejo la guitarra por ahí y me asomo a ver si veo a Rodolfa.
Su ventana está cerrada pero sus cortinas abiertas. No veo luz en su cuarto y decido llamarla.
Primer tono.
Segundo tono.Responde.
- Hola novia
- Hola novio. Esto es muy raro.
- ¿Por qué?
- No sé, estoy acostumbrada a que las personas me dejen a mitad de camino antes de poder mostrarles mi luz.
- No necesitas enseñarla, tú siempre brillas.
- Que cursi.
- Algo. Cuando quieras.
- Que complaciente.
- Solo contigo Rodolfa.
Prende la luz de su cuarto y la veo acercarse a la ventana mientras la abre. Me sonríe con las mejillas sonrojadas.
Dios, que tierna.
- Deja de hacer eso.
- ¿Qué?
- Hacerme quererte.
Nota de la autora
Holaaaa
Feliz navidad!
¿Cómo están?
¿Qué tal pasaron navidad?
¿Qué les pareció el capítulo de hoy?
Solo pasaba a dejarles mi regalo y decirles que nos vemos el próximo año.
Un beso,
Pía.
ESTÁS LEYENDO
El chico de la ventana amarilla
Teen FictionAlgo que siempre le gustaba hacer era sentarse en el parque una hora a leer y escuchar tocar a un desconocido suaves melodías que causaban paz en su interior. Cuando ella se asomó un día por su ventana no esperaba encontrar luz en la casa de al la...