Capítulo 20

118 20 8
                                    




Beranice

Abro la puerta corrediza.

Voy a enfrentar mi pasado.

No quiero.

Pero debo.

Andrés me mira dándome una sonrisa que me recuerda los primeros días, cuando me empezó a dar tutorías y sentía que el dolor por mi padre mermaba.

Julia me hizo ver que tan solo distraje mi mente del dolor.

Sin embargo, no significa que no lo ame.

Ojalá no lo hubiese hecho tanto. 

—Creo que tenemos una conversación pendiente —Sigue sonriéndome.

Me acerco a él y le pido que se siente en el piso.

—Como en los viejos tiempos.

—Algo así —Miro a mi alrededor por los nervios.

Cuando está sentado en el piso me siento también poniendo mi espalda contra una caja llena.

Estamos frente a frente.

— ¿Qué es lo que quieres? —Decido ser directa.

—Yo... No lo sé.

Lo miro un poco desconcertada esperando que siga hablando.

—Primero te quiero pedir perdón.

— ¿Por qué exactamente? —Tengo claras las cosas que me hizo, pero el que lo diga significaría que en verdad lo lamenta, que recuerda todo y se hace cargo de ello. Lástima que el daño ya está reparado por mí misma y no hay nada que él pueda hacer.

—Por todo lo que paso —Contesta vagamente confirmándome además que tan solo se disculpa para poder volver a mí, no porque en realidad lo sienta.

—La verdad no sé qué decirte o qué esperas escuchar.

—Mira, cuando te vi con Eli me sentí muy mal, porque a pesar de todo quiero ser yo el que cause tus sonrisas y lo sería si no fuera por mis errores —Sus ojos buscan los míos y quisiera que no lo hiciera, porque de verdad veo arrepentimiento en ellos.

—Eso no te importo demasiado cuando decidiste conquistarme para ver que se sentía estar con alguien medio huérfana —Se me rompe un poco la voz —Eso fue lo que le dijiste a tus amigos ¿No? O cuando días después de acostarnos y cumplir tu experimento empezaste a salir con otra chica o cuando la paseabas de un lado para otro en los lugares en los que estaba sin importarte que yo estuviera al frente. Es que por Dios, solo te falto presentármela como si nada —Siento las lágrimas derramadas en mis mejillas y necesito respirar solo para que se entienda mi voz.

—Yo sé que me equivoque y te lastime, pero de verdad créeme cuando te digo que lo siento. Al principio decidí no hacer nada y luego estabas ahí jugando y riendo con los niños. El brillo en tus ojos simplemente me hechizaba. Trate de controlarme, sin embargo, siempre estabas ahí rompiendo con todo lo que emocionalmente pensé que podía controlar —Trata de acercarse y tomar mi mano aunque lo aparto suavemente. El dolor en sus ojos por mi rechazo no me afecta.

— ¿Sabes que es lo peor de todo? Que te escudaste detrás del argumento de que no éramos oficialmente novios. Rayos, me sentí en la mierda —La risa sale de mi casi histérica. Limpio mis lágrimas — Pero, logre salir de ella. Porque aprendí que no merecía todo lo que me hiciste pasar, que a pesar de que no validaste mis sentimientos ellos si eran importantes. No te importo lastimar a alguien que te amaba demasiado y ya lo supere.

— ¿Me estás reprochando?

—No, te estoy diciendo que ya acabe con esto —Me paro limpiando mi pantalón y saliendo rápidamente al patio. Andrés me toma del brazo adentrándome en la casa.

—No te vayas sin dejar nada claro —Me mira ceñudo.

—Ya te supere y perdone, sane y ahora estoy en paz, pero eso no significa que olvide. Espero tengas una buena vida —Me suelto de su agarre.

Escucho que me llama, sin embargo, ya he salido al patio para ese momento.

Veo a Eli haciendo de árbitro. No puedo evitar reírme haciendo que la tensión en mis hombros desaparezca.

Me acerco todavía más cuando ya ha terminado el partido.

— ¿Quién gano? —Pregunto en general. Brendan se me acerca y termino cargándolo.

Lo tengo muy consentido.

Es nuestro bebe.

— ¿Estás bien? —Pregunta Eli ya a mi lado. Acaricia mi mejilla y siento paz. Brendan de pronto aleja la mano de Eli y rodea mi cuello con sus bracitos. Le da una mirada ceñuda y se esconde en mi cuello.

—Que territorial —Río con el comentario.

...

De camino a casa le cuento a Eli mi historia con Andrés. Me da el tiempo y espacio para poder abordar todos los sentimientos que me causa. Hay un momento donde una lágrima solitaria se escapa y Eli la borra en un momento, toma mi mano y seguimos adelante.

Nota de la autora
Holaaaa
Vale esperar lo bueno, ¿No?

He estado recuperándome de una cirugía, por lo que entenderán porque no actualice la semana pasada, una disculpa.

Voy a actualizar la próxima semana para compensar.

¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

Un beso,

Pía.

El chico de la ventana amarillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora