Capítulo 19

144 24 13
                                    

Eli

Cierro el pote de pintura naranja embarrándome un poco los dedos en el proceso.

La copia de H pasa por mi lado barriendo y chocando su hombro con el mío. Si fuese cualquier otra persona quizás lo dejaría pasar, quizás simplemente lo dejaría pasar pero este tipo parece tener algún tipo de problema desde el momento en el que me vio.

No es que tú seas muy pacifista.

No lo voy a negar, el sentimiento es mutuo.

Me inquieta la historia que pueda llegar a tener con Beranice.

Porque me importa.

Porque soy un ser humano.

Además de ser lo suficientemente consciente de sí mismo para saber que tengo celos.

Porque por lo que he visto en Beranice y Andrés puedo decir sencillamente que tienen historia. Quisiera pensar que tan solo se conocen de antes pero la manera en la que ella huye de sus ojos es algo inquietante, es casi como si le tuviera pavor. En cambio, él la mira como quien mira algo que desea.

Y ese es el problema, que sus intenciones no son sencillamente hacerla feliz, sino que son sexuales. Porque he visto como sus ojos se desvían por su cintura hasta quedar hipnotizado en sus muslos.

Y sé que ella es consciente de como la mira, porque a pesar de la vaga excusa que me dio sé que su cambio de atuendo fue por culpa de este idiota.

Me acerco al patio dejando mis pensamientos a un lado y ahí está.

Beranice corre muy lentamente dejando que uno de los niños tome el balón y este lo patea logrando un gol.

Veo al pequeño guardaespaldas acercándose a ella y cuando la tiene al lado jala de su pantalón llamando su atención. Lo toma entre sus brazos y lo acurruca contra su pecho, empieza a mecerse y dar un par de vueltas, hay un momento donde nuestras miradas se encuentran y nos sonreímos.

Empieza a acercarse a mí y puedo notar sus mejillas tomando color a medida que va acercándose.

¿En que estarás pensando pequeño reno?

—Hola —Dice algo tímida desviando la mirada. Decido incomodarla aunque sea un poco.

— ¿Por qué evitas mi mirada? ¿Acaso estas recordando algo? —Digo con una sonrisa acercándome tan solo un poco. Ella va a responder pero un movimiento me recuerda que no estamos solos.

El pequeño guardaespaldas gira en sus manos y enfoca sus grandes ojos grises en mí. Hasta ahora noto que tiene lágrimas en sus mejillas, sino fuera por los mocos que salen de su nariz, tal vez me parecería adorable.

Me inspecciona detenidamente y volteando a ver a Beranice habla:

— ¿Pol que estás hablando con uno de los muñecos feos que hace Miguel?  —Dice como si no estuviese ahí. Vaya niño.

—No es un dibujo de Miguel y ya hemos hablado que no debes referirte así a los dibujos de tus amigos Brendan —Responde Beranice acariciando su cabello y dejándolo en el piso —Ahora ve con él y el resto.

El niño voltea a verme un momento y quizás decidiendo en su cabeza que no soy tan importante, empieza a correr hacia donde están los otros niños con la pelota.

— ¿Por qué estaba llorando? —Me pica la curiosidad.

—Su equipo perdió —Habla como si fuese algo de gran importancia.

—Eso es algo serio —Digo asintiendo siguiéndole el juego.

—Totalmente —Empieza a asentir con su cabeza siguiendo mi ritmo. Empiezo a mover ligeramente los hombros y ella me imita. Me acerco lo más que puedo y sin que se lo espere presiono rápidamente mis labios sobre los suyos.

Sin esperar a que responda le digo:

—Ahora imítame Rodolfa —Digo con voz retadora.

Ella pestañea procesando la información y mirando suavemente por los lados se acerca a mí y me imita. El que se haya atrevido a hacerlo me sorprende y alegra a partes iguales.

Cuando esta otra vez en su lugar me permito admirarla. Tiene las mejillas ligeramente sonrojadas y pasa la lengua por su boca haciendo que este tenga un efecto brilloso lo que me obliga a mirarla a los ojos y pasar saliva.

Estamos con demasiados niños como para hacer lo que mi mente estaba formulando al verla remojarse la boca.

Pero sus ojos tampoco me ayudan, el chocolate de sus ojos tienen un brillo divertido. La luz del día hace que se vea angélical.

Muy contrario a lo que produce en mí.

Pienso en desviar la vista hacia los niños que están detrás de nosotros pero simplemente parezco hechizado por su mirada.

¿Qué me pasa?

No tengo trece años.

Me rasco la ceja en señal de nerviosismo y ella me imita, es entonces que recuerdo cómo es que estamos tan cerca.

Me alejo tan solo unos pasos para poder respirar otra vez con normalidad antes de que lo note.

—No sabía que podías ser tan dócil —Digo casualmente —Ahora que lo recuerdo, hace ya un tiempo que no me tratas mal como cuando nos conocimos.

Tuerce los ojos, pasa por mi lado chocando a propósito su hombro con el mío.

¿Acaso hoy es el día de chocar con Eli?

Empieza a adentrarse en la casa.

Tal vez hable demasiado rápido.

Voy detrás de ella.

—Beranice —La llama Andrés.

¿Ahora que querrá el idiota?

Observo la reacción ante el llamado.

Ella lo mira como esperando que siga hablando, están a tan solo unos cuantos pasos, el avanza hasta estar justo al frente y toma sus manos entre las suyas.

—Necesito hablar contigo por favor —La mira con ojos de cachorro abandonado y ella se le queda mirando para al final morderse la boca indecisa —De verdad.

—Pero solo un momento.

Él sonríe exactamente como lo hago cuando paso un parcial: Aliviado y feliz.

—A solas —Menciona dándome una mirada directa.

Planto mis pies en el piso dejándole claro mis intenciones.

Pero ella se suelta de sus manos hasta llegar a mí, me mira un momento y pone su mano en mi hombro mientras se acerca a mi oreja.

—Sé que quieres cuidarme, pero esto es algo que debo hacer si quiero estar bien con mi pasado. Sé que no sabes que pasa pero cuando regresemos a casa te contare todo, porque te quiero en mi vida Eli —Susurra.

Aparta su rostro y yo tan solo le doy un asentimiento dándole su espacio.

Voy al patio cerrando la puerta que la separa de la casa, antes de unirme a los niños que juegan no puedo evitar mirar un momento por la ventana notando que ambos se han sentado en el piso.

Decido no seguir mirando y esperar que en el regreso a casa ella finalmente se abra conmigo.

Nota de la autora

Hola!

¿Cómo están?

¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

¿Sera que en el siguiente capítulo al fin tendremos contexto?

Un beso,

Pía.

El chico de la ventana amarillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora