- ¿Eso es verdad? - dice Mónica preocupada, viendo a su madre.
- Sí. - solo se limita a contestar.
- ¿Entonces qué hacemos acá? - levanta un poco la voz. - ¡Mamá! ¿QUÉ ES LO QUE HACES?
- Él es la única persona que nos puede sacar del país sin ser detectados. - Se sienta al sentirse mareada. - solo eso, solo eso. - la presión hace que comience a sentir un fuerte calor. Toma el control y enciende el aire lo más frío posible.
- ¿Tú vendes drogas? - pregunta desconcierta. - cuando llegamos dijiste que te gustaría trabajar con él.
- Mónica, será mejor que hablemos de esto otro día. - comienza a sentirse más nerviosa. - Yo no vendo esas cosas.
- ¿ENTONCES A QUÉ TE REFERIAS? - levanta la voz y Altagracia se levanta molesta, el mareo volvió pero esta vez más fuerte, y de un momento a otro termina en el suelo desmayada.
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Las horas pasaban y ahí se encontraba Luis, en la comisaría junto al hospital, revisando las cámaras junto a unos inspectores.
Se preguntarán: ¿Cómo logran ver casi un mes de grabación en menos tiempo? Claramente lo hacían 5 personas con velocidad X2 y viendo desde el momento del accidente a el último día en el que José Luis se había estado en esa casa.Aún no terminaban pero ya tenían todo lo que podría inculpar a Eleonora. Él niño no se había caído, ella lo habla tirado de la cama, e incluso, momentos antes del incidente le había golpeado. Luis no pudo ver más ese maltrato, así que se largó y fue con él.
No podría creer, Eleonora era una bruja y él no lo había notado. Se asoma a la gran ventana y ve a su pequeño niño ahí, dormido, amaba verlo dormir, era algo que hacia desde que él era pequeño, pero sin embargo ahora, solo le dolía.
Su carita estaba rota, su cuerpo marcado. La angustia y culpa no lo dejaban en paz y lo que más culpa le daba es que no podía dejar de pensar en ella. La quería tener a su lado, quería que fuera ella quien lo consolarla.
No pudo ver más a su niño en esas condiciones, se alejó lentamente de aquella ventana sin sacar la vista de su niño hasta donde le fue posible. Sus lágrimas querían salir pero no lo permitiría, él tenía que ser fuerte, tomaría aire y volvería al lado de su hijo.
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Siento algo que arde en mi nariz y rápido abro los ojos.
Lo primero que veo es a Mónica con un algodón en la mano y que me miraba asustada.- ¿Estas bien? - pregunta y enseguida me abraza. - perdón, no quise alterarte.
- ¿A donde vamos? - pregunto al notar que ya no me encontraba en mi habitación, sino que en el auto.
- estamos yendo al hospital, y no digas nada.
- Mónica, es solo un desmayo normal.
- No importa, tienes que ir. Te recuerdo que aún no te has hecho un examen de sangre ni una ecografía.
- agg. - me quejo, dejo caer mi cabeza en el asiento y me quedo dormida en el viaje.
No sé cuanto tiempo haya pasado pero me desperté después de un rato gracias a que Mónica me llamó. Al parecer demoramos gracias a que tomaron la desicion de llevarme a un buen hospital.
- siglo creyendo que era mejor haberme despertado con alcohol.
- Claro que no! - Se queja Azucena quien ya se había convertido en un miembro más de esta familia. - un embarazo no es algo que se deba tomar a la ligera, y si te desmayaste fue por algo.
- Sí, pero acá todas estamos bajo presión. No es nada grave, solo un leve mareo. - digo quejándome.
- bueno, dejen de hablar y entremos. - dijo Mónica.
Al entrar inmediatamente aparecieron dos médicos, sin siquiera haber pasado por recepción, me trajeron una silla de ruedas e inmediatamente me ingresaron a una sala. Estaba todo normal y por primera vez me hicieron ese examen de sangre que tanto deseaba. Después de una hora, el resultado llegó, efectivamente estaba embarazada.
Después de eso, Hugo, el doctor que me atendía me dió el alta aunque me pidió que me quedara hasta mañana así podían hacerme una ecografía para poder ver al bebé.
Mónica se fue con Matamoros, mientras que azucena me acompañaba; la aviación que me tocó por suerte era compartida, así que convencí, con un fajo de billetes, obvio, a los médicos para que permitieran que ella se quedará ahí.Eran ya como las 12 a.m. y ninguna de las dos podíamos dormir, así que procedí a hablar.
- Doña Azucena... Usted no quiere ir a ver a su hijo?- pregunto sin mirarle a la cara.
-Claro que sí, me muero de ganas por ir corriendo hacia donde el está. Pero sé que todo tiene que ser a su tiempo. Ustedes aún están en peligro. No quiero que nada malo les pase.
- Por eso no se preocupe. Mónica me contó cosas que han pasado, y usted necesita estar con su hijo.
-¿Qué ha pasado? ¿Mónica engañó a mi hijo? - dice un poco molesta.
-No, son cosas de antes. No me corresponde a mi decirlo. Solo le digo que si usted desea ir a ver a su hijo solo dígame y la llevan de inmediato.
- Gracias mija, la verdad es que ya extraño a mi niño y me gustaría estar con él en este momento.
- No se diga más, mañana mismo sale para allá.
- No te apures. Yo no me voy de aquí hasta que tú estés bien.
- Quien lo diría. Usted preocupándose por mi y yo por usted
- La vida da muchas vueltas. En una de ellas me enseñó que no hay que juzgar a nadie por lo que dicen de ella.
- Lo mismo digo señora, espero que ahora esté segura de que yo nunca hice nada en contra de su familia.
- lo sé niña, lo sé. Ahora descansa que ese bebé necesita que estés bien.
~•~•~•~
La noche estaba hermosa, ni una nube en el cielo. Las estrellas brillaban pero no tanto como la hermosa luna redonda que se encontraba.
Estaba en la zona de estacionamiento cuando veo llegar una camioneta que me pareció conocida. La mire mientras estacionaba pero descarté completamente mi pensamiento. ¿Que haría ella ahí? Aparte mi vista y seguí caminando hasta el pequeño parque que había fuera del hospital.~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
¿LE PODRIAS PICAR A LA ESTRELLITA? ☆
¿Qué opinas del capítulo?
Bonito día, nos leeremos pronto 🌬
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UN SOLO CAMINO
Fanficfanfic. Principal: Altagracia Valentina: recurrente Altagracia Sandoval, un nombre conocido por todo México. Para algunas personas odiada y para otros tantos admirada. Su vida como "La Doña" terminó el día en el que se ahogó frente a su hija, fren...