CAPÍTULO 4

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Me desperté gracias al sol que entraba por mi ventana, cuando miré a mi lado había un hombre, era Moreno y parecía ser grandote. Estaba tapado por las sábanas pero se dejaba ver su pierna, estaba bastante ejercitada. Estaba distraída cuando empecé a notar que se movía. Cerré los ojos haciéndome la dormida.

Senti su mano tocar suavemente mi rostro.

- No tienes que hacerte la dormida. - tragué saliva. - yo también hice lo mismo cuando desperté.

- ¿hacer qué?. - abri los ojos y me levanté de la cama yendo camino al baño.

- Anoche estábamos tan distraídos que no me fijé bien en lo hermosa que estás. - sentía su mirada fija en mi. Me volteé para verlo.

- ¿qué es lo que no pudiste ver bien? - se levantó. Ufff Altagracia tenía razón cuando me dijo que los brasileños eran los mejores. No pude sacar mi vista de su gran masculinidad.

- De lo hermosa que estás. - dijo ya en frente de mi. Su mano pasó por mi cintura y fue cuando me di cuenta. No tenía ni ropa interior. - ¿así amaneces todos los días? - me solté de su agarré, separandome.

- sabes que? Es mejor que te vayas, si quieres baja, come algo y vete.

- Ok, será lo mejor. - entre al baño, me vestí y cambié rápidamente, cuando salí él ya estaba vestido. -ya me voy. - se paró de la cama. - me agendé como José Miguel, la mejor noche de tu vida. - ja' pero que presumido salió este, he tenido noches mejores, y que recuerdo. - lo dijiste tu misma. - abrí los ojos como plato cuando dijo eso, como si hubiese escuchado mi pensamiento.
Me tomó de la mano y la beso. Aún sosteniendo el agarre caminó hacia la puerta pero en lugar de soltar mi mano, la jaló y me atrajo hasta él, me besó, instintivamente respondí, fue un beso tierno, delicado.

- será mejor que me vaya. - dejo un poco en mis labios.

- está bien. Adiós . - esta vez fui yo quien dejó un corto beso.

- hasta pronto. - fueron sus últimas palabras antes de salir de mi habitación. Yo solo miré como se iba.

Después de juntar todo el desorden que había en mi cuarto, bajé a desayunar, y me encuentro con un Matamoros alterado, Altagracia no estaba.

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Narradora externa

Después de acabar, salen.

- tal vez solo traje una toalla. - dijo él mientras besaba su cuello

- tal vez, podríamos compartirla. ¿O tiene una mejor idea señor Michel?

- así que señor. - mordió su labio. - ves que sí, tengo una mejor opción. La cargó sacándola del baño, dejándola en la cama lo que provocó una carcajada en Altagracia. - me gusta. Tu risa. -me besó. - me gustaría escucharla, siempre.

Como un bumerán llegaron a su mente las palabras de Saul.
Sin poder detenerlo salió una lagrima. Michael la limpió.

- será mejor que dejemos esto por acá. - lo empujó suavemente para levantarse. - tengo que irme.

- no sé lo que te pasó, ni quién te hizo daño, pero promete que me llamaras Leticia. Prometemelo.

- no prometamos nada, que las cosas sean como el destino quiera.

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Bonito día, nos leeremos pronto 🌬

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