13 | Wanheda

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Dione entró a una pequeña cabaña que estaba en el bosque, buscando alguna cosa que le sirviera, pasó por el lado de una muchacha pelirroja, que apartó la mirada cuando la vió entrar.

¿Qué decidiste?—preguntó Niylah mirando a Dione y acercándose a ella—Ya te dije. Te debo más que eso. Elige algo—Dione miró su mano y la agarró antes de que pudiera alejarse. Ambas miraron la pulsera que les pusieron a los criminales antes de enviarlos a la Tierra.

Háblame de esto—ambas se separaron cuando unos terrestres entraron. Dione sonrió al ver una chaqueta de los criminales y la agarró.

La muchacha pelirroja se acercó a ella y agarró su mano disimuladamente, Dione dió un respingo cuando reconoció el suave tacto de Clarke.

¿La has visto?

No está muy bien dibujada—Dione miró a Clarke con preocupación.

—¿La viste entonces?

Estuvo aquí hace dos días. Me dió esto—le mostró la pulsera—Dijo que iba al Norte, por el paso de Edén.

A la nación hielo. Debemos apresurarnos—dijo el otro terrestre.

Gracias. Me ayudaste más de lo que te imaginas—el terrestre volteó a mirarlas antes de salir.

—¿Cuánto hace que lo sabes?—preguntó Clarke acercándose a Niylah.

—¿Cuánto hace que vienes aquí?—Dione apartó su mirada. Clarke agarró la mano de Dione y caminó hacia la puerta—Yo esperaría a que se alejen. Tómense este trago.

—¿Por qué me ayudas?

—A mi madre se la llevaron los montañeses. Tú acabaste con los segadores—Dione y Clarke se miraron. Niylah se alejó y Dione se sentó.

—¿Qué haces aquí?

—No me gusta estar en el campamento—dijo Dione encogiendo sus hombros. Ambas se quedaron en silencio pero Clarke suspiró cuando Dione la abrazó con fuerza—Te extrañé mucho—susurró cuando Clarke le devolvió él abrazo.

──••❀••──

Dione pateó la puerta que estaba delante suyo y entraron, sobresaltando a todos dentro de la habitación.

—¿Dione?—miraron a Clarke.

—¿Qué significa todo esto?—preguntó Lexa levantándose.

—Esto es una trampa. Venimos a sacarlos.

—¿Qué rayos sucede?—le preguntó Clarke a Lexa.

—No lo sé—respondió Lexa.

—Es la nación hielo.

—Estas acusaciones son una mentira. La nación hielo no interrumpió esta torre con armas, violando las leyes, fue la gente del cielo—escupió un hombre mirándolos con odio.

—Tenemos razón en esto. Los guardias que dejaron atrás ya están muertos. Tenemos que irnos, ahora.

—¿Cómo recibieron esa información?—miraron la puerta, pero Echo no estaba.

—¿Dónde diablos está Echo?—preguntó Dione agarrando con fuerza su arma.

—¿Qué sucede? ¿Dónde está ella?

—Bell, tal vez nos equivocamos.

—No entiendo—Kane se acercó a ellos.

—Deténganse.

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆 ──── 𝐂𝐋𝐀𝐑𝐊𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐅𝐅𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora