20 | Final aternativo con Harry

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Dione caminó hacia la cueva de Harry, sintiendo su corazón latir rápidamente, esperando ver al rubio pintando en su libreta, como era siempre. Sin embargo, esta vez se encontró con el rubio sentado en el borde de una roca que daba hacia el río. Estaba en silencio y con los pies balanceando de adelante hacia atrás.

Dione suspiró con fuerza y, cerrando los ojos, soltó el aliento despacio, dejando que la tensión se fundiera con el aire nocturno. Luego se levantó y se volvió a mirar a Harry. Inmóvil como una estatua, observaba la otra orilla del lago con una intensidad que la hizo estremecer. Sintió el impulso de alejarse para dejarlo a solas con sus pensamientos, pero luego tuvo una idea mejor.

Sonrió traviesa. Sin pronunciar palabra, se quitó la camiseta empapada de sudor, se descalzó en dos patadas y se bajó los pantalones sucios de hollín. Cuando dio media vuelta para encaminarse a la orilla, lamentó no poder atisbar la expresión de Harry cuando la viese sumergirse sin llevar nada encima salvo la ropa interior y el brasier.

El agua estaba más fría de lo que Dione esperaba. Notó un cosquilleo en la piel, aunque no estaba segura de si se debía al fresco de la tarde o a la mirada de Harry. Entró en el lago y soltó un respingo cuando se hundió hasta los hombros, sintiendo el agua fría en el resto de su cuerpo. El agua era un bien tan escaso en el campamento que no podían permitirse los baños. Aquella era la segunda vez que Dione se sumergía por completo desde que había llegado a la Tierra.

Despegó los pies del fondo de barro e intentó flotar. Sintió una extraña sensación de poder y vulnerabilidad a un tiempo. Se sintió como una diosa al saber que el rubio la miraba desde afuera.

Durante un instante, dejó de pensar en el campamento, en sus hermanos o en que una guerra con los terrestres se aproximaba. Olvidó que no tenían mucho tiempo antes de que ella tuviera que volver al campamento. Dejó que todo el estrés de estar al cargo del campamento se fuera, y suspiró, para luego estirarse. Ni siquiera se planteó que su improvisado bañador transparentaría cuando saliera del agua.

-Me parece que la radiación te ha ablandado los sesos-se burló Harry, causando que ella soltara una risa.

Dione se dio media vuelta y vio a Harry, que la miraba con una mezcla de lujuria y sorpresa. La sonrisilla socarrona que solía exhibir había regresado a sus labios. Ella cerró los ojos, tomó aire y se hundió en el agua. Un momento después, volvió a emerger entre risas, con la cara chorreando.

-Es genial-Harry dio un paso adelante.

-Por lo que veo, ese olfato científico tan agudo que tienes no advierte señales de peligro.

Dione negó con un gesto de la cabeza.

-No sé -sacó una mano del agua y fingió examinarla-. ¿Seguro que el agua no le hará mutante? Puede que ahora mismo me estén creciendo aletas-Harry asintió con ademán solemne.

-Pues si te crecen aletas, prometo no darte de lado.

-Bueno, no seré la única mutante de por aquí, créeme. Harry enarcó una ceja.

-¿Qué quieres decir?-Dione ahuecó las manos, las llenó de agua y salpicó a Harry entre risas.

-Ahora a ti también te crecerán.

-No deberías haber hecho eso -sentenció Harry en tono grave y amenazador y, durante un momento, Dione pensó que la broma le había sentado mal. Sin embargo, el chico se agarró el borde de la camiseta y se la quitó de un tirón.

-Ya quiero ver lo que haces-él la miró con una ceja levantada.

-¿Me subestimas?

-Jamás.

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆 ──── 𝐂𝐋𝐀𝐑𝐊𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐅𝐅𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora