15 | Luna

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El ceño de Dione se frunció cuando sintió que alguien acariciaba su cara. Abrió sus ojos, pero volvió a cerrarlos cuando la luz del sol pasó por unos agujeros en las paredes.

—¿Dónde diablos estamos?—escuchó la voz de Patrick a lo lejos. Dione sintió cómo acomodaban su cabeza en las piernas de alguien.

—Mi espada no está.

—Las armas tampoco.

La puerta se abrió y Luna entró por ella. Dione se levantó rápidamente.

—¿Dónde está Lincoln?

—Lincoln murió—Luna bajo la mirada.

—Lincoln dijo que nos ayudarías.

—¿Sí?

—Luna, eres la última de tu clase. La última sangre negra—dijo Dione, acomodando su cabello.

—Entonces Lexa también murió.

—Su espíritu te eligió como la próxima Comandante—dijo Clarke acercándose—Titus me confió la Llama para dártela.

—Entonces debería haberte dicho que me fui de mi cónclave, jurando no volver a matar.

—No debes matar. Dirigir es tu derecho natural, como diriges es tu elección—Clarke se acercó a ella, ofreciéndole la Llama—Toma.

—Reconozco el símbolo sagrado, pero ¿qué es eso?

—Es la Llama. Guarda los espíritus de los Comandantes... de Lexa. ¿La aceptarás y serás la próxima Comandante?—Luna negó con la cabeza.

—No—Luna salió de allí y la siguieron.

—Oye, espera.

Dione se detuvo al ver que estaban en un tipo de barco. Siguieron a Luna hacia adentro y vieron a unos terrestres en una habitación sentados.

—En cada lugar donde miraba, había aletas. Y dientes. Y sangre. Yo sabía que si me veían, yo sería la próxima, así que me quedé flotando, esperando, orando, porque se fueran. Y entonces...

Una puerta se abrió y Luna entró por esta.

—Está aquí. Quizá cambió de idea—se levantaron y caminaron hacia ella.

—Los botes regresarán al anochecer, y ustedes se irán. Para siempre.

—Luna, déjanos explicarte...

—Dije que no.

—Necesitas oír esto—dijo Bellamy tratando de detenerla—Hay algo allí afuera que nos destruirá a todos.

—Lo que sea, no puede llegar aquí—Dione negó con la cabeza mientras Luna se alejaba.

—¿Cómo va todo entre ustedes?—preguntó Patrick acercándose a ambas cuando Bellamy se alejó, Dione miró a Clarke.

—¿No te lo ha dicho? Que alegría no haberme perdido de esto—rió Dione sin gracia.

—Dione, ya basta.

—¿Qué cosa?

—Dione...

—Clarke ya no me quiere...—dijo Dione bajando la mirada—¿No es así, princesa?

—No.

Dione se sentó de nuevo al lado de Octavia, con lágrimas en sus ojos, pero volteó su cabeza al sentir como alguien se sentaba a su lado. Los ojos verdes del rubio la miraban fijamente mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

—¿Me extrañaste?

—"¿Me extrañaste?"—repitió Dione, soltando una risa—Claro que sí.

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆 ──── 𝐂𝐋𝐀𝐑𝐊𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐅𝐅𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora