Capítulo 238

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Son las cinco de la tarde cuando despierta, tras la siesta que tomó, revisa su celular y frunce el ceño al leer el chat grupal, y saber que ninguno ha regresado, todavía, a la cabaña; al parecer, hubo unas complicaciones en cuanto a la sesión de fotos del día de hoy.

Se pone de pie, colocándose sus pantuflas y estira los brazos hacia arriba para botar la pereza por completo. Deja su celular sobre la cama y sale de la habitación rumbo a la cocina para buscar algo para comer; se ha despertado con un poco de hambre. Quizás, una manzana estaría bien.

No obstante, se detiene en medio del pasillo al escuchar sonidos provenientes de la cocina; sabe quién es el causante de ese sonido. Su estómago se contrae por los nervios y está por correr de vuelta a la habitación, pero se dice que sería cobarde de su parte si hace eso. Además, él mismo dijo que hablaría con SeokJin cuando despertara y ya lo hizo, por lo que no hay tiempo que perder. Es así, respira con profundidad y avanza hasta llegar a la cocina.

Sus ojos marrones observan cómo el omega está sirviéndose una taza con la chocolatada, la cual Hoseok preparó, y salta del susto al girarse y verlo parado de forma quieta.

—Jimin, me asustaste —acusa con la mano en su corazón y la otra sosteniendo con firmeza la taza.

Su voz se escucha débil y cansada, asume porque se encuentra enfermo.

— ¿Cómo se siente, Jin hyung? ¿Mejoró un poco?

—Mhm…, no tengo fiebre y ya no siento ganas de vomitar —responde agarrando la taza con sus dos manos—. Sigo teniendo frío, pero creo es por el lugar.

—Eso es bueno —está aliviado que no haya empeorado en cuanto a salud—. Déjeme subir la calefacción.

SeokJin le agradece con sus ojitos y se va a sentar al sofá de tres personas; mientras revisa su celular. Se siente mal porque la sesión de fotos con Jimin se pospuso hasta que mejore; dado que ya se siente mejor, pueden empezar dicha sesión mañana: le escribe eso a SeJin, quien le contesta diciendo que le informara al staff de la empresa de ropa para coordinar a que hora el auto iría a recogerlos.

—Lo siento, Jimin —se disculpa cuando este se sienta en el sofá individual.

— ¿Eh?

—Porque la sesión no se dio hoy.

—Oh, no, no —sacude sus manos de un lado al otro—. No se preocupe, Jin hyung. Es comprensible.

—Aún así…

—Jin hyung —lo interrumpe con calma—. En serio, no se preocupe. Además, ¿de qué serviría ir a la sesión si está enfermo?

—Tienes razón —susurra bebiendo la chocolatada con cuidado para no quemarse—. Gracias.

Jimin asiente y un incómodo silencio se forma entre ambos; incluso, evitan que sus miradas se encuentren. Ninguno sabe si debería tocar ya el tema o esperar unos minutos más.

—Jin hyung… —lo llama juntando sus manos. Es ahora o nunca—, creo que…, debemos hablar sobre…, ya sabe…

—Uh, sí. Lo sé —no pueden prolongar más su situación—. Bien. Yo…

—Perdón —lo interrumpe por segunda vez mirándolo con culpa—. No quise ofenderlo, Jin hyung. De verdad, lo que dije estuvo tan fuera de lugar que…

—Jimin, basta —pide dejando una taza sobre la mesa del centro—. No quieras maquillar las cosas. Lo que dijiste es lo que siempre has estado callando y lo entiendo, créeme —ha estado pensando mucho sobre la crianza del alfa de baja estatura estos días—. Sé que vienes de otra forma de crianza y educación, y está bien…

—No, no lo está porque lo ofendí, Jin hyung.

—Pero…

—No porque venga de otra crianza significa que puedo ser grosero —suelta un suspiro para aclarar sus ideas—. Sí —afirma mirando sus manos—. Se me hace tan raro y extraño que esté con cinco alfas. No entiendo, ¿cómo puede amar a los cinco por igual? Ni siquiera sé si es posible, pero… —hace una pausa para alzar su mirada hacia el rostro de su mayor, quien lo está mirando expectante—, no por eso seré grosero o diré palabras hirientes, Jin hyung.

Añade lo siguiente con una mirada de tristeza porque en algo sí tiene razón SeokJin; ha estado callando sus verdaderos sentimientos:

—Es cierto. No debí mentir diciendo que lo intentaría —ahí está su equivocación—. No debí darle falsas esperanzas o hacerle creer que entendería su forma de amar —mira al omega con súplica— ¿Puede perdonarme, por favor? No volveré a mentir ni aparentar que todo está bien, Jin hyung.

—Jimin —pronuncia su nombre con un nudo en la garganta porque no está viendo al adolescente indeciso del debut; si no está viendo a un joven asumiendo su error.

—Por favor, perdóneme, Jin hyung.

—No, no tengo nada que perdonarte, Jimin —parpadea varias veces para no llorar—. También, me equivoqué —admite con vergüenza—. Asumí que podías entenderlo sin ni siquiera haberte explicado bien. Lo siento, también.

—Seamos sinceros desde ahora, Jin hyung.

—Sí —está de acuerdo—. No importa si nos va a herir. La verdad es mejor.

El alfa de baja estatura asiente con la cabeza y siente un alivio tanto en su corazón como en su mente. Sonríe porque ha podido dirigir el asunto de una forma madura; Hoseok o NamJoon se sentirán orgullosos de él.

—Creo que los chicos van a demorar más —comenta el omega agarrando de nuevo su taza para continuar bebiendo la chocolatada.

—Sí, al parecer hubo complicaciones con las sesiones —añade poniéndose de pie— ¿Quiere ramen, Jin hyung? Tengo hambre.

—Oh, eso estaría bien. Gracias.

Camina hasta la cocina y comienza a sacar los utensilios e ingredientes para preparar un delicioso ramen casero. Aunque, al maknae le sale mejor debe admitir. Mientras tanto, SeokJin está revisando sus redes sociales, ya que la noche de ayer no pudo debido a que estuvo en cama y se sorprende de que la noticia sobre que estarán en UNICEF ya esté circulando; recuerda que debe ayudar a NamJoon con su discurso. Sonríe emocionada porque va a poder pasar tiempo con su alfa de tez morena.

No obstante, su sonrisa se borra cuando siente un dolor en la parte baja de su estómago. Es el mismo dolor que sintió durante la cena de ayer; pensó que ya se había curado, pero al parecer no. Tomará una pastilla más que el staff del equipo médico le recetaron y se acostara temprano; debe estar bien para la sesión de mañana.

Vuelve a colocar la taza sobre la mesa del centro al sentir calor. Parece que Jimin subió demasiado la calefacción y ahora está sudando por ello.

—Jimin… —lo llama en tono bajito cuando su respiración se agita.

De repente, la taza comienza a moverse, al igual que los muebles.

— ¿Temblor? — Cuestiona el alfa con el ceño fruncido y su lobo se pone en alerta cuando toda la cabaña comienza a moverse.

No entiende qué está pasando, pero puede escuchar un sonido viniendo del exterior. Se asoma por la ventana de la cocina y abre los ojos, a más no poder, cuando visualiza a lo lejos cómo la nieve está cayendo: se trata de una avalancha y viene directamente hacia la cabaña.

Destinados Antes de Nacer El Comienzo © || Libro #0.2|| [BtsxJin] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora