Capítulo 187

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Maratón 4/5

Deja la bandeja con comida la cual está intacta afuera de su dormitorio y cierra la puerta de un solo golpe; avanza hasta su cama sin importarle si resbala o cae por todas las cosas que están tiradas por el suelo como peluches, perfumes, decoración, y entre otras cosas. Se sube a su cama, al llegar, y se hace bolita; mientras vuelve a llorar. Le duele, le duele tanto el hecho de que JungKook se haya ido, que se haya ido por su culpa, por qué lo sabe, lo sabe muy bien; se fue por qué lo encontró en esa lasciva escena con NamJoon.

Se fue, se fue sin escucharlo, sin que haya tenido la oportunidad de contarle la razón por la cual no le dijo. Se fue sin decirle nada a nadie y eso lo llena de agonía porque nadie sabe dónde está, si está bien, si ha regresado a casa o no; le carcome el la angustia. Lo único que desea es que JungKook regrese, regrese para que pueda explicarle, para que pueda pedirle perdón porque no puede olvidar; SeokJin no puede olvidar la forma cómo su pequeño lo estaba mirando.

Ko-Kookie...

Oculta su rostro en la almohada y grita, grita todo lo que sus pulmones le conceden; porque su pecho quema al recordar cómo los ojos de JungKook lo miraban con dolor, lo miraban con tristeza, con decepción.

Decepción. JungKook se había decepcionado de él y eso es lo que más le duele, porque era lo que tanto tenía miedo; esa era la razón por la cual no fue capaz de contarle sobre su relación con el líder del grupo y TaeHyung, porque tenía mucho miedo de que su pequeño se decepcionara de él por pensar que es un fenómeno o rarito por amar a cuatro alfas a la vez. Y no puede, SeokJin no puede vivir con la idea de que el maknae lo odie; porque lo quiere muchísimo; porque, prácticamente, son uña y mugre, se complementan tan bien a pesar de la gran diferencia de edad. Por ello, le afecta tanto la partida de JungKook. Por ello, llora y grita hasta que su garganta le arda, le raspe; no cree que va a poder soportar la opresión en su pecho. Realmente, le hace tanta falta la presencia de JungKook; ahora se da cuenta de que no supo aprovechar los momentos que el maknae le decía para pasar, debió pasar más tiempo con él. Como dicen: uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y SeokJin se da cuenta de que su pequeño siempre le entregó una hermosa amistad llena de confianza la cual no puso en práctica al 100%; pues dejó que sus temores se apoderan más que su cariño hacia JungKook.

Koo-Kookie... —pronuncia su nombre sintiendo el frío traspasar sus huesos—, hyung lo siente..., lo siente mucho..., perdóname, perdóname..., hyung te quiere tanto..., te extraño..., regresa...

Su lobo está acostado en un rincón, está con las orejas hacia abajo y aullando de tristeza; su lobo, también, extraña mucho a JungKook. Ambos lo extrañan y darían todo por volver a verlo aunque sea por última vez, aunque sea para despedirse.

Está tan sumido en su dolor que no escucha los gritos provenientes de afuera de su dormitorio y tampoco escucha que la puerta se abre, mucho menos escucha los pasos los cuales se aproximan en su dirección.

Hyu-Hyung...

Su llanto se deja de escuchar, inmediatamente, al creer que ha escuchado la voz de JungKook a sus espaldas; sin embargo, le resulta imposible de que sus súplicas hayan sido escuchadas. Por lo que, no voltea, no hasta el segundo llamado y sus ojitos marrones se quedan mirando con puro asombro, y perplejidad al alfa menor del grupo quien está parado a unos cuantos pasos de su cama, quien está mirándolo, también, con tristeza y quien está diferente. Porque el cabello de JungKook está un poco más largo a lo que estaba hace ocho días atrás, porque su rostro luce decaído y porque parece que la ha estado pasando mal, pues las bolsitas debajo de sus ojos son prueba de ello.

Por otro lado, JungKook siente cómo su corazón se oprime, horriblemente, al observar el estado de su mayor. Está demasiado delgado, sus ojeras son bastante notorias y sus ojito están hinchados; señal que ha estado llorando por largas horas, incluso días se podría decir.

Ambos la han pasado mal. Ambos han estado, están deprimidos. Ambos se han extrañado y ambos desean solucionar las cosas, porque ambos se quieren; no igual, no de la misma manera o magnitud, pero el cariño de su amistad está ahí presente, presente en sus miradas.

Y es JungKook quien da el primer paso, porque él debió actuar con madurez y quedarse a escuchar al omega; en vez de salir huyendo sin decirle nada a nadie. Así que, extiende sus brazos, abre sus brazos, y SeokJin se rompe, se rompe soltando un desgarrador llanto y corre hacia el calor de su pequeño.

Ambos se abrazan con fuerza, es como si quisieran fundirse en ese abrazo el cual expresa tantos sentimientos y dejan que los minutos pasen, dejan que el tiempo pase, siendo solo ellos dos.

Destinados Antes de Nacer El Comienzo © || Libro #0.2|| [BtsxJin] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora