Capítulo 10

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Las noches en "Dollhouse" siempre eran movidas; la gente iba y venía y las historias que las damas de compañía escuchaban, no siempre eran felices. Uraraka Ochako trabajaba allí bajo el seudónimo de Angel face y de entre todos los desdichados que pagaban por unas horas con ella, nunca esperó hallar al padre de su amiga aguardando por su compañía.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

Las excusas, muchas veces, eran una respuesta involuntaria para no sentir aquello que nos quita el aliento, que nos deja por el suelo, que nos desgarra

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Las excusas, muchas veces, eran una respuesta involuntaria para no sentir aquello que nos quita el aliento, que nos deja por el suelo, que nos desgarra. Nadie quiere sentir que algo no nos pertenece, que aquello que deseamos o luchamos por conseguir, no nos fuese otorgado por el simple hecho de quererlo. Muchas veces, deseamos tener vidas exitosas, amores de ensueño, la vida de novela pero no siempre sucede.

Las excusas eran esas acciones que nos hacían mentirnos a nosotros mismos, alentandonos a no sentirnos miserables. Eran esas acciones que, por mucho que nos repitiperamos que teníamos el control sobre nosotros mismos y sobre la situación en general, terminamos diciéndonos mentiras para sobrellevar aquello que nos supera.

Muchos se ponían excusas para no ver a ciertas personas. Otros, para ver a ciertas personas.

Ochako había inventado excusas para no ir a su departamento y volver a toparse con su madre. Se dijo que Kirishima necesitaba una ayuda con su propio hogar mientras Iida Tenya descansaba para su siguiente turno. Se mintió diciendo que pasar el día con su amigo, ayudándolo con los quehaceres de la casa, las compras y demás, hasta que su horario laboral estuviese cerca para ir juntos al trabajo, era lo que Kirishima merecía después de haber dormido en el sofá toda la noche.

Ella sólo quería ser una buena amiga y compensar las molestias causadas por haber usurpado la cama de su amigo durante la noche anterior; ella sólo quería sentir que su excusa era creíble, porque si alguien creía en esa excusa, ella también lo terminaría creyendo.

Se mintió a sí misma todo ese día, alegando que no necesitaba volver a su casa; Eijiro tampoco se lo sugirió porque no necesitaba conocerla a profundidad para saber que la noche anterior la pasó mal y no quería volver a tener una noche similar.

Pero la mención de ir a su casa a buscar ropa para asearse e ir a trabajar surgió un par de horas antes de su horario laboral. Ochako guardó silencio. No podía seguir huyendo bajo la mentira de querer pasar el día con su amigo (aunque sí le gustara su compañía), por mucho que lo intentase. Ella debía asumir cierta responsabilidad de sus acciones y la idea de seguir huyendo la hacía avergonzarse a sí misma.

Volver a verse huyendo como lo hacía cuando adolescente, le recordó sus difíciles años de secundaria y preparatoria. Ella, al igual que su padre, eran buenos con las mentiras piadosas pero llega un punto de la vida en donde las mentiras ya no son la solución a las cosas y no existe más remedio que afrontar la realidad.

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