Capítulo 16

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Las noches en "Dollhouse" siempre eran movidas; la gente iba y venía y las historias que las damas de compañía escuchaban, no siempre eran felices. Uraraka Ochako trabajaba allí bajo el seudónimo de Angel face y de entre todos los desdichados que pagaban por unas horas con ella, nunca esperó hallar al padre de su amiga aguardando por su compañía.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

Advertencia: Ligero contenido sexual. Violencia sexual.

Ashido Mina creció en una familia tradicional japonesa de buen estatus, buena influencia y buena educación; a pesar de ello, fue lo suficientemente vanguardista como estudiar una carrera lejos del nicho familiar como lo era marketing, publicidad y...

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Ashido Mina creció en una familia tradicional japonesa de buen estatus, buena influencia y buena educación; a pesar de ello, fue lo suficientemente vanguardista como estudiar una carrera lejos del nicho familiar como lo era marketing, publicidad y desarrollo de imagen empresarial, pintarse el cabello y vestirse fuera de las normas acostumbradas de las mujeres de su familia sólo fue la cereza del pastel. Siempre se consideró una mujer moderna, lejos de la cajita cuadrada de la sociedad nipona, aunque claro, todos tenían un límite.

Para Ashido, casarse no era una de sus prioridades pero sucedió. De hecho, casarse con su primer y único novio no estaba tampoco en los planes pero ¿cómo no querer pasar el resto de su vida junto a Sero Hanta? El chico de la contagiosa sonrisa y el buen humor que lo caracterizaba. Ambos apenas tenían veinticuatro años cuando contrajeron nupcias y su vida matrimonial inició casi al mismo tiempo que su agencia publicitaria.

Ella no podía quejarse de Hanta, desde el inicio, ha sido un compañero ideal, gracioso, dulce, apasionado, de hecho habían hecho todo cuánto quisieron y como quisieron, eso era algo que le gustaba de él; claro, lo que no sabía que le hacía falta a su esposo era una aventura.

Unos años antes de su prematuro fallecimiento a la edad de treinta y siete años, Hanta le fue infiel con una colega suya del trabajo. Ella no lo sabía y él no pensaba decírselo porque fue sólo una vez, un desliz de una noche a consecuencia del alcohol luego de una reunión de trabajo que los congregó a ambos en un hotel, celebrando el cierre de un nuevo contrato. Mina ignoraba muchas cosas de las actividades de su esposo porque, siendo franca, pasaba la mayor parte del tiempo viajando para permitir que esas cenas prósperas con futuros clientes, sigan su curso.

Mina no contaba que su esposo hubiese sido capaz de utilizar esa explicación para justificar su aventura, aunque claro, ni él se lo había dicho ni ella se había dado cuenta. No fue sino su chofer de confianza quien le había notificado que su esposo no había vuelto a casa esa noche, para colmo, el día lo descubrió saliendo del hotel con la mujer en cuestión. Cuando comprendió la infidelidad de su esposo, esperó a que él se lo diga, esperó a que esa noche cuando ella regresó, que en lugar de besar sus labios con tanto cariño, le dijera que antes, habían recorrido el cuerpo de otra mujer; había esperado que esas manos que la abrazaron con ahínco, le confesaran que habían desnudado a otra mujer; había esperado pero sencillamente, esperó mucho.

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