Tercera parte.

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 El glorioso rechinido de las puertas abriéndose, el cual solo se escucha dos veces al día, cuando salimos y cuando entramos. El sonido de los pasos que van al mismo ritmo para salir.


-Luego de eso bajé corriendo y me acosté, no le dije nada a mi hermana y tía, por medio, miedo a lo que él podía hacerme si yo les decía lo que me hizo.

Quería decirles, quería hacerlo, pero el miedo me pudo más- No me juzguen, solo tenía 8 años -

A la mañana siguiente regreso mi madre del hospital con mi nueva hermana. Quería decirle, juro que quería decirle lo que él me dijo y lo que me hizo, pero ¿adivinen qué? no lo hice por miedo, un miedo que el introdujo en mí.

En varios momentos de día intente decirle a mi madre lo que había ocurrido la noche anterior, pero no encontraba las palabras para decirle, además no había momento en el que Rodrigo me dejara a solas con mi madre, es como si el intuyera lo que quería hacer.

{18 de febrero del 2004, dos semanas después}

Pasaron dos semanas desde esa noche, no podía dormir y cuando lo hacía era únicamente para verlo a el en mis sueños, lo veía a el tocándome y poniendo su boca sobre la mía a la fuerza.

Llore en silencio por noches, no quería que el me volviera a tocar, por lo que no le dije a nadie sobre esa noche, por más que quería decirlo el miedo de que el lo volviera a hacer fue más fuerte

Pensé mucho si decirle a mi madre o no lo que Rodrigo hizo esa noche, lo pensé como si mi vida dependiera de ello, pero al final tomé la decisión de decirle a mi madre. Solo quería su ayuda, quería que me abrazara y me dijera que todo iba a estar bien- pobre ilusa -

Rodrigo estaba bañándose, mi madre se encontraba sentada en un sillón de la sala viendo televisión y yo aproveche el momento para poder hablar con ella.

Me acerqué donde estaba mi madre y me senté al lado de ella, mis hermanitos estaban durmiendo, mi hermano mayor en la calle y mi hermana en su habitación.

-Madre viera que yo quería contarle algo que paso cuando usted no estaba-le dije intentando que las ganas que tenia de llorar se desaparecieran.

-Aja, decime-dijo ella

-Es que fíjese que cuando usted no estaba, yo subí aquí al baño, Rodrigo aún estaba despierto y me llamo, yo fui a ver que quería, pero cuando entre a su habitación el me pidió un abrazo y cuando me intente separa de él, el junto su boca con la mía y después me toco todo mi cuerpo-le termino de decir.

Las lagrimas salieron sin permiso, no me di cuenta en qué momento yo había empezado a llorar, pero una risa hizo que el llanto cesara.

Levanté la vista y vi a mi madre riéndose ¿Por qué se reía? ¿Es que acaso lo que él me hizo era normal y por ello la risa de mi madre?

Mi pequeña mente no entendía lo que estaba pasando, no entendía si lo que me hizo Rodrigo estuvo bien o no debido a la reacción de mi madre.

-Hija mía, vos estas loca- ¿loca? -como crees que él va hacer eso, no sabes el pecado que estas cometiendo al mentir de esa manera- mi madre y su patética religión -él es tan bueno con tus hermanos y con vos, el jamás haría eso, vos solo lo queres dejar en mal, pero no te lo voy a permitir. No quiero que volvas a decir ese tipo de cosas sobre el ¿quedo claro?

- ¿Por qué no me cree? ¡Le juro que no miento! ¡Por favor! créame cuando le digo lo que él me hizo, yo nunca mentiría con algo así-le digo tratando de calmar mi llanto repentino.

-Escucha muy bien esto, él es una buena persona, él nos ha dado todo y ha sacado adelante, gracias a él es que tenemos comida, casa y carros, gracias a el ya no trabajo, todo lo que tenemos ahora es por él, así que, si él te hizo eso o no, no me interesa, vos te callas y obedeces ¿Te quedo claro?

¿Es eso correcto? ¿Debo obedecer eso?

No dije nada, solo me doy la vuelva y me voy del lugar.

Baje llorando a la primera planta buscando a mi hermana, ella está en la habitación que compartimos, entro, ella me ve llorando.

- Araxa ¿estás bien? ¿Qué tenéis? ¿Por qué estas llorando? -me preguntó poniéndose de pie y llegando a donde yo estaba.

Pensé que quizás Chiara me creería, que quizás ella me ayudaría.

-Es que esa... esa noche que mamá no... no estaba yo subí al baño y Rodrigo junto su... su boca con la mía y me... me toco mis pechitos y... y todo mi cuerpo-le dije apenas a mi hermana, intentado que se entendiera lo mas posible a través del llanto.

Espere a que me abrazara, espere que me dijera cualquier cosa, pero solo recibí silencio de su parte.

Levante mi mirada hacia ella, pero ella no me estaba mirando a mí, miraba detrás de mí. Me giro para ver qué mira Chiara y me topó con mi madre de brazos cruzados en la puerta.

Nadie dice nada, solo hay silencio, aunque Chiara es la primera en romperlo.

-Mamá, ¿es cierto lo que...

-No Chiara, lo que ella dice no es cierto, ella está loca, ella lo único que quiere es llamar atención y...

- ¿llamar la atención? ¿llamar la atención de quién? Yo solo quiero que me ayuden y crean en mí y en lo que les digo- les digo mientras siento un nudo en la garganta y un ardor en los ojos, por unos segundos pare de llorar, pero no cabe duda que lo volveré a hacer el cualquier momento.

Chiara no dice nada, se queda en silencio, pero ¿Por qué se queda en silencio? ¿Es que acaso no me cree?

-Mamá lo que Araxa está diciendo es muy grabe y los sabes, quizás...

- ¡No! ¡Como se te ocurre creerle semejante desfachatez a esa mocosa! - dice mi madre irrumpiendo en lo que estaba diciendo Chiara, mi hermana.

- ¿Desfachatez? Es increíble que usted, siendo mi madre, crea que es una desfachatez el hecho de que yo le diga que su esposo intento abusar de mí.

Lo que recibí por parte de mi madre fueron dos cachetadas y no más que eso.

Lo que ustedes crearon {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora