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PEMBROOKE

— Hola, mamá. ¿Cómo te fue? ¿Va a retirar la demanda?

— Lo siento, Ronnie. Hice todo lo que pude pero las cosas no cambiarán para tu padre.

— Pero. ¿Te dijo que no lo haría o cómo te dijo?

— Ronnie.

— Ella debe entender que papá no es culpable.

— Ronnie. . .

— Quizá si le damos pruebas de que papá sí tiene un gemelo, ella quiera cooperar.

— ¡Ronnie! Es momento de hablar.

— ¿Hablar? - preguntó incrédula frunciendo el entrecejo - ¿hablar de qué?

— Es mejor si te sientas. Lo que te voy a decir no será fácil, pero llegó el momento de que sepas la verdad.

— Mamá, me estás asustando. ¿Qué ocurre?

— Verónica, mi historia con Harry no es de semanas, ni de meses. Es algo de años. Harry y yo nos conocemos desde mucho antes de que tú nacieras. Cuando lo conocí, tu padre y yo estábamos pasando por un mal momento en nuestra relación y discutíamos siempre. Yo estaba cansada de lo mismo y fue allí cuando Harry y yo empezamos un amorío. Hiram nunca se dió cuenta, no hasta que yo quedé embarazada de ti. Decidí dejarme con Harry y centrar todos mis cuidados en ti. Tu padre estaba furioso e incluso llegó a pensar que eras hija de Harry y no de él, pero yo estaba muy seguro de quien era tu padre y se lo hice saber a Hiram. Hablé con Harry y le pedí que ya no nos viéramos y que cogieramos caminos diferentes, él aceptó y se alejó, pero en tu cumpleaños número uno, él volvió. No sé si fui muy cínica o solo lo hice por vengarme de tu padre y restregarle en la cara todas las veces que me engañó con mujeres de su círculo vicioso, pero seguí con ese amorío y de eso surgió otro embarazo.

Un silencio sepulcral se instaló en la estancia. Hermione intentaba traer a memoria la mejor manera de decirle las cosas, mientras que Verónica sentía cómo aquella venda se le caía lentamente de los ojos.

— Verónica, la hija de Harry es tu hermana. Nunca lo supiste y ella tampoco porque las cosas no se dieron así. Yo estaba dispuesta a criar a las dos, pero tu padre lo impidió y me amenazó diciendo que me quitaría tu custodia si yo decidía criarla junto contigo, yo no estaba dispuesta a renunciar a ti y tuve que renunciar a ella. Mija, siento no haberte contado ésto antes y siento que sea en estas circunstancias, pero ya no podía guardarme más ésto.

— Debiste decírmelo. Sabes que yo te he apoyado siempre, incluso me he ido en contra de papá por ti.

— Lo sé y perdón por ocultarte algo como ésto.

— ¿Le dijiste ésto a ella? ¿Le contaste que eras su madre?

— Así es. Y esperaba que al menos retirara la demanda por mí, pero no dió su brazo a torcer. Y la entiendo, está dolida. Cualquiera en su lugar haría lo mismo. Por eso quedé en reunirme esta tarde con el abogado para ver qué camino debemos tomar.

— Yo debo hacer algunas cosas también. Nos veremos más tarde entonces. Y mamá, gracias por contame la verdad.

— ¿No estás enfadada?

— No. A estas alturas del partido lo que necesitamos es estar unidas y no necesitamos estar la una contra la otra. Bueno, tengo que irme.

— De acuerdo. Yo me daré una ducha y salgo a la cita. Te veo al rato.

POP'S

Una hora después. . .

B, gracias por ayudarme con el turno. Te recompensaré.

The Lodge familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora