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POP'S

—Ay dios, que lluvia tan fuerte. Hola, Pop.

—Señora Lodge, creí que estaría…

—¿En el ayuntamiento? Sí, estaba hace un rato pero decidí venir. ¿Y Verónica? 

—Está abajo con Archie y Reggie.

—Gracias, Pop. 

Al bajar a La Bonne Nuit, Hermione se encontró con tres aburridas caras adolescentes intentando sobrellevar su perdida, al ser derrotados por la competencia.

—Verónica.

—¿Mamá? ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a burlarte de mi fracaso? 

—Cielos, no. Solo quería saber si estabas bien.

—Lo estoy. Archie y Reggie me acompañan. 

—Ya… Bueno, al ayuntamiento llegó más gente de lo que creí y por eso supuse que el Pop's estaba…

—¿Solo? Así es. Al parecer la lluvia los espantó.

—No tienen que quedarse aquí solos. Pueden ir conmigo al ayuntamiento. 

—¿Y quedar como una perdedora ante todos? No, gracias. Soy una Lodge, y no me doy por vencida. 

—Pues yo te veo aquí sola con estos dos chicos, bebiendo, y tratando de desahogar sus penas. 

—No estamos desahogando nada. Solo somos tres chicos normales que beben para celebrar. 

—¿Celebrar qué? 

—Pueda ser, mamá, que hayas ganado hoy, pero te aseguro que mañana te voy a derrotar. Esa gente que esta allá, solo se fueron por la lluvia, no porque hayan cambiado su voto. Créeme, tuviste suerte. 

—Si tú lo dices, mija. Yo ya debo regresar, espero que algún día puedas usar esto. 

Había sacado de su bolso una de las camisetas, donde tenia una frase lo bastante fuerte, o más bien, lo bastante real. "Un pedacito de mi amor para ti" 

Cada una plasmaba una frase diferente, pero eran frases reales, las mismas frases que día a día la gente expresaba o escribía en una tarjeta de felicidades. 

Verónica habia tomado la camiseta mas no se la colocó, ni siquiera la miró por curiosidad. 

AYUNTAMIENTO.

—Quiero dar las gracias a cada una de las personas que nos acompañaron a esta celebración. Dar las gracias a Jughead y a Betty que han sido los chicos que me han ayudado en estas dos semanas de trabajo. Espero verlos mañana en las votaciones, y que gane la mejor. 

Y aunque el concierto se habia acabado, la lluvia fría seguía cayendo sobre todo el pueblo de Riverdale, una lluvia tan fría como la piel de un féretro. 

Todos esa noche se fueron a dormir, sin pensar que al otro día una tragedia más, sucumbiría al pueblo la mañana siguiente, justo antes de las votaciones. 

DÍA DE LOS VOTOS...

—¿Está lista, señora Lodge? 

—Estoy nerviosa, chicos. 

—No tiene porqué estarlo. Usted ya ganó una vez, y de seguro lo volverá hacer. 

—Gracias, de verdad. No habría llegado hasta acá si no fuera por el apoyo que me están brindado. No tengo como pagarles. 

—De hecho podría hacerlo con dolares y hamburguesas gratis. 

—Jug…

—Era una broma. 

The Lodge familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora